“La ruta migratoria del Darién genera problemas ambientales y de seguridad”, alertó Alexis Bethancourt, exministro de Seguridad Pública de Panamá, en diálogo con DEF.
El Tapón del Darién, selva impenetrable situada entre Colombia y Panamá que configura una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, además de representar un riesgo en la seguridad y poner en peligro la vida de los inmigrantes, también sufre grandes daños ambientales.
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Este lado B de la migración masiva, fue expuesto por Alexis Bethancourt, exministro de Seguridad Pública de Panamá, que destacó que su país no recibe respaldos para subsanar esta situación.
El panameño dialogó con DEF en el marco de la Conferencia de Seguridad Hemisférica, coorganizada por el Instituto Jack D. Gordon de Políticas Públicas de la Universidad Internacional de Florida (FIU) y la Fundación TAEDA y llevada a cabo en Miami, Estados Unidos.
La contaminación ambiental en el Tapón de Darién
– ¿Por qué considera que el problema migratorio a través del Darién es ambiental, además de humanitario?
Existen en el Darién muchos retos que superar, pero el tema ambiental es muy importante. Allí, tenemos tres áreas protegidas: la Reserva Hidrológica de Alto Darién, el Parque Protector de Alto Darién y, el más relevante, el Parque Nacional Darién, un área protegida de 579.000 hectáreas.
Hay rutas que usan los migrantes que están siendo afectadas, porque ellos necesitan deforestar para poder ampliar estos caminos, que son muy difíciles de transitar. Erosionan la tierra y causan otros problemas, como el consumo de animales silvestres, algunos de ellos en peligro de extinción. También, contaminan los ríos, que son utilizados por las comunidades indígenas para consumo humano.
– ¿Cómo impacta la conducta de los migrantes en el ecosistema?
El problema se agrava porque, además, dejan basura inorgánica en la ruta. El año pasado, atravesaron esa ruta más de 521.000 personas: si hoy quisiéramos remediar estos daños poniendo fin a la ruta migratoria, nos llevaría más de 60 años y nos costaría mucho dinero. Sacar la basura de esos lugares, que son inhóspitos, también exige una inversión, una técnica y un transporte especial.
– ¿Panamá recibe algún tipo de apoyo para lidiar con este problema?
Nosotros no recibimos apoyo formal. Si recibimos, por ejemplo, para la seguridad, con helicópteros para transporte. También, recibimos ayuda de organizaciones como la ONU, UNICEF, u otras, como la Cruz Roja, que nos asisten en técnicas para potabilizar el agua, en lo que respecta a la atención médica y contención de los niños. Obtenemos esos recursos, y algunos los vamos ubicando y enfocando en el problema de Darién. Sin embargo, estos recursos no son infinitos, por lo cual la mayoría de los que utilizamos salen de los panameños.
– ¿Estamos ante un problema regional?
Es un problema regional e incluso, dentro del éxodo, también, tenemos personas que vienen de fuera del continente: de África y Asia. Entonces, aflora el problema de seguridad. El año pasado, en agosto, identificamos por biometría 133 casos de delito, y de ellos, los mas sobresalientes fueron 55 relacionados con la droga y 60 por sus nexos con el terrorismo. Panamá funciona, entonces, como filtro para que la región esté en paz. Nosotros sacrificamos recursos y horas para que se beneficie toda la región.
Migración ilegal: histórico acuerdo entre Panamá y Estados Unidos
A principios de julio, el Gobierno panameño y el de Estados Unidos firmaron un programa para tratar la migración irregular que se produce a través del Tapón de Darién. Será financiado por el Departamento de Estados de EE.UU., que además se encargará de capacitar y brindar apoyo al personal local para que puedan realizar las diferentes tareas.
“Este programa ayudará al gobierno panameño a expulsar a los ciudadanos extranjeros que no tienen una base legal para permanecer en Panamá. Esta asistencia busca reducir la migración irregular sin precedentes a través de la región del Darién, por donde transitaron más de 520 mil migrantes en 2023″, explicaron desde el Departamento de Seguridad Nacional.
En la misma línea, el flamante presidente, José Raúl Mulino, sostuvo en su primer discurso: “No voy a permitir que Panamá sea un camino abierto para miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país, apoyadas por un organismo internacional relacionado con el narcotráfico y la trata de personas”.
Panamá cierra varios pasos fronterizos y es cuestionado por Colombia
Paralelamente, desde el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá notificaron el cierre de entre cuatro y cinco pasos para “canalizar la migración irregular”. Al respecto, el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, indicó que estos sitios eran los que utilizaban los “coyotes” -traficantes de personas- para cruzar desde Colombia.
La zona desde Caña Blanca, en la frontera con Colombia, hasta el puesto de Lajas, está custodiada por Senafront, y el ministro ordenó el despliegue de patrullas del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) en las costas del Caribe y Pacífico.
Fue la agencia EFE quién dio a conocer el comunicado, que generó malestar en el gobierno de Colombia. Desde Migraciones de dicho país señalaron que estos cierres “no fueron acordados”.
“Debemos decir que nos parece una decisión equivocada, peligrosa, irresponsable, que va a generar muchas muertes, que va a generar muchas desgracias. Definitivamente, el migrante no se va a detener con ese alambre”, señaló a Noticia Caracol Emilio Pertuz, representante legal del Consejo Mayor de Comunidades Negras de la Cuenca del Río Acandí y Zona Costera Norte (Cocomanorte).
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Y desde Defensoría del Pueblo también cuestionaron esta medida y piden garantías de derechos humanos a inmigrantes. Mientras que el presidente Gustavo Petro utilizó las redes sociales para cuestionar las maneras de proceder: “Los alambres de púas en la selva solo traerán ahogados en el mar. La migración se frena quitando bloqueos económicos y mejorando la economía del sur”.
