La decisión promete una experiencia más personalizada, pero despierta fuertes debates éticos, legales y sociales sobre los límites del deseo en la inteligencia artificial (IA).
La empresa de Sam Altman lanzó un modelo de ‘opt-out’ que permite usar obras con copyright, a menos que sus titulares lo bloqueen, cambiando las reglas del juego en derechos de autor.
Mientras los usuarios descansan, el modelo generativo de IA se adelanta a los preparativos y desarrolla tarjetas personalizadas con recomendaciones y resúmenes diarios.