La lenta normalización de las relaciones entre el estado saudí y el israelí propiciada por Estados Unidos, desde el ataque de Hamas, es una incógnita.
Arabia Saudita e Israel habían entablado conversaciones durante 2022 para negociar un acuerdo de paz, con el auspicio de Estados Unidos, que se vio afectado por el conflicto que se desató entre israelíes y palestinos tras el ataque de Hamas a principios de octubre.
Arabia Saudita es uno de los estados más relevantes de Medio Oriente por su reciente auge en el mercado y relaciones internacionales. Es el lugar de nacimiento del profeta Mahoma y del islam, religión que moldea las políticas de una amplia mayoría de los países de la región, por lo que los saudíes tienen un valor importante en el aspecto religioso, central en la guerra histórica de Israel con sus vecinos.
En contraposición con la situación actual, el estado saudí había rechazado la adhesión a los Acuerdos de Abraham en septiembre de 2020 y hoy la voluntad de negociar representa un hito más que importante en la región, que nuevamente tiene a Estados Unidos como protagonista.
Hay que remontarse a 1994 para el último acuerdo de paz firmado por Israel y Jordania con respaldo estadounidense, que resultó clave para generar espacios de diálogo en una región que se enfrentó a los israelíes desde su fundación en 1948.

- Te puede interesar: Civiles armados: crecen las solicitudes de permisos de armas en Israel
En palabras de Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, los Acuerdos de Abraham significaron “el amanecer de un nuevo Medio Oriente”, pero la normalización de las relaciones con los saudíes iba a significar una paz sin precedentes para la región y la posibilidad de que otros países se sumen.
La incursión de Hamas y la posterior declaración de guerra por parte del gobierno de Netanyahu generaron un punto de inflexión y de posible no retorno a la posibilidad de tranquilidad y estabilidad en Medio Oriente.
¿En qué consisten las negociaciones entre Muhammad bin Salman y Netanyahu?
Arabia Saudita e Israel comenzaron un lento acercamiento para la paz en 2015, cuando el estado israelí abrió una misión diplomática en Abu Dhabi, en Emiratos Árabes Unidos, y en 2020 el país fue invitado a la Exposición Universal en Dubai. La principal motivación para los saudíes es una alianza nuclear estratégica con Estados Unidos, y para estos es una oportunidad de transformar la geopolítica; mientras que en Israel buscan un Oriente Medio menos amenazante.
El presidente estadounidense Joe Biden insistió en que haya un avance “real” en las negociaciones en agosto del corriente año y si bien existe predisposición, las máximas autoridades saudíes, incluido el Rey Salmán, velan por el bienestar de Palestina y sus habitantes. Esto obligaría a que palestinos e israelíes se sienten a negociar un acuerdo que satisfaga a ambos lados y den por terminado un enfrentamiento que trasciende generaciones.
“Sin duda, los Acuerdos de Abraham anuncian el amanecer de una nueva era de paz. Pero creo que nos encontramos en la antesala de un avance incluso más impresionante, una paz histórica entre Israel y Arabia Saudí”, declaró Netanyahu en la Asamblea General de la ONU de septiembre de este año, en una muestra de la importancia de alcanzar finalmente un acuerdo. Además, reconoció la necesidad de que Palestina participe de estos procesos, pero “sin un derecho de veto”, abogando de que los ciudadanos palestinos se van a beneficiar de la paz.
- Te puede interesar: Corresponsales de guerra: el impacto del conflicto entre Israel-Hamas en el periodismo

La decisión de apoyo incondicional a Palestina del príncipe saudí Muhammad bin Salman estaba acompañada de dos solicitudes de igual peso: la garantía de seguridad por parte de Estados Unidos y el apoyo para crear un programa nuclear civil.
Arabia Saudita fue un gran defensor de la Iniciativa de Paz Árabe de 2002, que condiciona la normalización de las relaciones con Israel a su retirada del territorio palestino ocupado en 1967 y de los Altos del Golán en Siria. Mohammed bin Salman confesó a los medios que cada día se estaba más cerca de firmar un acuerdo de paz con Israel.
El ataque de Hamas y la contundente contraofensiva de Israel obligó a Arabia Saudita a suspender temporalmente cualquier tipo de conversación con Israel y a convertirse en espectador del conflicto, a la espera de ver cómo evoluciona.
El impacto real de los acuerdos de paz firmados por Israel
Desde su creación en 1948 y tras varias guerras con sus vecinos, el Estado de Israel logró entablar la paz y conseguir el reconocimiento de cinco países: Egipto, Jordania, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán.
Los Acuerdos de Abraham y los otros tratados no solo mejoraron la relación de Israel con estos países, sino también de estos con Estados Unidos, sobre todo en el aspecto comercial y la apertura de un nuevo mercado entre la potencia estadounidense y los estados de Medio Oriente.
Los cinco países que firmaron acuerdos de paz con Israel no brindaron apoyo militar, diplomático ni humanitario, por lo que estos tratados no se traducen en una alianza e Israel sigue estando solo en el combate real contra el terrorismo. Y no parece que el caso de Arabia Saudita sea distinto.
- Te puede interesar: La guerra en Gaza y sus consecuencias: el futuro de los Acuerdos de Abraham y la creciente influencia de Irán

Un ejemplo es el de Egipto, el primero en pactar, que tardó en aceptar solicitudes de apertura del paso de Rafah que une este territorio con la Franja de Gaza para que civiles puedan salir de la zona de conflicto y la ayuda humanitaria pueda ingresar. Actualmente, hay intenciones, con ayuda de Estados Unidos, de que 200 camiones al día ingresen para llevar alimentos y otro tipo de colaboraciones.
Los distintos acuerdos a lo largo del tiempo no lograron que Israel tenga mayor reconocimiento como Estado ya que otros países de la región como Afganistán, Arabia Saudita, Argelia, Irán, Irak, Líbano, Libia, Pakistán, Qatar, Siria y Túnez siguen firmes en su postura histórica de rivalizar con los israelíes.
Incluso en diciembre de 2023, a dos meses del comienzo del conflicto, ningún vecino de Israel se sumó a su ofensiva en Gaza y el ejército israelí combate en solitario a Hamas. También hay que destacar que tampoco hay una intervención a favor de Palestina, más allá de los agentes desestabilizadores de la región, como Hezbollah.