El régimen de Kim Jong-un avanza con un ambicioso plan militar que busca convertir a Corea del Norte en una potencia bélica capaz de amenazar por tierra, mar y aire, despertando preocupación en la comunidad internacional.
El régimen norcoreano inaugura un resort de lujo en la frontera con Rusia, accesible únicamente para visitantes rusos, marcando un giro en su estrategia turística y económica.
Corea del Norte cerró el acceso de Corea del Sur a una zona industrial conjunta que genera 2000 millones de dólares al año en comercio para el régimen de Pyongyang.
El régimen nocoreano amenazó con atacar bases militares de EE.UU., mientras Washington y sus aliados reforzaron las sanciones económicas contra el país, dirigidas hacia el principal banco de intercambio extranjero.