El ingreso de Bridas y Oil como nuevos actores modifica el mapa del downstream argentino, en el que se acentúan las dificultades para hacer frente a una demanda creciente y se recurre a las importaciones para cubrir el déficit que existe en la elaboración local de combustibles. Consultamos la opinión del ingeniero Jorge Gaimaro, coordinador general del Grupo de Trabajo de Elaboración Programática del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi”.
La reciente adquisición por parte de Bridas del 100% del negocio de la refinación y venta de combustibles de Esso ha provocado un sacudón en el mercado local. La noticia se suma a la compra por parte de Oil, grupo comandado por Cristóbal López, de la refinería de San Lorenzo y 360 estaciones de servicios de Petrobras, operación que se concretó en mayo de 2010. De esta forma, un importante segmento del downstream argentino ha cambiado de dueño, aunque YPF mantiene su predominio en el mercado con una participación promedio del 57% en la venta de naftas y gasoil.
REALIDADES CONTRAPUESTAS
Consultado por DEF sobre el desembarco de las nuevas empresas, el coordinador de los equipos técnicos del Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi” (IAE), Jorge Gaimaro, destacó la experiencia de Bridas, que “ingresó en el rubro petrolero hace muchos años, siendo proveedora de servicios petroleros en sus comienzos, y fue creciendo de a poco, desarrollando incluso negocios en el exterior”. Su ingreso al negocio de la refinación y de la comercialización de combustibles le permitirá integrar estas actividades a las de exploración y explotación de hidrocarburos de su controlada Pan American Energy (PAE), segunda productora de petróleo y gas de la Argentina. En ese sentido, recordó que cerca del 70% del crudo que procesa Esso en Campana es del tipo Escalante, cuyo productor mayoritario es precisamente PAE.
Mientras tanto, el analista manifestó sus reparos respecto del grado de conocimiento de la actividad que puede tener la empresa Oil, perteneciente a un grupo inversor con intereses en sectores tan disímiles como el juego (Casino Club), la producción de aceite de oliva (Indalo), la recolección de residuos (Clear) y la industria siderúrgica (Paraná Metal). El ingreso al negocio petrolero se produjo en 2004 a través de Oil M&S, empresa que cuenta con concesiones en las Cuencas del Golfo de San Jorge, Cuyana, Neuquina y Austral. El ingeniero Gaimaro manifestó además su preocupación por la desinversión de Petrobras, principal compañía petrolera de la región y tercera mayor compañía integrada de energía del mundo, de acuerdo con el último ranking PFC Energy 50.
DÉFICIT EN REFINACIÓN
“Lo más preocupante es que no se producen modificaciones en el mercado; cambian los actores, pero la infraestructura básica de refinación es la misma de hace 40 años”, señaló el ingeniero Gaimaro, quien precisó que en los últimos años se han venido quebrando recurrentemente los stocks disponibles a nivel del mercado minorista. “Los últimos anuncios de inversiones tienen que ver con ajustes en la calidad de los combustibles para administrar el contenido de azufre y poder cumplir así con algunas reglamentaciones ambientales, pero no se relacionan con una mayor producción que permita modificar el déficit que tenemos actualmente y atender la creciente demanda a futuro”, agregó.
Haciendo un balance general, entre 1999 y 2010 las ventas de naftas en el mercado local aumentaron un 19,6%, mientras que la elaboración cayó un 21,7%. En 1999 se refinaban 7,8 millones de metros cúbicos y se vendían 5,2 millones; en 2010 las ventas fueron de 6,2 millones y la refinación -6,1 millones- no alcanzó a cubrir la demanda. Con respecto al gasoil, Argentina se ha convertido en un importador neto de ese combustible. Sin considerar las compras para abastecer el parque generador eléctrico y tomando en cuenta solamente la demanda del agro, de los automóviles particulares, del transporte público y de la industria, nuestro país tiene un déficit de 1,5 millones de m³. Si bien la elaboración de gasoil se mantuvo estable en la última década, descendiendo apenas un 1%, las ventas al mercado crecieron un 15,8% y la diferencia debió ser cubierta con importaciones.
En cuanto al dominio del mercado, YPF controla cada año una porción mayor de las ventas debido a los precios más bajos respecto a los de sus competidoras, lo que se explica por la fuerte presión que ejerce el Gobierno para que la petrolera contenga los valores de sus combustibles. “Hoy la diferencia es muy alta e YPF es el jugador del mercado que puede absorber la cuota más grande porque cuenta con las dos refinerías más importantes del país”, aclaró el especialista del IAE “General Mosconi”, quien lamentó que no exista una planificación en el sector. “Se emparcha permanentemente y se toman medidas coyunturales, cortoplacistas y sin conocimiento profundo del tema”, concluyó Gaimaro.