El Museo Británico siempre ha sido objeto de atención por la forma de adquirir obras y colecciones. Recientemente, la situación se complicó a raíz de las exigencias de Grecia para repatriar los Mármoles de un ícono de su historia, el Partenón.
La ola de robos que sufrió el museo ubicado en Londres alentó el reclamo basado en otros antecedentes, como el gesto del Vaticano de este mismo año. ¿Hay posibilidades de un conflicto diplomático a gran escala?
- Te puede interesar: El aumento y la caída de los NFTs en el mundo de las criptomonedas
¿Por qué Gran Bretaña tiene las estatuas del Partenón?
El comienzo de la propiedad británica se dio a principios del Siglo XIX, en el contexto del dominio del Imperio Otomano sobre Grecia. Durante 1801 y 1805, Lord Elgin, embajador de Gran Bretaña en tierras otomanas y admirador del arte de la Antigua Grecia, se llevó numerosos artículos del Partenón con autorización de las autoridades de la época.
Elgin se llevó 75 de los 160 metros de friso, 15 de las 92 metopas y 17 figuras parciales de los frontones y otras piezas arquitectónicas más. Además de las adquisiciones en el templo de Atenas, también obtuvo ejemplares del Erecteión, los Propileos y el Templo de Atenea Niké, con el argumento de proteger la historia de la inestabilidad de la región.
En 1816, el diplomático, en apuros financieros, vendió su colección al gobierno británico por una fracción de lo que le había costado rescatarlas. Un año más tarde, el Museo Británico se hizo con las piezas y desde 1839 forma parte de la exhibición en Londres.
A pesar de las inconsistencias en los permisos que juegan en contra del Lord Elgin y los reclamos que datan desde el fin de la ocupación turca otomana en Grecia en 1832, las autoridades del museo se niegan a restituir la exposición a su país de origen esgrimiendo la legalidad de su compra.

- Te puede interesar: ¿El fin de los museos tradicionales? El arte digital gana cada vez más terreno en el mundo
La Ley del Museo Británico de 1963, el gesto del Vaticano y los robos registrados de piezas históricas
En los últimos 10 años, el British Museum fue objetivo de alrededor de 2.000 robos de piezas no exhibidas e incluso varias sin catalogar en sus almacenes. Si bien muchas fueron devueltas producto de investigaciones, el historiador alemán Hartwig Fischer, quien era el director desde 2016, anunció su dimisión tras denunciar la inacción de la institución tras las primeras denuncias en 2021.
Entre los artículos robados, aunque no se sabe con precisión a qué colecciones pertenecen, hay piezas de orfebrería, oro y piezas semipreciosas que datan de períodos entre el Siglo XV y el Siglo XIX. El gobierno griego, representado en este caso por la ministra de Cultura, Lina Mendoni, cuestionó la credibilidad del Museo Británico y ratificó el reclamo de repatriación de los frisos del Partenón.
La reticencia, tanto del gobierno británico como de las autoridades del museo, se sustenta principalmente en la Ley del Museo Británico de 1963, que prohíbe actualmente la venta o devolución total de los artefactos, salvo en tres ocasiones:
- Se trata de un objeto duplicado.
- Es una copia de una fotografía originalmente realizada posteriormente al año 1850.
- Las autoridades de la institución consideran que el artículo puede retirarse de las colecciones sin comprometer los intereses de los estudiantes.
La naturaleza de la ley es clara: proteger las exposiciones y protegerse de cualquier tipo de disputa internacional por la adjudicación de obras, pero un acta no puede prevalecer sobre un conflicto que ya involucra a los gobiernos y a sus principales funcionarios. El primer ministro británico, Rishi Sunak, ya aclaró que apoya la legitimidad del Museo Británico sobre la exhibición griega y que no tiene intenciones de cambiar la ley mencionada con anterioridad.

La aislada postura de los británicos quedó evidenciada cuando el 24 de marzo de 2023, el Papa Francisco anunció que el Vaticano devolvió tres fragmentos del Partenón que estaban en posesión de la institución religiosa desde el Siglo XIX. La gestión de restitución de las piezas de mármol de 2.500 años de antigüedad pertenecientes a distintas estatuas se venía gestando desde el año anterior y, como gesto de amistad, se contribuyó a la anhelada unidad del Templo de Atenas.
El riesgo de un conflicto diplomático de gravedad entre Gran Bretaña y Grecia parece lejano por varios motivos: la relación entre ambos países, la decisión del presidente del museo George Osborne de negociar y las intenciones del primer ministro heleno Kyriakos Mitsotakis de evitar una disputa judicial con los británicos e inclinarse al diálogo.