Ubicado al sur del paralelo 60 S, el continente antártico se caracteriza por ser una geografía extrema.
Argentina, con una extensa trayectoria en la región polar, es pionera en la formación del personal que integrará las distintas estaciones científicas.
La Escuela de Capacitación Antártica, primera y única en la región, fue creada en 1995 y desde entonces lleva adelante el denominado “curso preantártico” que, con una duración anual, brinda conocimientos tanto teóricos como prácticos a quienes se desempeñarán en esa geografía rigurosa.
En la actualidad, es dirigida por el coronel Fernando Estévez, quien fue jefe de la base Belgrano en 2004 y de la base Esperanza en 2015, donde invernó con su esposa y sus dos hijas que, en ese momento, tenían 14 y 16 años.
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Forjando antárticos: de la teoría a la supervivencia
El curso preparatorio anual contiene cuatro módulos:
- Instrucción General Antártica
- Capacitación específica
- Adiestramiento físico
- Módulo complementario
Los instructores brindan a los futuros invernantes los conocimientos teóricos básicos – geografía, historia, política antártica, protección del medio ambiente, entre otros– que conforman la cultura antártica y les permiten ir familiarizándose con el lugar donde vivirán el siguiente año.
Además se preparan también en los temas básico de supervivencia: cómo sobrevivir en el caso de quedar aislados, cómo construir un iglú o dónde buscar agua, cómo desplazarse y qué medidas de seguridad adoptar, entre otras competencias.
Al finalizar este período y según las características de cada uno, se define el destino de los futuros antárticos en alguna de las siete bases permanentes con las que cuenta la República Argentina: Orcadas, Esperanza, General San Martín, Marambio, Belgrano 2, Carlini y Petrel.
Durante el segundo semestre se lleva adelante la etapa de Técnica Polar, con aquellos jefes y oficiales que formarán las patrullas de rescate. Esta etapa específica se desarrolla en la región de Copahue-Caviahue, al norte de la provincia de Neuquén, zona considerada inmejorable “por la similitud de condiciones meteorológicas y geográficas con la Antártida”, explica el especialista.
Y cuenta que fue el propio pionero antártico, el entonces coronel Hernán Pujato, fundador en 1951 de la Base San Martín, quien tuvo la visión de elegir este lugar, que perdura hasta el día de hoy.
Muchas décadas después y gracias a un convenio con la intendencia de Caviahue, se pudo armar el centro de adiestramiento. “Es el lugar ideal para aprender supervivencia y practicar las destrezas fundamentales para desempeñarse en los hostiles hielos polares”, afirma.

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Navegación en botes neumáticos, buceo en aguas gélidas, práctica de esquí, manejo de moto y navegadores, interpretación de cartas, son algunas de las especialidades que adquieren los antárticos argentinos y los invitados de países vecinos que suelen realizar el curso.
En la actualidad, manifiesta el coronel Estévez que “el curso cuenta con diez instructores y 130 cursantes de las tres fuerzas armadas, de los cuales 25 son mujeres. También tenemos invitados antárticos de Brasil, Chile y Uruguay”.
En la etapa de capacitación específica el personal recibe instrucción de acuerdo con su especialidad: enfermeros, carpinteros, mecánicos de vehículos o de construcciones, electricistas, cocineros, etc.
El director de la escuela afirma con orgullo que la extensa actividad antártica desarrollada por nuestro país permite que, hoy estos adiestramientos se lleven a cabo en las instalaciones mismas del Comando Conjunto Antártico.
“Gracias a la experiencia de tantos años, podemos afirmar que nuestros instructores están altamente capacitados en todas las áreas para formar a los nuevos antárticos”, resalta el Coronel.
El desafío cotidiano de sobrevivir en la Antártida
Vivir en esta geografía majestuosa y adversa, lejos de los afectos, no es fácil. Por esta razón, nadie viaja a la Antártida sin una tarea específica y esta es la razón de que exista un tercer módulo de capacitación extracurricular. Algunos de los cursos que se hacen son de lucha contra el fuego, manejo de comunicaciones y prácticas de buceo para quienes van a la base Carlini, única instalación científica argentina donde se realiza esta actividad para estudiar la vida marina.
Una capacitación particular es la llevada a cabo por las auxiliares –esposas de los militares– que van a Esperanza, única base donde invernan familias. Son las encargadas de la Radio Arcángel San Gabriel que es una filial de Radio Nacional Buenos Aires. Desde octubre de 1970 se transmite desde la Antártida, razón por la cual realizan un curso previo de radioaficionados. Por otra parte, “se desempeñan también en la escuela, la biblioteca o en trabajos administrativos, según las necesidades de la dotación”, detalla el entrevistado.

Rodeando al Polo Sur, el continente blanco tiene una superficie de alrededor de 14 millones de km2, de los cuales el 98% se encuentra cubierto de hielo. En el, y bajo la dirección y control de la Dirección Nacional de Antártico, se realizan diversos proyectos técnicos y científicos de gran prestigio internacional y que respaldan los intereses argentinos en la región.
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Aunque se trata de un territorio dedicado a la paz y la ciencia, en el cual está prohibida cualquier actividad militar, las Fuerzas Armadas tienen un rol clave ya que son las responsables de llevar adelante todas las actividades logísticas.
El coronel Estévez explica que al hablar de logística “hacemos referencia al transporte, la comunicaciones, el mantenimiento de las bases y los refugios, el traslado de combustible y residuos, la atención sanitaria, el relevamiento de datos meteorológicos y el relevo de personal, por mencionar solo algunas de las tareas que permiten el desarrollo del quehacer antártico. La logística de aprovisionamiento, mantenimiento y relevo del personal”.
Fernando Estévez, con una extensa experiencia en el continente blanco, se declara un enamorado de la Antártida y afirma que se siente sumamente feliz de poder, “como director de la escuela, transmitir mi experiencia a los nuevos antárticos”.