A raíz del éxito de la serie “Griselda”, en DEF te contamos la historia de esta figura clave para uno de los narcotraficantes más famosos del mundo.
Griselda Blanco fue una de las narcotraficantes más temidas durante la década del 80 en Estados Unidos y Colombia. A su vez, fue pionera en el tráfico de drogas en estos países. Es de la misma época que Pablo Escobar, pero “la reina de la coca” no obtuvo la misma popularidad y por eso hoy deciden contar su historia.
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La serie se estrenó en Netflix el 25 de enero, y pasó a dominar el ranking global de la plataforma, ubicándose como la más vista en 89 países. La figura de Griselda Blanco es interpretada por la reconocida actriz colombiana Sofía Vergara. A partir de su fama, más interrogantes empezaron a surgir sobre la figura de Blanco, tan importante en la vida de Pablo Escobar. ¿Cómo fue su vida de crimen y delito?
Griselda Blanco: la viuda negra y criminal más temida de Norte América
Ana Griselda Blanco Restrepo fue una de las fundadoras del Cártel de Medellín en 1976. Además, fue famosa por ser pionera en el tráfico de cocaína en Miami, Florida entre 1970 y 1990.
En su infancia en Colombia, fue violada por su padrastro y huyó de su casa a los 14 años. Su primer esposo fue Carlos Trujillo, con quien tuvo tres hijos: Uber, Dixon y Osvaldo. A los años, el hombre huyó tras ser amenazado por Blanco, y al tiempo murió supuestamente por cirrosis, pero el caso generó dudas y se especuló con el posible homicidio de Trujillo en manos de su esposa.

Luego, tuvo un segundo matrimonio con Alberto Bravo y juntos emigraron a Estados Unidos. Se instalaron en Nueva York y empezaron rápidamente sus negocios en el mundo de la cocaína. Al poco tiempo, “la viuda negra” asesinó a Bravo luego de encontrarlo engañándola en un bar.
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Finalmente, se casó con Darío Sepúlveda en 1979 y tuvieron un hijo que llamaron Michael Corleone, en referencia a la película “El Padrino”. Griselda también lo habría mandado a matar en Medellín cuando el hombre intentó fugarse con su hijo, ya que “no quería que el pequeño creciera en un ambiente rodeado de crimen”.
¿Cómo forjó su camino en el narcotráfico?
Uno de sus primeros trabajos fue ser mesera en un sector de bares y prostitutas llamado Lovaina. En el mismo, comenzó a perfeccionar el carterismo y a hacer pequeñas actividades ilegales.
Sin embargo, su segunda relación amorosa con Alberto Bravo marcó su verdadero comienzo en el mundo criminal. Su esposo traía de Panamá y Estados Unidos productos lujosos y caros de manera ilegal y se lo vendía a un pequeño círculo.
Pero a escondidas, realizaba contrabandos a través de una enfermera de un hospital local de Medellín y lograba quedarse con excedentes de cocaína que una empresa alemana distribuía en ese momento para aliviar el dolor de los pacientes con enfermedades terminales.
Con este pequeño empujón, Griselda Blanco convirtió el negocio “familiar” en un imperio de drogas. Fue una de las primeras en crear el concepto de “mula”, en donde enviaba la droga escondida a través de humanos: en la ropa interior, en jaulas de perro o en suelas de zapatos.
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El tráfico de cocaína se expandió a más drogas y pasó de ser un servicio local a internacional. Cuando se mudó a Estados Unidos fue el punto clave de su crecimiento. Pasó a ser una de las máximas amenazas de criminalidad en el país y fundó en Colombia el Cártel de Medellín, teniendo a su cargo la modalidad que, según dicen, ella mismo inventó: matones y sicarios.

¿Cómo se relaciona con Pablo Escobar?
En un principio, Blanco y Escobar eran rivales. Ella tenía base en Estados Unidos y él en Colombia, sus caminos como narcotraficantes estaban separados. Según varios medios, él utilizó muchas de las rutas que anteriormente habían sido trazadas por ella para trasladar la cocaína a Estados Unidos.
Esto provocó un largo enfrentamiento entre ellos y en ese contexto nació el apodo que le otorgaron a Blanco: “La madrina de Pablo Escobar”. A principios de la década del 70, ella ya había ideado muchas formas para traficar droga sin ser descubierta y Escobar apenas comenzaba su reputación como criminal.
“El único hombre al que alguna vez tuve miedo es una mujer llamada Griselda Blanco” dijo contundentemente Escobar, haciendo énfasis en el respeto que le tenía a la madrina.
Si bien más tarde los unió el Cártel de Medellín, junto a Gonzalo Rodríguez Gacha y Juan David Ochoa, mantuvieron sus operaciones de manera individual y siempre compitieron por el máximo control del negocio de drogas.
Esta confrontación causó más de una vez encuentros violentos entre grupos y aumentó la idea de las mafias y las peleas entre bandas criminales.
La muerte de Griselda Blanco y su camino
La madrina fue detenida en 1985 y sentenciada por homicidio, narcotráfico y un sinfín de episodios violentos. Todo indicaba que pasaría el resto de su vida en la cárcel de Estados Unidos, pero tras 19 años fue deportada a Colombia.
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Pero en el medio de su condena sufrió un duro golpe: sus tres primeros hijos fueron asesinados de manera violenta. Se presume que se trataban de ajustes de cuentas. Michael Corleone, es el único hijo de “la reina de la coca” vivo y planea contar la historia de su madre en un libro.

“La madrina”, vivió sus últimos años en El Poblado, y mantuvo perfil bajo para camuflarse en la tranquilidad del barrio más rico de Medellín. Sin embargo, el 3 de septiembre de 2012, a los 69 años, Griselda Blanco fue asesinada.
El crimen se produjo cuando la temida mujer salía de la carnicería: recibió dos tiros en la cabeza por un matón que se escapó en motocicleta. Si bien no se sabe con claridad quién era, ni qué relación tenía con ella, también se especula con el saldo de deudas de una banda criminal rival.
Pese a su trágico final, los crímenes y métodos sanguinarios de Griselda Blanco marcaron un punto de inflexión para todos los grandes narcotraficantes que la siguieron.