En los últimos años, el opioide se instaló en el mercado, causando miles de muertes en Estados Unidos y se sigue propagando por el mundo.
Por Dolores Barón
Una de las drogas que más fuerte pisó en el último tiempo es el fentanilo. Generando muertes y un mercado muy grande en Estados Unidos, se fue expandiendo globalmente, incluso marcando su lugar en Argentina. Tiene un origen tradicional: pensado para la industria de la salud y desembocando en la venta ilegal. De hecho, es muy similar a la morfina.
¿Qué es exactamente? Se trata de un opioide sintético que se utiliza como análgesico y su efecto potente es parecido al de la morfina, incluso más poderoso. Si bien el opio es una droga que se puede encontrar de manera natural en la planta de la amapola, las sustancias como el fentanilo o la morfina tienen que ser sintetizadas químicamente en un laboratorio.

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¿Para qué se usa el fentanilo?
Es utilizado medicinalmente para controlar el dolor agudo e inducir a la sedación, especialmente en intervenciones quirúrgicas. Puede ser suministrado a través de inyecciones, parches o pastillas. Sin embargo, su uso debe ser cuidadoso y utilizado en situaciones de salud urgentes.
El fentanilo empieza a cobrar efecto inmediatamente después de su aplicación. Si este opioide no es recetado por un médico y se usa de manera indiscriminada, podría provocar fallas respiratorias y afectar gravemente la conciencia del consumidor.
En el último tiempo, se convirtió en una de las drogas con más demanda en el mundo, y esto despertó interés en el mercado clandestino, donde comenzaron a producirlo, muchas veces, de manera artesanal.
Esta es la contracara del opioide que es vendido a nivel farmacéutico con dosis y una receta de sustancias seguras, mientras que el ilegal no.
Además, se convirtió en un componente accesible y relativamente barato. Inclusive, se vende en distintos formatos o envases, y en muchas ocasiones es mezclado con otras drogas como la cocaína o la heroína.

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Las muertes a causa del opioide en números
La Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito declaró que el número de muertes no se debe a un incremento de consumidores de estas drogas, sino que se trata del consumo de sustancias más letales.
En este mismo reporte, se analiza que Estados Unidos, en 2021, tuvo 80.000 muertes por sobredosis de las cuales un 90% se le atribuyen a opioides sintéticos, particularmente el fentanilo.
La DEA y otras autoridades este año incautaron más de 50 millones de píldoras recetadas de manera falsa y mezcladas con fentanilo. Mismo, la Administración para el Control de Drogas informó que Joaquín “El Chapo” Guzmán cuenta con socios en China que le proporcionan elementos químicos para producir esta droga letal.
La situación internacional de la droga letal
El fentanilo llega desde China hasta México y de ahí a Estados Unidos y Canadá. Son zonas en donde los carteles y los grupos criminales son responsables de la venta ilegal que se hace más fácil y hasta más barata. En Estados Unidos es la nueva droga de “moda”: produce relajación, euforia, alivio del dolor y felicidad.
Al mezclarse con otras sustancias como la heroína, se produce un efecto “calmante” y hasta somnoliento. En las redes sociales se compartieron imágenes de personas consumiendo y se la empezó a conocer como “droga zombie”. Todo parece ser muy inocente, pero con tan solo unas pequeñas dosis, se podrían reducir los signos vitales y hasta desembocar en paros respiratorios.
Sin embargo, al ser una droga económica y más accesible, las posibilidades de una sobredosis son más altas. En Estados Unidos, las muertes por fentanilo mezcladas con otros estimulantes aumentaron 50 veces en los últimos diez años.

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En el caso de Argentina, es más difícil de conseguir ya que la importación se hace a través de hospitales y sanatorios y no se comercializa con las farmacias. Su uso legal está controlado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Pese a esto, nada garantiza su rápido movimiento a través de mercados clandestinos.