A medida que la tecnología y sus herramientas avanzan cada vez más rápido, la aparición de robots como parte de la vida cotidiana es casi una realidad.
La industria 4.0 avanza a un gran ritmo y hablar de robots que funcionan con cierta autonomía ya es historia vieja. Sin embargo, la verdadera pregunta es, ¿qué rol va a tener la industria robótica? Junto con la Inteligencia Artificial, se pueden hacer proyectos y brindar servicios nunca antes vistos. Aún así, la robótica no es la solución a todo, también es un arma de doble filo y demostró tener su lado oscuro.
La llegada de la robótica junto con la industria 4.0
A nivel internacional, en el área de tecnología, la industria de robótica es una de las grandes prioridades y se busca incorporar en otros rubros como la educación o la salud.
Los primeros esbozos de “robots funcionales” son las plataformas de asistentes virtuales como Alexa en Amazon, que solo precisa de nuestras indicaciones (encender luces, activar alarmas o seleccionar una canción) para entrar en funcionamiento.
Sin embargo, el desarrollo de robots físicos que puedan moverse en tiempo y espacio con su propia voluntad y acatando órdenes es una de las nuevas tendencias y novedades. Desde el incentivo de las empresas privadas hasta programas propuestos por organizaciones gubernamentales, los proyectos en torno a la robótica no paran, ni lo van a hacer.

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Los comienzos de los robots y su historia
El primer robot “humanoide” de la historia se considera que fue Elektro, desarrollado entre 1937 y 1938 en Mansfield, Ohio por la empresa Westinghouse. En principio, el mismo medía dos metros, caminaba y contaba con una grabación de 700 palabras con la idea de mantener conversaciones básicas.
En la actualidad, Elon Musk anunció a Optimus Gen 2 de Tesla. Se trata de un robot prácticamente igual a un humano, incluso con la capacidad para sujetar objetos y doblar articulaciones. ¿Podrá reemplazar a los humanos como lo hizo la maquinaria en las fábricas durante la revolución industrial?
¿Dónde y cómo se están utilizando los robots?
Durante la pandemia, muchos hospitales en China pusieron en práctica el uso de robots asistentes. Los mismos le llevaban la comida a las personas que estaban internadas o aisladas por la enfermedad del Covid-19. Incluso, esto fue impulsado por el presidente Xi Jinping.
Los mismos asistentes podían realizar diagnósticos y pulverizar desinfectantes para evitar el contacto humano y, así, evitar el riesgo de contagio. Pudu Technology fue una de las empresas chinas que se puso al hombro una gran producción de este tipo de tecnologías y se instalaron sus máquinas en más de 40 hospitales.
Sin embargo, en otros lugares del mundo, el uso de estas tecnologías parece extraño y hasta terrorífico, casi como un capítulo de Black Mirror, en donde las consecuencias nunca son buenas. Por ejemplo, en Nueva York están pensando en utilizar robots a modo de acompañantes para la gente mayor que se encuentra sola.

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Al haber un aumento de este tipo de población, la empresa Intuition Robotics creó un robot llamado “ElliQ” a base de Inteligencia Artificial, diseñado para ser un soporte diario para los ancianos en la ciudad. Si funciona, sería una solución viable y económica para quienes no pueden costear un enfermero o médico que esté presente todos los días.
Se puso a prueba con más de 800 personas y, en principio, dieron un buen resultado. Aún así, en los primeros días se utilizaba en promedio unas 60 veces por día, pero con el correr del tiempo el número bajó a 33. Algunos usuarios remarcaron que el robot era un tanto molesto e invasivo, revirtiendo el efecto útil que tenía como primera impresión.
Asimismo, también pusieron a prueba varios asistentes tecnológicos para mejorar la convivencia y la seguridad en la ciudad. El patrullero tecnológico llamado K5 está pensado para vigilar que se cumplan las normas de seguridad en la estación subterránea de Times Square, la más transitada. Por el momento, este modelo de robot ha trabajado en otro tipo de rubros como casinos, aeropuertos, hospitales y demás. Este nuevo aparato no tiene permitido utilizar reconocimiento facial o grabar audio, con el fin de resguardar la privacidad de datos de los ciudadanos. De todas formas, su uso todavía está a prueba y no está del todo definida su aceptación ya que aún hay una gran parte de la sociedad reacia a la implementación.
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¿Por qué hay resistencia a utilizar estos avances tecnológicos?
Las capacidades de estas tecnologías aún no generan confianza ya que los datos personales que están en condiciones de recopilar podrían llevar a reemplazar tareas normalmente hechas por humanos.

De esta manera, una gran porción de la sociedad aún mantiene cierto rechazo, miedo e incertidumbre. En un mundo cada vez más interconectado, las nuevas herramientas ofrecen eficiencia, innovación y comodidad. La clave será entonces encontrar un equilibrio ético y sostenible entre estos desarrollos emergentes y el trabajo humano.