Luego de amenazar con tomar Moscú, la estructura de la empresa paramilitar Wagner cayó en una crisis que se agudizó tras la muerte de sus fundadores. En un clima de inestabilidad inédito, el grupo se debate entre una alianza formal con el poder ruso o la autonomía por fuera de la ley.
Por Stefano Puliafito
Cuando hablamos de grupos mercenarios, nos referimos a soldados que combaten motivados principalmente por un beneficio económico. En este sentido, existen dos tendencias: quienes se unen a las fuerzas armadas a título personal y el fenómeno de las empresas privadas que ofrecen sus servicios a las diferentes naciones. Este último es el caso del grupo Wagner.

- Te puede interesar: Blackwater. El ejército de mercenarios que fue el centro de la escena en el ámbito militar internacional
Orígenes de la empresa paramilitar rusa
Su nombre fue tomado del apodo de su fundador, Dimitri Utkin, quien había elegido como seudónimo el apellido del compositor musical favorito de Adolf Hitler: Richard Wagner.
Utkin alcanzó la jerarquía de Teniente Coronel y llegó a comandar una de las fuerzas especiales del Departamento de Inteligencia Ruso, pero en 2013 abandonó su cargo para unirse al Cuerpo Eslavo, organización militar privada con la que combatió en la guerra civil siria.
En 2013, ya de regreso en Rusia, Utkin conformó su propio ejército privado dándole vida así al Grupo Wagner. Su primera aparición en público tuvo lugar en 2014 en el Donbass, al este de Ucrania, durante la campaña rusa para anexar la península de Crimea. Desde entonces, el grupo realizó y realiza operaciones en Siria, Libia, la República Centroafricana, Sudán, Mali y Mozambique. Incluso existen reportes de actividad en Venezuela.
La organización contó además con el apoyo financiero del empresario gastronómico Yevgueni Prigozhin, conocido como “el chef de Putin” por su estrecha relación con el primer mandatario ruso, quien le facilitó el acceso a licitaciones y contratos públicos con el Kremlin.
Prigozhin también fue el creador de la Internet Research Agency; compañía informática señalada por haber interferido y manipulado la opinión pública estadounidense durante las elecciones en 2016, y en simultáneo operar una factoría de trolls para contrarrestar la propaganda occidental.
- Te puede interesar: El Batallón Azov en Ucrania: ¿héroes o villanos?
Modus operandi de Wagner
Registrado oficialmente como PMC Wagner, esta empresa paramilitar comenzó a operar a partir de 2014 en Ucrania, escenario que funcionó como uno de los primeros campos de prueba para los ejércitos privados rusos.
Con el correr del tiempo, el grupo se extendió por países claves para los intereses económicos de Rusia que, a pesar de considerarlo ilegal, siempre mantuvo relaciones de conveniencia. De hecho, el propio ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, admitió durante la Asamblea General de la ONU en 2021 que el gobierno de Mali tuvo que recurrir a una compañía militar privada porque Francia había reducido su contingente de tropas para combatir a los terroristas en la zona.
Las funciones de Wagner abarcaban entonces desde el combate terrestre hasta la custodia (personal o de instalaciones) y la ejecución de acciones militares de alto alcance. Esto último quedó demostrado en Ucrania, donde el grupo se expandió considerablemente, participando del avance sobre Kiev, previo a la invasión rusa.

- Te puede interesar: David vs. Goliat. Rusia y su claro predominio militar sobre Ucrania
La rebelión de Prigozhin
Si bien el vínculo entre Wagner y Rusia nunca fue fluido, a partir de la Batalla de Bajmut iniciada el año pasado, la relación atravesó una fase de tensión inédita. Prigozhin culpó públicamente al ministro de Defensa -Serguéi Shoigú- y al jefe del Estado Mayor -Valeri Guerásimov- de atacar a sus soldados, señalando al ejército ruso por bombardear campamentos de Wagner.
Sin medir consecuencias, Prigozhin prometió castigar a los culpables y el 23 de junio cruzó junto a un grupo de hombres la frontera rusa para tomar la ciudad de Rostov del Don, amenazando con desembarcar en Moscú.
El levantamiento apenas duró 24 horas, pero para muchos se trató de uno de los peores momentos que le tocó atravesar a Putin en 20 años. De hecho, el mandatario acusó al líder paramilitar de darle a la nación “una puñalada en la espalda”.
Finalmente, el Kremlin acordó con Prigozhin, y Putin le agradeció a la mayoría de los combatientes de Wagner que no avalaron el levantamiento, evitando así un baño de sangre. En un mensaje transmitido a toda la comunidad, el presidente ruso llamó a mantener la calma y le ofreció a los soldados privados la posibilidad de un contrato con el Ministerio de Defensa o de regresar con sus familias sin problemas.

Muerte de los líderes de Wagner
El miércoles 23 de agosto, a las 17.30, un jet privado despegó de la capital rusa. En la aeronave se encontraban 13 pasajeros vinculados a Wagner, entre ellos Yevgueni Prigozhin y Dimitri Utkin. Tras una hora en el aire, el avión se desplomó en el noroeste de Moscú causando la muerte de todos a bordo.
Frente a los interrogantes obvios, el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, descartó inmediatamente los rumores de participación del gobierno en los hechos: “Todo es una mentira absoluta”, afirmó en el comunicado oficial del viernes 25.
Putin, por su parte, describió a Prigozhin como “una persona con un destino complicado”, y, para sorpresa de varios, admitió públicamente la relación con el Grupo Wagner: “Si allí se encontraban, y los primeros datos dicen que allí estaban los miembros de la compañía Wagner, me gustaría destacar que esa gente realizó una notable contribución a la causa común de la lucha contra el régimen neonazi en Ucrania”, apuntó.

- Te puede interesar: Rusia y Ucrania elevarán el gasto militar a su máximo histórico para 2024
Actualidad y re-ordenamiento del ejército mercenario ruso
Con la empresa paramilitar acéfala, una antigua figura de la casa perfila a ocupar el rol vacante: se trata de Andréi Troshev, exjefe del Estado Mayor de Wagner, quien se reunió con Putin para reorganizar unidades de voluntarios en Ucrania.
Según trascendió, Troshev ya está trabajando oficialmente en el ministerio de Defensa, lo que alarmó a ciertas facciones del grupo que ven en la alianza una pérdida de autonomía.
En contrapartida, el nombre de Pavel Prigozhin, hijo del exlíder de Wagner, comenzó a ganar notoriedad como una alternativa alejada de la esfera del poder oficial y más a fin a preservar la independencia de la empresa.
En este escenario, el futuro de Wagner sigue indefinido. La falta de claridad en cuanto al liderazgo se traduce en una incógnita crucial para definir su posición en el tablero geopolítico internacional.