Hoy, el desarrollo urbano de la Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores necesita convivir y trabajar con la agenda ambiental que se viene para los próximos años. Prevenir y anticipar ciertos problemas es una de las claves fundamentales para fomentar este proceso. En diálogo con DEF, especialistas y profesionales en urbanismo detallaron cómo es la situación actual.
Por Dolores Barón
CABA y sus alrededores se han destacado en los últimos años por su enfoque en la generación de espacios verdes. Con una población en constante crecimiento y una mayor conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad, las autoridades locales han implementado políticas y proyectos innovadores para abordar los desafíos urbanos, proteger el entorno natural y promover una arquitectura sustentable. Pero todavía hay muchos retos por afrontar y mucho por mejorar.
La preservación y ampliación de espacios verdes también ha favorecido la integración de parques urbanos, jardines verticales y terrazas ajardinadas. Además, se ha impulsado la arquitectura paisajística, que busca crear sectores que se integren de manera armoniosa con el entorno natural y promuevan la biodiversidad.

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¿Cómo se desarrolla el urbanismo en la Ciudad de Buenos Aires?
Francisco Sánchez Moreno, director general de Reciclado y Economía Circular de la Ciudad de Buenos Aires comenta que desde lo estatal, se concentran en tres ejes principales para mejorar y desarrollar la Agenda Verde: energía, transporte público y reciclado. Son los pilares fundamentales que impulsan desde el gobierno para seguir adelante un plan de acción que implique una ciudad con desarrollo sustentable.
La gestión adecuada de los residuos y el reciclaje también se han reflejado en la arquitectura de Buenos Aires. Se han implementado proyectos que utilizan materiales reciclados y reciclables, así como técnicas de construcción sostenibles. El diseño arquitectónico ha incorporado estrategias para minimizar los residuos de construcción, aprovechar los recursos disponibles y reducir la huella ambiental de los edificios.

El movimiento de espacio verde en Buenos Aires
Hoy por hoy, la ciudad tiene 6,7 m2 de espacios verdes por habitante cuando, según la Organización Mundial de la Salud, lo ideal sería tener un rango de 10 a 15 m2. Para dar respuesta a esa necesidad, surgieron durante las últimas décadas en la región metropolitana, por las afueras de CABA, muchos proyectos urbanísticos que cuentan desde su concepción, con muchos espacios verdes. Tal vez el más renombrado entre ellos es Nordelta. Si bien su nombre sigue estando asociado a la idea de modernidad, es un proyecto que ya tiene sus años.
En diálogo con DEF, Marcelo Cantón, gerente de comunicaciones de Nordelta, cuenta cómo fueron los inicios del proyecto: “Nació en la década del ‘70 de la mano del empresario Julián Astolfoni, quien en los ‘90 se asoció con Eduardo Costantini para el desarrollo y construcción del complejo”. También Cantón comenta que en este momento Nordelta ocupa 1700 hectáreas en dónde más de la mitad son espacios verdes, repartidos entre parques públicos y lagos.
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Los desafíos que se vienen para la Ciudad de Buenos Aires
En contraste, Ariel Jinchuk, director del curso de Proyecto Urbano en la Universidad de Buenos Aires, rescata al entramado urbano tradicional frente a los nuevos desafíos ambientales: “Vivir en ciudades es mucho más eficiente que vivir en barrios de baja densidad (ya sea abiertos o cerrados)”. El desafío, a su entender, es poder discernir en qué punto la densidad es beneficiosa y en qué punto se genera congestión y, en consecuencia, resulta en “deseconomías”.
A su vez, la cercanía también genera economías de escala más eficientes para el estado al tener abastecimiento de calles, saneamientos y otros servicios como el agua, el gas y la electricidad. Es efectivo por ambos lados: por lo social y por lo económico.
Por otro lado, el arquitecto advierte que Argentina recién está dando sus primeros pasos en este tipo de desarrollos y que hay un largo camino por recorrer. “Hay ciudades en donde los residuos se clasifican en seis cestos de basuras distintos, las luminarias son inteligentes y se encienden al detectar movimiento o, incluso, los costos de mantener un auto son muy altos y el transporte público resulta ser muy eficiente como contracara para transportarse”, comenta.

¿Cuál es el impacto ambiental que genera el urbanismo en Buenos Aires?
Así como sucede en las ciudades, el gerente de comunicaciones de Nordelta señala que allí también tienen un programa exigente de separación de residuos, del que participan el 53% de las viviendas. Cada mes se separan 110 toneladas de residuos reciclables, que procesa la cooperativa Creando Conciencia. “Actualmente, estamos haciendo una campaña para elevar la cantidad de hogares que separan residuos”, remarca Cantón.
Además, como parte de uno de los grandes proyectos, se está trabajando en una reformulación de las parquizaciones de zonas públicas en las nuevas áreas de la ciudad, para incluir mayor cantidad de especies nativas y lograr un mejor ecosistema para la fauna local. Es decir, se estarían incorporando 8.600 elementos de flora: árboles, arbustos y gramíneas que tienen en cuenta este criterio de selección, orientado a la fauna.
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Las desventajas de las zonas urbanas en los suburbios
Con una mirada crítica, Jinchuk alerta que el concepto de “barrios cerrados” podría estar dañando al medio ambiente. “El verdadero problema está allí donde cuatro personas ocupan 2000 m2 y necesitan dos autos para ir a trabajar, a la escuela o hasta para hacer las compras más básicas”, alerta el arquitecto. En la mirada del especialista, estas urbanizaciones significan un consumo de energía y de espacio territorial bastante grande que impacta directamente en el ecosistema.

A diferencia de lo que suele decirse, Jinchuk no cree que el centro de la cuestión pase por construir sobre un humedal o no –como sucede con los barrios cerrados de la zona norte del conurbano bonaerense–, sino por la alta densidad que termina generando este tipo de emprendimientos. Además, insiste en lo complejo y lo difícil que se torna la vida cotidiana desde este tipo de lugares: “El costo lo termina pagando la sociedad al congestionar las infraestructuras y tensionando al Estado que tiene que llegar hasta ahí con calles, alumbrado, redes de agua, cloaca, gas y, ni hablar, de los servicios de emergencia, como las ambulancias, los bomberos y la policía”.