Un controvertido programa de erradicación de conejos silvestres en el Parque Patagonia Austral desata polémica y preocupación ¿Hasta qué punto se puede usar veneno para combatir especies invasoras sin poner en riesgo la biodiversidad de uno de los ecosistemas mÔs delicados del mundo?
Una nueva denuncia por daño ambiental -que se suma al inminente juicio oral por la masacre de pingüinos de Punta Tombo ocurrida en 2021- preocupa a los habitantes de la provincia de Chubut.
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Se trata de un programa para eliminar conejos silvestres en las islas ValdĆ©s, Tova y Tovita del Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral (PIMCPA), un Ć”rea protegida que estĆ” ubicada al norte del Golfo San Jorge.Ā

La demanda penal realizada por un poblador rural de la zona ante la FiscalĆa de Rawson y derivada posteriormente a Comodoro Rivadavia, se origina en la utilización de veneno tóxico para la erradicación de especies exóticas en las islas que pertenecen al parque.
Esta denuncia seƱala el plan llevado adelante por la Fundación Rewilding Argentina que dio como resultado la matanza de 790 conejos silvestres para la cual se utilizaron y esparcieron 10 toneladas de āun veneno altamente tóxico y bioacumulativo, el brodifacoum, sin una evaluación previa esencial del impacto real de la especie exótica realizada por expertos y de los riesgos para el ambiente y las especies autóctonasā, segĆŗn especifica la demanda.
Pese a que este programa se llevó a cabo con la autorización de la SubsecretarĆa de Conservación y Ćreas Protegidas de Chubut en 2021, el fiscal Juan C. Caperochipi, a cargo del caso, ya ordenó las primeras medidas de prueba para determinar la gravedad de los hechos.

El parque, ubicado en la costa este de la provincia al norte del golfo San Jorge entre el cabo Dos BahĆas y la isla Quintano y cuya superficie es de 104.812 hectĆ”reas, de las cuales 31.052 pertenecen al Ć”rea costera y 73.760 al Ć”rea marina e islas, es un Ć”rea destinada a la protección de la biodiversidad patagónica que estĆ” gestionada por la Administración de Parques Nacionales y la provincia de Chubut.
Cuenta desde 2018 con un Programa de Manejo concertado entre actores privados y estatales. SegĆŗn los conocedores del tema, este cogobierno suele generar conflictos de manejo y, āaunque Parques tiene presencia en la zona, en general es la provincia la que termina tomando las decisionesā.
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Consultados por DEF, desde la Fundación Rewilding manifestaron āno estar contestando preguntas referidas al tema en cuestiónā.
Aleta veneno: la advertencia de los especialistas
Introducidos en la isla de Tierra del Fuego en los siglos XIX y XX, los conejos silvestres se encuentran en la actualidad en diversas provincias como Chubut, NeuquƩn, San Juan, Chubut y Santa Cruz.
Sobre los motivos de su presencia en las islas patagónicas, las versiones son variadas, pero quizĆ”s la mĆ”s verosĆmil sea la que afirma que fueron llevados por lugareƱos para ser utilizados como alimento en caso de naufragio, por tratarse de una zona difĆcil de navegar. Probablemente para regular la presencia de esta especie exótica, mĆ”s adelante se introdujeron gatos domĆ©sticos.
Declarada esta especie dañina para la biodiversidad a través de una resolución del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Nación en diciembre de 2020, se autorizó a los organismos de gobierno a coordinar acciones para su control o erradicación, a fin de evitar su expansión.

Es en este contexto que la Fundación Rewilding Argentina presenta a las autoridades un plan de exterminio en el que destaca los impactos negativos de las especies exóticas sobre las nativas y da ejemplos de los daños causados por conejos invasores en diferentes partes del mundo.
Los especialistas consultados por DEF cuestionan los argumentos de Rewilding porque, afirman, se asientan en hechos que no estĆ”n avalados por ningĆŗn estudio. Entre otras irregularidades, destacan que no estĆ” comprobado que los conejos roben espacios de nidificación a los pingüinos y que no se llevó adelante ningĆŗn estudio para comprobar cómo percola el veneno en el suelo, ya que aunque las pastillas desaparezcan hay quĆmicos que persisten en el sustrato y generan daƱo.
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El Plan de Manejo habla de que es necesario ejecutar un programa para erradicar especies invasoras en general y, segĆŗn los expertos, de las varias que existen en la región āpor ejemplo, cangrejos y algas- los conejos resultan los menos problemĆ”ticos, ya que estĆ”n en las islas mar adentro y es imposible que salten al continente.
El problema, dicen, no es solo la falta de certezas sobre la necesidad de implementar acciones de exterminio, sino, en el caso de ser imperioso, quiĆ©nes estĆ”n autorizados a realizarlas. āLos organismos calificados para aplicar cualquier mĆ©todo de control, de ser necesario, pueden ser el Conicet, las agencias gubernamentales o autorizadas por el gobierno. Dicho de otro modo, no puede quedar en manos de un privado o una ONG, salvo que sea determinado por el Estado y bajo su supervisiónā, afirman.Ā

E insisten en que āuna ONG no es una institución acadĆ©mica reconocida, es fundamental someter el proyecto a una consulta externa y con mĆ”s razón si el mĆ©todo empleado es el venenoā.
AdemÔs del accionar de la Fundación, un tema no menor a analizar es el rol del Estado a la hora de otorgar los permisos.
Toxicidad, bioacumulación y persistencia, un combo letal
El rodenticida que fue esparcido por la isla en una cantidad desproporcionada es altamente letal y tiene un efecto residual de alrededor de seis meses en los órganos y tejidos de los animales muertos, hecho que representa un alto riesgo para otras especies de aves nativas y carroñeras.
Según los especialistas, hay registros de mortalidad en especies que no fueron blanco del veneno. Y cuentan que en 2022 una estudiante de la facultad y una becaria del Conicet que analizaban el impacto de las especies exóticas visitaron la isla Tova y vieron pastillas de veneno junto a animales muertos: aves, pÔjaros y pingüinos.

De hecho, en el informe de la Fundación se reconoce que hay otras especies muertas como caranchos, chingolos, torcazas, entre otras. āCómo no hay un control real de parte del Estado es imposible saber la gravedadā, se quejan los vecinos. Y la verdad es que este veneno por su potencia y duración estĆ” restringido o prohibido en Ć”reas naturales y rurales de varios paĆses, entre ellos los Estados Unidos, pese a lo cual en el Parque fue utilizado indiscriminadamente, incluso en nidos de pingüinos.
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SegĆŗn pudo saber DEF; mientras cientos de kilos de veneno se han vertido en las islas a la espera de una resolución, queda en consideración de la FiscalĆa la investigación sobre este accionar que pone en duda la ecuación costo-beneficio.




