El presidente Vladimir Putin firmó el tratado que convierte a la república de Crimea en entidad integrante de la Federación Rusa.
En un discurso fuertemente patriótico a una sesión conjunta del Parlamento ruso en el Kremlin, Vladimir Putin criticó a Occidente como hipócrita. Países occidentales firmaron la independencia de Kosovo de Serbia, pero ahora le niegan a los crimeos el mismo derecho, dijo. “No pueden llamar a la misma cosa negra hoy y blanca mañana”, declaró ante un aplauso atronador, al decir que los socios occidentales habían “cruzado la línea” con respecto a Ucrania y se comportaban “irresponsablemente”.
El presidente de la Federación Rusa dijo que los nuevos líderes de Ucrania, en el poder desde la destitución del presidente pro-ruso Viktor Yanukovich el mes pasado, incluían a “neonazis, rusofóbicos y antisemitas”. Putin remarcó que el polémico referendo de Crimea del domingo, celebrado bajo ocupación militar rusa, había mostrado abrumadoramente la voluntad del pueblo de volver a unirse a Rusia después de formar parte de la república ucraniana durante 60 años. En su discurso, también dio garantías a la población de origen tártaro de que serán respetados sus derechos, rehabilitados tras las deportaciones sufridas durante el stalinismo.
En el Kremlin, Vladimir Putin, oficializó la anexión con la firma de un tratado que también suscribieron el titular del Consejo Supremo de la República de Crimea, Vladimir Konstantinov; el primer ministro de Crimea, Sergei Aksyonov, y el presidente del Comité de Coordinación para el establecimiento de la administración municipal de Sebastopol, Alexei Chaly. Esta última ciudad, sede de la flota rusa del Mar Negro, gozará de un “estatus autónomo especial” dentro de la Federación Rusa.