El ataque de Hamas desató una ola de pedidos por parte de los ciudadanos israelíes para obtener su primera arma ¿Cuál es la postura del gobierno?
Por: Nataniel Peirano
El pasado 7 de octubre Hamas atacó directamente objetivos civiles en Israel y cometió delitos desde el secuestro hasta el asesinato. Hoy, la población israelí se inclina por armarse frente a la latente amenaza de la organización terrorista, a pesar de las contundentes ofensivas que Israel viene realizando en Franja de Gaza.
Se registraron más de 120.000 solicitudes de permisos para adquirir armas de fuego y el gobierno tomó una decisión.
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Una sociedad armada, ¿qué dice el gobierno de Benjamin Netanyahu?
Entre protestas y pedidos de dimisión al presidente Netanyahu, el ministro de Seguridad de Israel, Itamar Ben Gvir, anunció que se comprará armamento y los distribuirá entre civiles para que se defiendan, especialmente en las cercanías a la frontera con Gaza, los asentamientos en Cisjordania y las ciudades con numerosa población palestina. 10.000 rifles, chalecos antibalas y cascos directo a los civiles.
Sin embargo, estas armas serán para los equipos de seguridad civil relacionados con la fuerza policial de la Policía de Frontera de Israel, un cuerpo especial que se dedica a la vigilancia de fronteras.
En concordancia con esta masiva compra, se emitió una orden de emergencia a la División de Licencias de Armas de Fuego para facilitar los trámites y que los civiles que cumplan los requisitos adquieran la licencia y sus armas en un plazo de una semana.
El requisito fundamental para portar un arma es tener formación militar, de fácil acceso ya que el servicio militar es obligatorio. Además, se pide no tener antecedentes penales o médicos.
En los primeros cinco meses del año, Israel había concedido 12.000 nuevos permisos de armas y se calcula que hay más de 170.000 civiles con licencia, en una población de 9.7 millones. Las 120.000 solicitudes que se registraron elevaría el número a 300.000 personas.
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Los riesgos de armar a la población: Cisjordania y los asentamientos de colonos
Más allá del temor por lo que pasa en Estados Unidos, hay una preocupación de los efectos colaterales que pueden producirse en los asentamientos israelíes en Cisjordania y en las ciudades con población árabe y judía. Las confrontaciones entre ambas comunidades fueron creciendo con el correr de los meses y de forma más acentuada desde el ataque del 7 de octubre organizado por Hamas.
Durante 2022, las Naciones Unidas documentaron 621 ataques contra población palestina por colonos israelíes en la Cisjordania ocupada. De forma complementaria, la organización israelí Yesh Din indicó que más del 80% de las denuncias presentadas por personas palestinas ante la policía israelí no se investigaban en absoluto. De las que deciden investigarse, se reportó que el 93% se cerraron sin procesamientos en el periodo comprendido entre 2005 y 2022.
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La nueva corriente de civiles armados y el contexto hostil que rodea a Israel, Palestina y Franja de Gaza puede incentivar a más incidentes entre las poblaciones árabes y judías, por fuera del conflicto armado de las fuerzas militares israelíes y Hamás en Gaza.
