El jefe del Estado Mayor Conjunto se refirió a las últimas adquisiciones, a la imagen de las Fuerzas Armadas, a los avances concretados en material salarial y a los valores que tiene que tener el personal militar en la actualidad. Sin vueltas, explicó que hoy los militares pueden ejercer la vocación en mejores condiciones que en años anteriores.
Por Patricia Fernández Mainardi
El teniente general Juan Martín Paleo, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO), se refirió a las últimas adquisiciones promovidas por el organismo que encabeza, los criterios adoptados a la hora de sumar medios y sistemas de armas, los avances en material salarial en los últimos años y el perfil de la institución y de los efectivos militares en el presente.
El diálogo con DEF tuvo lugar días atrás, en Mendoza, durante la presentación del nuevo helicóptero de alta montaña para el Ejército y la Fuerza Aérea Argentina.
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Nuevo helicóptero para las Fuerzas Armadas
-Se sumó un nuevo helicóptero Bell 407 para la Fuerza Aérea Argentina (FAA), ¿Cuál es el papel del Estado Mayor Conjunto en esta compra?
-El proceso de adquisición de estos helicópteros de montaña surgió a partir de una necesidad detectada por el Estado Mayor Conjunto. Lo que hace el EMCO es brindar congruencia. Si hay requerimientos y pueden ser similares, coordinamos entre las Fuerzas para evitar comprar distintos tipos de materiales que, a su vez, requieren diverso mantenimiento, formación, adiestramiento y logística.

-¿Cuál fue la situación en este caso?
-Lo que detectamos es que, tanto el Ejército como la Fuerza Aérea Argentina, necesitaban renovar el material de helicópteros de montaña, pero con misiones distintas. Porque la FAA necesita este tipo de aeronaves para realizar la misión de rescate en la montaña. Mientras, el Ejército, tiene que transportar efectivos no solo en llanuras, sino también en las alturas.
Partiendo de esa base, armamos un equipo de trabajo, evaluamos los distintos helicópteros y llegamos a un acuerdo definitivo. La conclusión final del EMCO fue que el Bell 407 era el adecuado. Lo seleccionamos y propusimos a la conducción política de la defensa.
-La FAA ya venía trabajando en la montaña con los helicópteros Lama…
-Hace 4 años había uno solo de éstos en vuelo. Con esa única nave la FAA tenía que cumplir la misión de salvamento. Hoy tenemos 5 de esos helicópteros en vuelo y hay uno que está entrando en servicio. Eso fue gracias al FONDEF, porque las FF.AA. pudieron disponer de una herramienta de financiamiento avalada por ley, con acuerdo político, y que da previsibilidad a la logística.
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El largo proceso de adquisición de material para las Fuerzas Armadas
-¿Qué criterios se tienen en cuenta en las adquisiciones de este tipo?
-Consideraciones como el país de origen, la posibilidad de adquirir repuestos, aquello que se puede hacer con la industria argentina, la posibilidad de hacer recorridos de mantenimiento en el país, o, por ejemplo, en materia de aeronaves, consideramos quiénes pueden trabajar en las turbinas, si están certificados y qué talleres existen. Obviamente, evaluamos cuáles son las aeronaves similares en la región y buscamos la interoperabilidad con nuestros vecinos. También existen consideraciones de orden político. Quizá no hubo problema con los helicópteros, pero sabemos del impacto geopolítico que puede tener la adquisición de un avión caza supersónico. Son varios factores los que se analizan.
-¿Son procesos largos?
-En el caso de estos helicópteros, el proceso inició en 2019. Entonces comenzaron las tratativas con las empresas. Se evaluaron tiempos y posibilidades de entrega, se definió un cronograma y se profundizó en los tiempos de fabricación. Este último es un detalle importante, porque los sistemas de armas construidos desde cero demandan un tiempo de fabricación. También se considera la demanda, porque estos helicópteros, por sus prestaciones, son muy requeridos. Entonces, las empresas tienen cronogramas de producción. En este caso, iniciamos los estudios y ahora estamos recibiendo el primero de 6 helicópteros.
Un ejemplo, Brasil tomó la decisión de renovar su línea de aviones caza supersónicos y decidieron ir por el Gripen sueco que, ahora, lo comienzan a producir bajo licencia en Embraer: pasaron 10 años desde que tomaron la decisión hasta que aterrizó la primera de esas aeronaves en el país vecino. La adquisición de sistemas de armas es un tema complejo y lleva tiempo.

Fuerzas Armadas: misiles de defensa aérea y municiones merodeadoras
-¿Qué otra adquisición fue gestionada por el EMCO?
-Los misiles de defensa aérea suecos RBS 70, a los que pudimos comprobar en Puerto Belgrano, con una práctica de lanzamiento. Esta compra representa una capacidad adquirida que fue tomada por el Estado Mayor Conjunto porque la necesidad de defensa aérea es de las tres Fuerzas, todas necesitan defender sus objetivos de valor estratégico. Entonces, para evitar que cada una de ellas tenga un tipo de misil diferente, tenemos el mismo sistema y se adiestran con los mismos instructores.
-Adquirieron también municiones de última generación a Israel
-Son las municiones merodeadoras, que representan un salto cualitativo en términos tecnológicos. Esto surgió cuando empezamos a seguir el conflicto Ucrania-Rusia y vimos que se habían comenzado a usar. Es tecnología de altísimo impacto y eficacia. Somos el primer país de Latinoamérica que lo adquiere. Esto nos permite expandir el alcance de nuestra artillería. Tenemos el material y estamos en contacto con los instructores para empezar a formar a los nuestros.
-Podría decirse que el EMCO adquirió un papel central en el trabajo de las Fuerzas Armadas, ¿es así?
-Creo que la pandemia de COVID-19 colocó a las Fuerzas Armadas, durante un poco más de un año y medio, de forma intensiva y permanente, desplegadas en el territorio, desde la Antártida hasta La Quiaca. Incluso, con repatriaciones con los medios aéreos. Logramos la expertise y por eso, ante el conflicto en Israel, pudimos reaccionar rápido para implementar el puente aéreo. Toda esa operación se condujo a través del EMCO, que le requiere a las Fuerzas los medios necesarios, y del Comando Operacional, que conduce las operaciones. Otra operación que está en pleno desarrollo, es la custodia de los comicios electorales.

Equiparación salarial y un Fondo Nacional de la Defensa
-En materia salarial, ¿qué objetivos concretaron?
-Se alcanzaron algunos objetivos que son mensurables. El más importante quizá haya sido el blanqueo salarial, que fue en el primer año de la gestión. El blanqueo cortó un proceso de más de 30 años en los que las FF.AA. estuvieron cobrando cerca del 40% de su haber en negro. Eso generaba problemas e impactaba, por ejemplo, en la recaudación para la obra social. Además, surgió una industria de juicios contra el Estado y eso tenía un costo adicional. Asimismo, eso impactaba en quien se retiraba porque pasaban a cobrar un 40% menos de su sueldo.
-¿A eso se sumó la equiparación?
-Empezamos a trabajar otro gran objetivo que es la equiparación salarial con las Fuerzas de Seguridad. Eso fiscalmente es un esfuerzo muy grande. Logramos que se instrumentara el proceso de equiparación con una cuota a principios de este año, una segunda en noviembre (con los haberes de octubre) y otras dos cuotas más a comienzos del año que viene.
Otro objetivo fue la ley de financiamiento exclusivamente para equipamiento: las FF.AA. disponen de un porcentaje del presupuesto del Estado. Eso permite planificar e impacta en nuestra gente. Hoy nuestros jóvenes tienen un horizonte más motivante que el que tuve yo, en tiempos en los que no teníamos estos tres temas solucionados. Siempre está el tema vocacional que lleva a seguir adelante, pero si uno puede ejercer la vocación en mejores condiciones, eso es realmente destacable.

Fuerzas Armadas en la actualidad: coraje, disciplina y respeto
-Suele hacer hincapié en los valores de las Fuerzas Armadas del presente, ¿cuáles son?
-Hay 3 valores. Uno es el coraje, requerido en todas las jerarquías. Quienes asesoran, también tienen que tenerlo. Por ejemplo, en Malvinas, la Compañía C, del Regimiento de Infantería 25, presenció el desembarco británico. Lo único que tenían que hacer era avisar por radio, pero se empeñaron en combate y respondieron el fuego como podían y con lo que tenían. En un momento, el Jefe de Compañía tomó un decisión de comando con el objetivo de desaferrar al resto de la compañía para que esta pudiera replegarse a Darwin: la orden que recibió el subteniente Roberto Oscar Reyes era casi una condena de muerte, porque tenían que cubrir, a riego de su vida, para que el resto de la compañía se pudiera salvar. Hay que tener preparación fuerte, en términos de coraje, para recibir una orden de ese tipo y aceptarla. Eso se relaciona con el segundo valor, que es la disciplina.
-¿Cómo sería?
–La disciplina está vinculada al coraje, porque podrían no haber cumplido la orden. Los pilotos que atacaron al portaaviones HMS “Invencible” sabían que la posibilidad de sobrevida era baja (como efectivamente lo fue), sin embargo, no lo dudaron. Salieron a hacerlo. Esa disciplina legitima nuestro accionar.

En la operación “General Manuel Belgrano”, durante la pandemia de COVID-19, no hubo ni una denuncia en contra el personal militar. Eso es disciplina. Ello impacta en la visión de la sociedad sobre las Fuerzas Armadas al servicio de la población. Eso se vincula al último valor que es el respeto irrestricto a la Constitución Nacional. Los militares dejamos de ser factor de inestabilidad política. Siempre vamos a defender el marco legal, que es lo que termina redundando en mayor estabilidad. Esta vocación tiene futuro.