Gualter Chebli, quien se desempeñó durante 25 años en el área de exploración de YPF y preside hoy la consultora Phoenix Oil & Gas, realiza un diagnóstico del sector y analiza el rol de las provincias.
– ¿Cómo llegamos a la situación actual de fuerte caída de las reservas tanto de gas como de petróleo?
– Hubo ausencia de inversiones y faltó aplicar tecnología moderna. No hubo un plan energético ni petrolero. Y seguimos sin tenerlo. Esencialmente ha habido un descuido por parte del Estado, frente a una acentuación de la pérdida de producción y de reservas. No se tomó ninguna medida, a pesar de que distintas voces venían alertando sobre esta situación desde hacía por lo menos siete u ocho años. El Estado no vigiló, no controló, no inspeccionó y, sobre todo, no planificó.
– ¿Cuál es su análisis del plan anunciado por la nueva conducción de YPF, que prevé incrementar fuertemente el número de pozos perforados en los próximos cinco años?
– Es una incógnita. No sé cuál será el resultado que tendrá la nueva conducción encabezada por Miguel Galuccio; si va a tener las manos libres como para implementar una política petrolera desde la empresa. Las cifras que se están manejando tienen que ver fundamentalmente con incrementar producción. En las cuencas maduras, por más que se duplique el número de pozos perforados, eso no va a incrementar demasiado la producción. La expectativa está puesta principalmente en los hidrocarburos no convencionales, tema del que en Argentina todavía se sabe muy poco. Hace apenas dos años se produjeron los primeros descubrimientos de shale gas y de shale oil. Para dedicarse a explorar y explotar este tipo de yacimientos, hay que tener unas espaldas muy grandes, ya que se necesitan muchos recursos económicos.
– ¿Cómo observa el rol de las provincias, que son las actuales titulares de los recursos?
– Cuando se produjo el traspaso a las provincias de la potestad sobre los hidrocarburos, hubo algunas que comenzaron a trabajar en serio, haciendo bancos de datos muy completos, dando algún tipo de aliciente financiero-tributario para quienes fueran a explorar y licitando nuevas áreas. Sin embargo, no todas se comportaron de la misma manera. El resultado, en términos generales, fue que de los 193 permisos de exploración licitados hasta julio de este año, más de 80 se otorgaron a empresas que no pudieron demostrar experiencia en materia de hidrocarburos. En algún caso pudo haber habido alguna “mano negra”, pero en otros casos fue el resultado de la falta de plantel técnico y legal como para encarar el proceso. Entre los nuevos actores, hay cierto tufillo a privilegiar la actividad inmobiliaria por encima de las tareas exploratorias.
– Algunas jurisdicciones provinciales ya han dictado sus propias leyes de hidrocarburos. ¿Qué opinión tiene al respecto?
– En líneas generales, las leyes provinciales de hidrocarburos son cortoplacistas. Hay excepciones, como el caso de Neuquén, que trabaja muy bien tanto en el aspecto técnico como en el legal y administrativo. Tengamos en cuenta que el nivel de regalías establecido por la ley nacional de hidrocarburos va del 5 al 12%, un valor bajo comparado con otros países sudamericanos. Por eso, lo ideal es que la inversión en exploración quede a cargo de la empresa privada concesionaria y la provincia se asocie con ella cuando se confirme el descubrimiento de hidrocarburos y lo haga en magnitudes variables, en función del tamaño del hallazgo.
Foto: Fernando Calzada