Estados Unidos e Israel se embarcan en un conflicto con Irán y amenazan con asesinar a su líder supremo, Alí Jamenei. Desde un cambio de régimen hasta las repercusiones en Medio Oriente, la muerte del máximo líder político y religioso de Teherán plantearía un escenario impredecible.
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Estados Unidos e Israel, ¿detrás del líder supremo de Irán?
Tras semanas de negociaciones entre Washington y Teherán por el programa nuclear iraní, Israel decidió lanzar un ataque preventivo contra personal e instalaciones nucleares y militares. Bajo la operación “León Ascendente”, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) eliminaron a altos mandos de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), el ejército que responde a Alí Jamenei, y a científicos que lideraban los esfuerzos del régimen de los Ayatolá para desarrollar armamento no convencional.
La elección del nombre de esta operación por parte de Tel Aviv sugiere el derrumbe del gobierno teocrático y la restauración de la dinastía Pahlavi, representada por un león que formó parte de la bandera del país hasta la caída de la monarquía a raíz de la Revolución Islámica de 1979.
Como nunca antes en la historia de tensiones entre ambos países, Israel e Irán intercambian ataques que repercuten en sus capitales y ocasionan daños a todo tipo de infraestructura. A su vez, el involucramiento de Estados Unidos se dio principalmente en la defensa de la Cúpula de Hierro, pero también en la amenaza concreta de Donald Trump al líder supremo de Irán.
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El escenario probable tras la muerte de Alí Jamenei
Para saber más sobre la situación en Irán, DEF acudió a Paulo Botta, especialista en Medio Oriente, doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y director de la oficina de TRENDS Research & Advisory en América Latina.
En su cuenta de X, señaló que “favorecer un cambio de régimen puede poner fin al régimen actual pero podría dar lugar a un régimen más militarizado y sin ninguna apertura democrática real”.
Sobre esta afirmación y acerca de cómo está conformado el escenario actual en comparación a los acontecimientos que dieron lugar a la Revolución Islámica en 1979 que derrocó a la monarquía del Sha e instauró un gobierno teocrático, expresó: “La revolución del 79, históricamente hablando, fue el producto no solamente de la oposición del sector clerical, sino de muchos actores, republicanos, kurdos y monárquicos que estaban a favor de reformas. Lo que sucedió es que cuando cayó el gobierno del Sha, el sector clerical lo que hizo fue capitalizar esa revolución. Y no solamente capitalizar sino monopolizarla”.

Para Botta, en la actualidad se experimenta lo mismo. “Hay muchos sectores que podrían estar en contra del régimen iraní por diversas razones. Los que tienen más posibilidad de capitalizar ese desorden son quienes tienen mayor organización. Y hoy los que tienen mayor organización son precisamente las fuerzas armadas. Y eso tal vez permite pensar que no sería tan abierto el régimen que podría emerger”.
La muerte de Alí Jamenei también presenta un escenario de sucesión poco claro ante la creciente competencia entre el sector militar y el sector clerical. “Hacer desaparecer al clérigo más relevante probablemente le daría mayor posibilidad de acceder al poder al sector más militarista, que como siempre es el menos dispuesto, por lo menos en Irán, a cualquier entendimiento, diálogo y seguramente con posiciones extremadamente duras”, resaltó el experto.

Además, añadió que un accionar de esta índole por parte de Estados Unidos e Israel implicaría entregar el poder a los sectores más duros que podrían llevar a Teherán a no ser un miembro pleno y responsable de la comunidad internacional.
Finalmente, otro aspecto importante es la ausencia de apoyo a Irán en medio de la escalada y se pone en duda la red de proxys que en el pasado le sirvieron a los Ayatolá para intentar debilitar el creciente poder militar de Israel.
“Los proxys iraníes en Medio Oriente han sido muy golpeados por Israel en los últimos dos años y cada cual atiende su juego en este sentido. Lo único que han hecho ha sido básicamente beneficiarse de Irán, pero nadie está dispuesto a involucrarse en un conflicto donde tienen todas las de perder. En este sentido, creo que Irán se encuentra en una situación de extrema debilidad y sobre todo de gran aislamiento”.