El candidato oficialista Lenín Moreno se impuso en un peleado balotaje, pero su rival Guillermo Lasso denunció fraude.
En su sitio web, el Consejo Nacional Electoral (CNE) dijo que Moreno lograba un 51,11 por ciento de los votos válidos, frente al 48,89 por ciento del ex banquero Guillermo Lasso, con el 95,5 por ciento de las actas escrutadas, una diferencia de apenas 212.000 votos.
Moreno, un administrador de 64 años que sufre de paraplejia, ha prometido mejorar los planes sociales de Rafael Correa y reconciliar al dividido país alejándose del estilo confrontacional del saliente presidente, que dominó casi hegemónicamente la política desde que llegó al poder en el 2007.
“Vamos a seguir construyendo el camino, se ha hecho mucho pero queda mucho por hacer, nos toca la tarea”, dijo Moreno, ex vicepresidente de Correa entre 2007 y 2013, tras proclamarse vencedor en los comicios más ajustados de la última década en el socio más pequeño de la OPEP.
“Esto recién comienza. De aquí en adelante todos a trabajar por el país, por nuestro amado Ecuador ¡Lo haremos en paz y armonía!”, agregó sentado en su silla de ruedas ante miles de simpatizantes que ondeaban las banderas verdes del partido de gobierno y el estandarte tricolor del país.
Pero Lasso clamó fraude ocasionando protestas en el dividido país, donde muchos agradecen la estabilidad y los planes sociales del saliente Correa, pero otros critican su autoritarismo y los escándalos de corrupción que salpicaron su administración.
“Creo que han cruzado una línea”, dijo Lasso, prometiendo un recuento “acta por acta, urna por urna, voto por voto” y adelantando que habló con observadores internacionales.
“Vamos a defender la voluntad del pueblo ecuatoriano frente a las pretensiones de un fraude que tiene por objetivo instalar a un Gobierno que sería ilegítimo”, agregó desde Guayaquil. “Señor Correa, no juegue con fuego, no tiente a los ciudadanos”.
En la sede del CNE, en Quito, los seguidores de Lasso protestaban gritando: “fraude no, democracia sí”. Y en Guayaquil, la ciudad más grande del país, un puñado de simpatizantes del opositor chocaron con la policía que los repelió con gases lacrimógenos.
Mientras tanto, en una avenida al norte de Quito, donde el oficialismo celebraba su virtual triunfo, Moreno se animó a cantar y Correa, quien ha prometido irse a vivir con su esposa a Bélgica tras dejar el poder, bailó animosamente.
Fuente: Reuters Latinoamérica