Estados Unidos refuerza su apoyo a Israel tras el intenso intercambio de ataques militares con Irán. Desde Washington ordenaron la movilización del portaaviones nuclear USS Nimitz hacia Medio Oriente al mismo tiempo que 20 aviones cisterna de la Fuerza Aérea partieron con rumbo a Tel Aviv, con previa escala en Europa.
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Estados Unidos pone a Israel como su máxima prioridad
Desde que Donald Trump asumió en la Casa Blanca, Estados Unidos había puesto bajo la mira la ayuda exterior y el posicionamiento ante los conflictos. El presidente estadounidense había puesto en duda el apoyo a operaciones estratégicas en Franja de Gaza y en otros países vecinos, e incluso había comenzado la negociación del programa nuclear con Irán, lo que ocasionó fricciones entre Tel Aviv y Washington.
Pero desde que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu autorizó el ataque preventivo contra Teherán, el gobierno estadounidense volvió a posicionarse del lado de Israel. Los activos apostados en Medio Oriente colaboraron con la Cúpula de Hierro en la defensa aérea ante la respuesta de Irán con cientos de drones y misiles.

Donald Trump le asestó otro golpe al régimen de los Ayatolás al expresar que “Irán no puede tener un arma nuclear” y dejó entrever que la operación militar israelí es una consecuencia de no haber firmado el acuerdo nuclear presentado en las últimas semanas.
Esta postura viene acompañada de las recientes movilizaciones del ejército norteamericano y, sumada a la exigencia de una “rendición incondicional”, marca un cambio de rumbo en la política exterior de la Administración Trump.
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El portaaviones Nimitz cambia el mar de China por Medio Oriente
El portaaviones de propulsión nuclear USS Nimitz abandonó el mar de China Meridional y una visita a Vietnam, un foco de tensión con Pekín, para reforzar las posiciones en el Golfo Pérsico. Junto a su grupo de combate, la embarcación que cumple 50 años de servicio se sumará al destructor USS Thomas Hudner -capaz de defenderse ante misiles balísticos- y al portaaviones USS Carl Vinson, que actualmente se encuentra en el Mar Arábigo y es el único de su clase en la región.
Otra embarcación que podría sumarse es el portaaviones USS George Washington, que abandonó su puerto en Japón y podría estar preparándose para ser designado a la región.
Además, Washington ordenó el despliegue de 20 aviones cisterna, algunos de ellos KC-135, en Medio Oriente para auxiliar en tareas de reabastecimiento en Medio Oriente, lo que podría implicar la intención de involucrarse en la ofensiva de Israel en Irán.

Por otro lado, Siria y Jordania no intervinieron para frenar las operaciones de Estados Unidos e Israel en su espacio aéreo y les permitió neutralizar anticipadamente parte del ataque iraní. De la misma forma, podría suceder si el gobierno de Tel Aviv y altos mandos militares deciden intensificar su ofensiva en Teherán y otras ubicaciones con infraestructura clave para el programa nuclear y la defensa aérea.
La asignación de recursos militares de Estados Unidos en Medio Oriente sugieren una nueva etapa de la política exterior de Donald Trump y una posible escalada de tensiones entre dos actores sumamente influyentes en la región, atravesada recientemente por la guerra de Israel contra el terrorismo.