La máquina es capaz de realizar 15.300 millones de millones de operaciones matemáticas elementales por segundo. Su acceso estará abierto a toda la comunidad científica y tecnológica del país.
Por Stefano Puliafito
El miércoles 27 de septiembre se presentó la supercomputadora Clementina XXI. Esta moderna máquina se ubica entre las cien más potentes del mundo, representando un salto cualitativo para la ciencia argentina y el sistema científico tecnológico.

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Principales características de Clementina XXI
El dispositivo está valorado en $1.740.000.000 y fue instalado en el Centro de Cómputos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), ubicado en Av. Dorrego 4019, CABA.
De uso abierto y compartido a todo el sistema de Ciencia y Tecnología nacional, la computadora es cuarenta veces más potente que el ordenador que hasta hoy era el de mayor capacidad en el país, el Huayra Muyu, utilizado por el SMN para hacer su pronóstico operativo.
En este sentido, Clementina XXI está en condiciones de efectuar 15.300 millones de millones de operaciones matemáticas elementales por segundo. Las posibilidades que ofrece exceden a las ciencias de la computación, la Inteligencia Artificial o las ciencias de datos. Esta máquina permite efectuar, además, estudios de genómica, diseño de fármacos, modelado de cuencas petroleras y gasíferas, y hasta algunos tópicos de las ciencias sociales, entre muchas otras posibilidades.
En cuanto a sus características técnicas, el equipo cuenta con 296 aceleradores gráficos (GPU) Intel Ponte Vecchio y 5120 núcleos de procesadores (CPU) INTEL Sapphire Rapids HBM de última generación; una memoria de 1.66 petabytes y una red para interconexión interna entre sus nodos de 400 gigabytes por segundo.

“Hoy es un día que nos emociona y que va a quedar en la historia. Tenemos la seguridad de que este aporte a la ciencia va a mejorar las condiciones de vida de la gente”, sostuvo el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), Daniel Filmus, durante la presentación del equipo.
De ahora en adelante, con la computadora ya funcionando, se lanzarán llamados periódicos abiertos de los que podrán participar científicos y científicas de todas las jurisdicciones del país. Cada grupo interesado deberá presentar un proyecto explicando qué es lo que quieren hacer y cuál es el tiempo que necesitan. Una vez evaluado por pares, se les asignará una cantidad de horas de trabajo en la supercomputadora.
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Detalles de la adquisición de la computadora
Clementina XXI fue adquirida en el marco de la Iniciativa Nacional de Supercómputo; implementada conjuntamente entre las carteras de Ciencia, de Defensa, el SMN y el CONICET; licitada por la empresa Lenovo y financiada con fondos provenientes de un crédito del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
De esta manera, el MINCyT invirtió 5.000.000 de dólares para la compra del equipo, mientras que el Ministerio de Defensa erogó cerca de 2.000.000 para adecuar el data center en donde finalmente se instaló la supercomputadora y para ampliar el suministro de energía necesario.
“Este es el resultado de la planificación, de la prioridad que se le dio a la recuperación científica en nuestro país. Hay que sentirse orgulloso y pelear para que la ciencia tenga el lugar que merece y más todavía”, destacó el ministro de Defensa, Jorge Taiana, quien también se hizo presente durante el acto de presentación.

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¿Por qué la computadora se llama Clementina XXI?
“El nombre viene a demostrar que hay una tradición tecnológica argentina que no se rinde y sigue trabajando”, describió el ministro Taiana durante la puesta en marcha de la nueva supercomputadora.
Es que su denominación rinde tributo a “Clementina”, la primera computadora de uso científico instalada en Argentina, y que comenzó a funcionar un 15 de mayo de 1961 en el Pabellón I de la Ciudad Universitaria, en la Universidad de Buenos Aires.

La importación de esta primera gran máquina estuvo relacionada a la figura de Manuel Sadosky, considerado por muchos el padre de la computación argentina. Además se destacó el trabajo de varias mujeres, que con el tiempo fueron reconocidas como las programadoras de Clementina.
La primera Clementina se utilizó para resolver cálculos matemáticos y astronómicos, para el estudio de los ríos patagónicos, para efectuar censos comerciales, análisis del funcionamiento de reactores nucleares, investigaciones cardiológicas y traducciones, como del ruso al español.
Esta computadora, que en aquel entonces también se posicionó como la más importante de la región, funcionó hasta mediados de 1971.