El 40% del mundo va a elegir nuevos representantes en 2024 y Taiwán es el primer país del calendario que tendrá sus elecciones. Más allá de un posible cambio de la dirigencia política, Taipei se juega su futuro, en todo el sentido de la palabra, y su relación con el mundo ¿Quiénes se presentan y qué proponen?
Taiwán: 28 años de elecciones polarizadas
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial y la Revolución china de 1949, la política en Taiwán acarrea tensiones con China Continental. La isla celebró siete elecciones presidenciales y desde la primera, realizada en 1996, el partido nacionalista Kuomintang (KMT) y el Partido Progresista Democrático (PPD o Mínjìndǎng) alternaron dos períodos de gobernanza consecutivos.
Kuomintang es un partido nacionalista chino que cree que los pueblos de Taiwán y China son uno y deben estar incluidos en una unidad nacional y cultural. Asentado sobre las bases del derrocamiento de la Dinastía Qing, la última monarquía que reinó en China, y la instauración de la República, KMT fue el único partido que gobernó todo el país como “una sola China” hasta 1949, cuando la revolución comunista triunfó y moldeó la China Continental hasta la fecha.
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Los líderes del partido huyeron a Taiwán, donde constituyeron la República de China, gobernando como un Estado autoritario de partido único hasta 1987. A nivel internacional, retuvieron el asiento de China en las Naciones Unidas gracias al apoyo internacional de los países occidentales hasta 1971. A partir de la década del ‘80, la isla comenzó una reestructuración política que llevó a tener las primeras elecciones en 1996, iniciando un camino democrático con la participación de otros partidos políticos.
En esta apertura democrática, surge el polo opuesto que sería la alternancia al tradicional Kuomintang: el Partido Democrático Progresista. Surgió como el movimiento Tangwai, que culminaría con la constitución del PPD, movimiento que terminó con la formación del partido político el 28 de septiembre de 1986.
Mínjìndǎng se caracteriza por sus raíces pro-democráticas y pro-ambientales, además de la creencia en la independencia de Taiwán, a diferencia de Kuomintang. El principal hito del partido fue el apoyo a la reforma de la Constitución que hizo oficial que el gobierno nacional representara sólo al pueblo de la República de China (Taiwán) y no reclamara territorio en la China continental o Mongolia.

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El tercer actor en las elecciones 2024
Kuomintang y Mínjìndǎng son los partidos mayoritarios de Taiwán, pero existe un tercero que entrá en juego en las próximas elecciones. El Partido Popular de Taiwán (PPT), liderado por el ex alcalde de Taipéi, Ko Wen-je, se presenta como la alternativa a la polarización de la gobernanza que vive Taiwán desde 1996.
Ko Wen-je hizo su aparición política como un candidato independiente. Se presentó en las elecciones para alcalde de la capital en 2014 y venció al candidato del Partido Progresista Democrático, convirtiéndose en el gobernador de Taipéi hasta 2022.
En 2019 crea el Partido Popular de Taiwán para competir directamente con los dos partidos tradicionales de la isla, presentando, entre sus principales ideas de izquierda y social liberalismo, el uso de la energía nuclear junto a otras fuentes renovables.
Respecto a la relación con China continental y Estados Unidos, el PPT busca un equilibrio con ambos países, sumando a Japón como un posible acercamiento.
Las fórmulas presidenciales: ¿qué piensa la China de Xi Jinping?
A pocos días de las elecciones del 13 de enero, las tres fórmulas presidenciales ya están confirmadas:
- Partido Progresista Democrático: Lai Ching-te y Hsiao Bi-khim
- Kuomintang: Hou You-ih y Jaw Shaw-kong
- Partido Popular de Taiwán: Ko Wen-je y Cynthia Wu
Como se esperaba, la China continental buscó influir en las elecciones de Taiwán. El deseo del presidente Xi Jinping de lograr un plan de modernización para 2049 está más presente que nunca, el mismo contempla la unificación de la isla y considera que sin ella, el proyecto chino quedaría incompleto.
El primer mandatario chino reforzó su condicionamiento al proceso democrático en Taipéi en su discurso de Año Nuevo: “Sin duda, nuestra patria materializará la reunificación, y los compatriotas de ambos lados del Estrecho de Taiwán deben aunar las fuerzas y voluntades para compartir la gran gloria de la revitalización de la nación”.

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Tampoco oculta su intencionalidad de que el pueblo de Taiwán no vote a los candidatos del Partido Progresista Democrático, partido que gobierna actualmente y que generó un distanciamiento histórico entre “las dos Chinas”, a la vez que se acercó a Estados Unidos.
Sin embargo, incluso el candidato a vicepresidente Jaw Shau-kong de KMT, el único partido taiwanés que busca la unificación, puso distancia con Xi Jinping. Declaró que no hablaría con China sobre la unificación si gana la elección, dadas “las diferencias sustanciales en las instituciones entre las dos partes”.
En este sentido, las elecciones en Taiwán no solo definirán el futuro gubernamental de la isla, sino también su relación con China, la posibilidad de una unificación por la fuerza y hasta la probabilidad de que Estados Unidos –que elegirá presidente en noviembre– se involucre en la discusión.