El crecimiento del narcotráfico, la fragmentación de las organizaciones criminales y el reclutamiento de sicarios entre jóvenes de los sectores más desfavorecidos conforman un combo explosivo ¿Cuáles fueron los factores que desencadenaron la actual crisis y cómo reaccionó el gobierno?
El pasado 9 de enero, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, movilizó a las Fuerzas Armadas para hacer frente a lo que definió como un “conflicto armado interno”. La situación actual es consecuencia de años de desinversión del Estado, graves problemas sociales y deterioro de la seguridad por la penetración de organizaciones criminales internacionales y el fenómeno del sicariato.
- Te puede interesar: ¿Quiénes son los grupos narcocriminales detrás del golpe comando en Guayaquil?
Una crisis multidimensional
En diálogo con DEF, el investigador de FLACSO Ecuador, Julio Paltán, analizó las causas de lo que definió como “una tormenta perfecta” que afecta a su país.
“La actual crisis es multidimensional, ya que en ella convergen factores políticos, económicos, sociales y un cuarto factor, que son los shocks externos”, afirmó.
Recordó que la génesis de la actual convulsión social data de hace cinco años. En febrero de 2018, el estallido de un coche-bomba en un cuartel policial de San Lorenzo -en la provincia costera de Esmeraldas- activó las alarmas. Un mes más tarde, se produjo el secuestro y ejecución de tres periodistas del diario “El Comercio” en esa misma provincia, crimen perpetrado por un grupo disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El sistema penitenciario de Ecuador, en alerta roja
Los programas de ajuste fiscal que siguieron al fin de ciclo de los gobiernos de Rafael Correa (2007-2017) provocaron una disminución de los programas sociales del Estado. “Eso se tradujo en la reducción del presupuesto y la jerarquía administrativa del sistema penitenciario ecuatoriano”, puntualizó Paltán.
La eliminación del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, dispuesto por el presidente Lenin Moreno en 2018, impactó en una pérdida de categoría del nuevo Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI). “Esa pérdida de jerarquía administrativa, sumada al hecho que nunca se haya podido completar el número de funcionarios necesarios para atender a la población carcelaria, debilitaron el sistema”, destacó este analista consultado por DEF.
En los últimos años, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) había advertido al Estado ecuatoriano sobre las situaciones de violencia y violaciones a la integridad personal de los reclusos en los centros penitenciarios. Mientras tanto, las guerras entre bandas al interior de los penales habían llevado al presidente Guillermo Lasso a decretar el “estado de excepción” en el sistema carcelario en septiembre de 2021.
La fragmentación de los grupos criminales
El proceso de desmovilización de las FARC, en el contexto del proceso de paz en Colombia, también impactó en la frontera con Ecuador. “Hubo un sector de las FARC que no se plegó al acuerdo de paz con el gobierno de Juan Manuel Santos, porque veía oportunidades de negocio muy lucrativas en el tráfico de cocaína”, puntualizó el académico.
Paralelamente, la fragmentación de las organizaciones criminales ecuatorianas dio lugar a la acentuación de la violencia. “Mientras tanto -recordó este analista-, el deterioro en las condiciones sociales en las zonas marginales, en la periferia urbana de la costa ecuatoriana, nutrió a estos grupos de nuevos cuadros, lo que conformó verdaderos ejércitos de sicarios”.
La retirada del Estado en cuanto a sus programas sociales y de atención de la población más vulnerable dejó a muchos jóvenes a merced de la delincuencia. “La falta de visión social de los gobiernos de Lenín Moreno (2017-2021) y de Guillermo Lasso (2021-2023) permitió que se generara un caldo de cultivo muy potente en las zonas marginales de las grandes ciudades de la costa”, indicó.
Ello se sumó a una naciente “narco-cultura” y a la transformación de las pandillas juveniles en grupos delictivos. Estos, a su vez, conformaron alianzas internacionales con Cárteles mexicanos, como los de Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, que penetraron en Ecuador.
- Te puede interesar: Ecuador: ¿quién es Daniel Noboa, el presidente más joven de la región?
“Al acumular hombres, armas, control del territorio y mediante el uso de la extorsión y la infiltración en instituciones del Estado -como la Justicia, sobre todo en la costa-, estas organizaciones entraron en una disputa con el Estado”, completó el académico.
Así comenzaron los asesinatos de personalidades públicas, como ocurrió durante la última campaña presidencial con el candidato opositor Fernando Villavicencio -9 de agosto de 2023- o, antes, con el alcalde de Manta, Agustín Intriago -23 de julio de 2023-.
Declaración de emergencia y ¿militarización? de la lucha contra el crimen
La declaración de emergencia del recién asumido Daniel Noboa, en el poder desde noviembre pasado, se tradujo en un enorme poder dado a las Fuerzas Armadas para controlar el territorio. En ese sentido, cabe destacar la enorme popularidad que las encuestas asignan tanto al presidente (70%) como a las Fuerzas Armadas (90%) y a las fuerzas de seguridad (80%).
“A diferencia de los anteriores estados de emergencia decretados por Moreno y Lasso, el actual decreto obedece a una estrategia fríamente calculada, planificada y no divulgada en todos sus detalles”, observó Paltán. Destacó también el acercamiento a EE.UU. y la apertura de una “etapa de mucha cooperación en términos de asesoramiento, entrenamiento, capacitación y operaciones aéreas y marítimas de interdicción del narcotráfico”.
El presidente Daniel Noboa y un contexto político favorable
En la actual coyuntura, todas las fuerzas políticas cerraron filas en apoyo al mandatario y aprobaron por unanimidad el decreto que declaró el “conflicto armado interno”. Incluso el expresidente Rafael Correa dio su apoyo al gobierno desde su autoexilio, en Bélgica.
“El presidente Noboa da la imagen de un joven tecnócrata, de pocas palabras, casado con una modelo e influencer (Lavinia Valbonesi)”, ilustró, al describir el perfil del nuevo mandatario, de 36 años. “Al momento de gestionar la seguridad, se ha apoyado en figuras que vienen de las Fuerzas Armadas o militares retirados, en servicio pasivo”, agregó.
La Constitución sancionada en 2008, durante el gobierno de Rafael Correa, otorga fuertes poderes al Presidente, lo que le ha permitido a Noboa maniobrar durante la actual crisis.
Su propuesta de subida del IVA para financiar la respuesta del Estado a la violencia había sido rechazada, en primera instancia, por la Asamblea Nacional. La insistencia en el proyecto original pudo salir adelante por la ausencia de votos suficientes en las bancadas críticas con el Ejecutivo, que se valió de la figura del “veto parcial” para imponer sus condiciones al Parlamento.
“Es una Constitución híper-presidencialista, pero eso no debe confundirse con un Estado fuerte, caracterizado por burocracias profesionales y autónomas ante todo tipo de fuerzas sociales, económicas o políticas”, matizó Paltán.
- Te puede interesar: América Latina: el combate a las guerrillas y el narcotráfico en la región
El próximo 21 de abril, el gobierno enfrentará su primer test en las urnas, en un referéndum en el que la población se expresará sobre el endurecimiento de penas para una serie de delitos graves y una simplificación de la ley de extinción de dominio de bienes de origen ilícito, entre otras materias.
