El ex mandatario hondureño enfrenta cargos por tráfico de drogas y posesión de armas ante un tribunal federal en Nueva York.
Por primera vez en la historia, Estados Unidos somete a juicio a un mandatario extranjero. Juan Orlando Hernández, quien fue presidente de Honduras desde 2014 a 2022, está acusado de tráfico de drogas y tenencia de armas, además de ser sospechoso de recibir sobornos del ya condenado “El Chapo” Guzmán.
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En DEF te contamos cómo es el juicio por jurados que afronta Hernández en Nueva York, su relación con Washington y los negocios que tendría con Guzmán, uno de los narcotraficantes más importantes de la época.
El primer presidente reelecto de Honduras
De la crisis política que se desató en 2009 durante la presidencia de Manuel Zelaya, depuesto por sus intenciones reformistas, y el flojo mandato de Porfirio Lobo, emergió la figura de Juan Orlando Hernández como candidato a presidente por el Partido Nacional de Honduras.

Fue diputado durante tres períodos y, entre 2010 y 2014, ocupó la presidencia del Congreso Nacional concentrando los focos de la política. Esto lo llevó a triunfar en las elecciones generales de 2013, que contaron con la participación récord del 61% del padrón.
Con el 36% de los votos, Juan Orlando Hernández tuvo una presidencia marcada por medidas en materia de seguridad. Su primer acto como mandatario fue firmar una carta de intenciones con la ONG Transparencia Internacional para promover medidas en contra de los crímenes corporativos y la corrupción estatal.
Entre sus determinaciones más importantes, se encuentra la firma para la extradición de 38 hondureños a Estados Unidos por delitos de lavado de activos y tráfico de drogas desde 2014, y la implementación del Sistema Nacional de Emergencia 911.
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Bajo su mandato Honduras pasó de la posición 123 a la 106 en el Índice de Paz Global, noticia que estuvo acompañada de una reducción de 37,1 puntos en el índice de muertes violentas. Además, logró ubicarse junto a Chile en el primer lugar del Índice Global de Ley y Orden de 2017 en la región latinoamericana.
Gracias a los éxitos en la gestión, Hernández apuntó a la reelección, en contra de la Constitución Nacional. Sin embargo, el Tribunal Supremo Constitucional habilitó los dos mandatos consecutivos y la candidatura se convirtió en triunfo electoral.
Así, el 42,95% obtenido en 2017 estuvo bajo la mirada crítica de los veedores internacionales que detectaron irregularidades. La proclamación del triunfo llevó a tres semanas de masivas protestas encabezadas por la oposición, que dejaron 33 muertos y un mayor número de detenidos y heridos.
La Organización de Estados Americanos pidió repetir las elecciones, pero Donald Trump y Estados Unidos aceptaron los resultados y la victoria de Hernández.
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Gracias a la buena relación de los mandatarios, Honduras recibía ayuda económica de Washington para combatir el narcotráfico y reforzar el equipamiento de las fuerzas de seguridad. A cambio, se acordó un controversial pacto para detener el flujo de migrantes hacia tierra estadounidense.
Del apoyo estadounidense a la extradición y el vínculo con “El Chapo” Guzmán
Una vez finalizada su etapa de ocho años al frente de Honduras, Juan Orlando Hernández fue uno de los apuntados por la Administración de Control de Drogas. Tras una investigación exhaustiva, el 21 de abril de 2022 fue extraditado en un avión de la DEA y se revelaron los cargos en su contra.
Por primera vez en la historia judicial estadounidense un ex presidente extranjero se someterá a juicio: Herández fue acusado de beneficiarse de una red de tráfico de drogas que funcionó desde 2004 a 2022 y llevó más de 500 toneladas de sustancias ilegales al país norteamericano.
En palabras del Departamento de Justicia, Hernández “participó en una conspiración corrupta y violenta de narcotráfico para facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a Estados Unidos”.

Hernández habría usado su influencia en las fuerzas de seguridad para proteger cargamentos de droga que pasaban por su país hacia Estados Unidos, provenientes de organizaciones narcos locales, de México y otros países.
También indican que los delitos llegan a su etapa como congresistas y, a lo largo de este tiempo, habría recibido “millones de dólares en ganancias de la cocaína que usó para enriquecerse, financiar sus campañas políticas y cometer fraude electoral”, haciendo alusión a lo acontecido en los comicios de 2017.
Lo más resonante fue la mención de un soborno de un millón de dólares del reconocido y ya condenado narcotraficante mexicano “El Chapo” Guzmán para garantizar el bienestar del negocio del Cártel de Sinaloa en Honduras.
Las pruebas en contra de Juan Orlando Hernández
Las evidencias que se trascendieron se basan en declaraciones de hondureños en otras causas por narcotráfico. En el juicio de su hermano y ex diputado Tony Hernández, el ex alcalde Alexander Ardón declaró haber presenciado el soborno de “El Chapo”.
Por el vínculo familiar, esta causa tiene un gran peso en los cargos que recaen sobre el presidente que gobernó Honduras desde 2014 a 2022.
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En otro proceso penal al empresario Geovanny Fuentes Ramírez, que fue condenado a cadena perpetua por formar parte de la red de drogas del ex congresista Hernández, un testigo mencionó que vio al mandatario recibir dinero del narcotráfico.
Se espera la participación de otros condenados como Devis Leonel Rivera, exlíder del grupo narco hondureño Los Cachiros, que aseguró haber pagado 250.000 dólares al entonces presidente para que lo protegiera.
Juan Orlando Hernández se enfrenta entonces a un juicio por jurados en el tribunal federal de Nueva York, por tres cargos de conspiración para importar cocaína a EE.UU. y por el uso de armas de fuego y otros dispositivos vinculados al tráfico de drogas.
El ex presidente de Honduras podría ser declarado culpable y recibir sentencias mínimas obligatorias de 10 y 30 años, e incluso a cadena perpetua.
La defensa del ex presidente
Previo al comienzo del juicio, el ex mandatario se dirigió mediante una carta a Honduras y a la comunidad internacional: “Reitero a mi nación, así como al mundo entero: soy inocente, soy víctima de una venganza y una conspiración por parte de los grupos del crimen organizado y enemigos políticos”.
El argumento de la defensa se basa en que, durante la presidencia de Hernández, comenzaron las extradiciones de narcotraficantes a Estados Unidos y las medidas contra el lavado de activos, lo que impulsó la acusación de que el exmandatario era parte de una red de narcotráfico.

En relación a esto, también buscan mostrar como evidencia la colaboración con distintos organismos de seguridad y antinarcóticos estadounidenses, y las reuniones con altos funcionarios de Washington como el caso de Nikky Haley, quien fue embajadora ante Naciones Unidas.
Esto fue objetado por la fiscalía ya que se trata de información clasificada y su divulgación podría poner en peligro la seguridad nacional.
A pesar de que exponen que no hay videos o fotos que evidencien los delitos, la defensa espera que su representado declare en el juicio y evite ser el ex primer presidente extranjero en ser condenado a prisión por la justicia estadounidense.