Se cumplen once años del fallecimiento del líder bolivariano, quien marcó una nueva era en la vida política venezolana e impactó con su modelo en todo el continente. ¿Cuáles fueron sus luces y sus sombras?
La imagen del teniente coronel Hugo Chávez, de 37 años, dirigiéndose a las cámaras de televisión para admitir el fracaso del golpe militar del 4 de febrero de 1992, proyectó al desconocido jefe de una brigada de paracaidistas a la arena política de Venezuela. Casi siete años más tarde, el 2 de febrero de 1999, luego de su paso por la prisión e indulto de por medio, asumió el poder por la vía democrática.
Fueron 14 años de poder casi absoluto, que le permitieron instaurar un nuevo modelo. En rigor, fue después de la fallida intentona de desplazarlo del poder, en abril de 2002, que aceleró las reformas para impulsar su “revolución bolivariana” y el “socialismo del siglo XXI”, que cambiaron para siempre la estructura institucional, social y económica de Venezuela.
Para sus seguidores, fue un líder enorme de la Patria Grande, fiel seguidor de las enseñanzas de Simón Bolívar y luchador anti-imperialista. Para sus detractores, fue un autócrata que concentró en su persona todos los poderes del Estado, atacó la libertad de expresión, persiguió a sus opositores y tejió polémicas alianzas internacionales con el castrismo cubano y con gobiernos autoritarios en todo el mundo, desde la Libia de Gaddafi hasta el Irak de Saddam Hussein.

De los cuarteles a las urnas
Nacido en 1954 en Sabaneta, en el estado de Barinas, Hugo Rafael Chávez Frías abrazó desde muy joven la carrera castrense. Se graduó como subteniente en 1975, en la Academia Militar de Venezuela, y obtuvo una licenciatura en Ciencias y Artes Militares. En 1982, fundó junto a un grupo de oficiales el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, plataforma de agitación que fue forjando su figura de caudillo dentro del Ejército.
En plena crisis económica tras el Caracazo de 1989, con una dirigencia política muy desprestigiada, el entonces teniente coronel Hugo Chávez lideró en febrero de 1992 un fallido alzamiento militar contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. El saldo fue de 32 muertos. Los golpistas fueron neutralizados y detenidos. “Compañeros, lamentablemente por ahora los objetivos que nos planteamos no fueron logrados”, afirmó Chávez ante las cámaras de televisión.
Apenas dos años más tarde, en febrero de 1994, el mandatario Rafael Caldera concedió un indulto a los 23 exmilitares golpistas detenidos, entre ellos Chávez. Sería en ese momento que daría el salto a la política. Con vistas a las elecciones de diciembre de 1998, lanzó el Movimiento Quinta República (MVR) con el que se postuló a la Presidencia de Venezuela. En la primera vuelta, derrotó con el 56,2% de los votos al empresario Henrique Salas Römer, con el 39,97%.

Un primer mandato accidentado
Tras su pintoresca jura sobre la “moribunda” Constitución de 1953, Chávez se lanzó de lleno a reformar el sistema político venezolano. En julio de 1999 convocó elecciones para la conformación de la Asamblea Constituyente, que dio paso a la sanción de la nueva Carta Magna de la “República Bolivariana de Venezuela”. Un referéndum popular aprobó el nuevo texto en diciembre de ese año.
Ya con la nueva Constitución en vigencia, en julio de 2000 se realizaron nuevas elecciones presidenciales y legislativas. Chávez se impuso fácilmente, con 59,76% de los votos, lo que le permitió iniciar su primer mandato de seis años bajo la Carta Magna recientemente aprobada.
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Sin embargo, el 11 de abril de 2002, tras una jornada de protestas que dejó 15 muertos, el gobierno fue depuesto por un golpe cívico-militar. Asumió el poder el titular de la patronal Fedecámaras, Pedro Carmona, apoyado por un grupo de partidos políticos y la cúpula de las FF.AA.
A solo 48 horas del golpe, ante la fuerte presión popular y la condena de los países de la región, Chávez -quien se encontraba detenido en un fuerte militar- fue reinstalado en el gobierno. “A quienes siguen acariciando la idea de matarme o de sacarme con un golpe de Estado, les recuerdo que todo 11 tendrá su 13”, fue la advertencia utilizada por el caudillo, en reiteradas ocasiones, durante la siguiente década, al recordar su retorno al poder el 13 de abril de 2002.

El control de la industria petrolera y las expropiaciones
Con la experiencia de ese fallido intento de golpe a sus espaldas, Chávez tuvo que pasar otro intento desestabilizador. Entre finales de 2002 y comienzos de 2003, un paro petrolero detuvo el funcionamiento de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) durante 62 días. Fue en respuesta al intento del gobierno de tomar el control de las áreas gerenciales de la compañía. Más de 18.000 empleados fueron finalmente desplazados de PDVSA.
El boom de los precios del petróleo permitió al Estado venezolano ingresos multimillonarios: según el Banco Central, entre 1999 y 2014 ascendieron a 1,36 billones de dólares. Esto le permitió a Chávez financiar su “revolución bolivariana”, que incluyó la expropiación de 1.168 empresas. Una de las afectadas fue Siderúrgica del Orinoco (Sidor), que había sido adquirida en 1997 por el grupo Techint, lo que generó tensiones con la Argentina que debieron ser saldadas a través de negociaciones diplomáticas.
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En 2007, el gobierno venezolano anunció la “nacionalización” de la Faja Petrolífera del Orinoco, uno de los mayores reservorios de crudo extrapesado del planeta. La nueva política dio paso a la conformación de nuevas empresas mixtas y la salida de multinacionales como Conoco Phillips y Exxon, que iniciaron juicios en contra del Estado venezolano. Sin embargo, la mala gestión de PDVSA provocó una dramática caída en la producción de petróleo durante la siguiente década.

El cáncer que truncó la vida de Chávez
En junio de 2011, tras largas estadías en Cuba y sucesivas operaciones, Hugo Chávez confirmó que se le había extirpado un tumor y estaba siendo sometido a un tratamiento contra el cáncer de colon. Los tiempos se aceleraron con vistas a unas elecciones, que se celebrarían en octubre de 2012 y le permitirían, en teoría, iniciar un tercer mandato de seis años. Su salud era muy frágil y la campaña, desgastante, no contribuyó a la recuperación.
La preparación de un sucesor se hacía más necesaria que nunca. A pocos días de conseguir su reelección con el 55,07% de los votos, Chávez nombró al entonces ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, como su nuevo vicepresidente. Su regreso a La Habana para seguir su tratamiento volvió a levantar todo tipo de sospechas sobre la gravedad de su estado de salud. El 5 de marzo de 2013, finalmente, se produjo en la capital cubana el fallecimiento de Hugo Chávez. Tenía 58 años y dejaba una revolución a mitad de camino.
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La siguiente década sería traumática para Venezuela, con un proceso revolucionario cada vez más autoritario, una inflación galopante y sanciones internacionales contra la industria petrolera venezolana. En 2019, la suspensión de la membresía del Mercosur -bloque al que había ingresado formalmente en 2012- y el reconocimiento internacional del gobierno de Nicolás Guaidó como legítima autoridad del país, acentuó el aislamiento del régimen.