Mientras más países se dirigen hacia la guerra en Medio Oriente, el fútbol sigue en marcha, influenciado por los conflictos repartidos en el mundo.
Salvo muy pocas excepciones, el fútbol no para. Por eso desde el 12 de enero, en Medio Oriente, se está llevando a cabo la Copa Asiática. Actualmente, el escenario del torneo es uno de los lugares más peligrosos para realizar eventos multitudinarios.
En esta nota repasamos cómo la política internacional influye en esta competencia y en muchas otras relacionadas al deporte más importante del planeta.
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Guerras y partidos de fútbol prohibidos
Con la Segunda Guerra Mundial pudimos ver como los mundiales de 1942 y 1946 directamente no se jugaron. Ante la gravedad y dimensión de los conflictos, ni siquiera se evaluó cambiar las sedes a regiones no alcanzadas, como Sudamérica u Oceanía.
Las guerras parecen inevitables, por eso desde principios del Siglo XXI la FIFA decidió prohibir ciertos partidos en todo el mundo en los que corriera riesgo la integridad de los jugadores y los espectadores.
- Rusia vs Ucrania: Dentro de la lista hay un común detonante, la caída de la Unión Soviética. Desde la invasión de Crimea en 2014, Rusia y Ucrania, que casualmente también se enfrentan en la actualidad, no pueden competir deportivamente
- Armenia vs Azerbaiyán: Desde 1988, estos dos países se disputan el Alto Karabaj, una región del Cáucaso que, por una decisión de Joseph Stalin en 1921, pasó de pertenecer de los armenios a los azerbaiyanos. El conflicto estalló cerca del final de la era soviética y el peso recayó sobre los países en proceso de independencia. En 1994 hubo un alto al fuego que duró hasta 2016, cuando la confrontación se reanudó con escaldas, armisticios y territorios no reconocidos por ambos bandos. Hoy la FIFA prefiere evitar que estas selecciones se enfrenten.

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- Kosovo vs Serbia, Rusia y Bosnia-Herzegovina: Kosovo es el que mayor conflictividad atrae. Su conflictiva independencia y el desconocimiento de la comunidad internacional explica el presente, pero tiene más particularidades. Territorialmente de Serbia, con ciudadanos de Albania y englobado en la extinta Yugoslavia causó enfrentamientos armados con implicancia de la OTAN en la década del 90 y un sentimiento independentista que concluyó en 2006, cuando logró su separación. Acompañando el reclamo de Serbia, Rusia y Bosnia-Herzegovina, otra integrante de la Unión Soviética, no pueden cruzarse con Kosovo en el fútbol.
- España vs Gibraltar: Es uno de los conflictos finalizados, pero no saldados de la época colonial, cuando España era un reino y no un país. La derrota de los austracistas en la Guerra de la Sucesión se dirimió en el Tratado de Utrecht, que permitió que España tenga a Felipe V como su rey, a cambio de que la corona de Francia quede por separado y que Inglaterra se quede con Gibraltar y Menorca, además de otras ventajas en Hispanoamérica. Como uno de los pocos reclamos vigentes de los españoles, la FIFA optó porque no se enfrenten en la clasificación para la Eurocopa 2024.
El caso de Israel, lejos de Asia y jugando en Europa
Geográficamente, Israel forma parte de Asia, pero desde su surgimiento como Estado en 1948 afronta conflictos con Irán y una historia de guerras con Palestina, Siria, Egipto y Líbano que a pesar de haber concluido no lograron mejorar las relaciones en casi 80 años.
En el mundo del fútbol no hubo mayores repercusiones, pero sí una hostilidad inédita para el deporte. En las clasificaciones para el Mundial de 1958, Israel estuvo cerca de clasificar jugando solamente un partido, ya que los rivales no se presentaron a los encuentros. La UEFA accedió a incluir al país dentro de sus eliminatorias para que pudiera formar parte de la clasificación, aunque no lograron viajar a Suecia.

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En la década del 70, Irán convocó a un boicot contra todos los deportistas israelíes y finalmente la Confederación Asiática de Fútbol (AFC) expulsó a Israel en 1974. Pasaron 20 años para que el país volviera a jugar en el plano internacional, cuando Europa actuó en “rescate” del país y sus selecciones de fútbol.
Desde 1994, Israel participa de las eliminatorias para los mundiales y otras competencias europeas. Es por esto que la organización, prohíbe cualquier acto o protesta contra el país o a favor de Palestina, como evidencian las reiteradas sanciones que recibe el Celtic Football Club, uno de las instituciones más representativas de Escocia.
La Copa Asiática, entre la guerra y el deporte
La Copa Asiática, pensada para 2023, llegó en 2024 en medio de tensiones y guerras declaradas. Sin Israel en la competencia, pero con sede en Qatar, el fútbol tiene lugar a 1.806 kilómetros de distancia de Gaza, foco del conflicto en Medio Oriente.
A la par del torneo, Israel no solo mantiene enfrentamientos con Hamas, organización terrorista de Palestina, sino también con Hezbollah, otro grupo del Líbano de la misma naturaleza. Estos dos países, además de Siria e Irán, mantuvieron enemistad con los israelíes y disputan actualmente la competencia deportiva.
Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita también están envueltos en enfrentamientos políticos. Como parte de una coalición internacional que incluye a Estados Unidos, combaten a los rebeldes hutíes en busca de restaurar al gobierno democrático en Yemen.
Medio Oriente no es la única región en guerra. El este asiático también tiene sus conflictos. Corea del Sur y Corea del Norte están divididas desde 1945 tras la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial y la ocupación soviética y estadounidense de los territorios japoneses.

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La Guerra Fría causó una separación social y política prácticamente irreconciliable que en 78 años no pudo encontrar una solución. Los surcoreanos recibieron el 2024 con expectativa de la Copa Asiática, conmocionados por el atentado al líder opositor Lee Jae-myung y con temor por los enfrentamientos indirectos con los norcoreanos en la frontera marítima.
A pesar del posible estallido de nuevas guerras que se sumen a la alta conflictividad en la región, el fútbol asiático vive una cumbre internacional que comenzó el 12 de enero en Qatar y se extenderá hasta el 10 de febrero.