La Fuerza Aérea Estratégica francesa probó exitosamente el proyectil en el marco de la operación DURANDAL, una de las mayores innovaciones nacionales del último tiempo.
En medio de la creciente participación de los miembros europeos de la OTAN en el apoyo a Ucrania, Francia anunció la prueba exitosa de su misil supersónico nuclear, el ASMPA-R. El proyecto, que lleva cerca de cuatro décadas, es uno de los desarrollos franceses más importantes en pleno plan de rearme del ejército.
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En DEF te contamos los detalles del testeo del ASMPA-R y el panorama de la industria militar de Francia.
Francia proyecta su poderío nuclear
A finales de mayo, las Fuerzas Armadas de Francia oficializaron la prueba exitosa del misil supersónico nuclear ASMPA-R. Tras cuatro décadas de perfeccionamiento y evolución tecnológica, la firma MBDA logró el lanzamiento del misil desde un avión de combate Rafale B.
Desarrollado y puesto en servicio en 1986 por la división de Misiles Tácticos de Aérospatiale, el proyecto tenía como meta reemplazar las bombas AN-22 y AN-52M. La primera versión portaba una ojiva nuclear TN 81 que tenía un rendimiento variable de entre 100 y 300 kilotones de TNT, con capacidad de viajar a velocidades Mach 3 y alcanzar objetivos a 300 kilómetros.

Para 1991 ya habían 90 ejemplares y 80 ojivas, y en 1997 el modelo evolucionaría a ASMPA-A. Las mejoras ampliaban el alcance a 500 kilómetros e incluía tecnología para transportar una ojiva termonuclear TNA. El misil mejorado comenzó a emplearse en 2009 con el Mirage 2000NK3.
El actual ASMPA-R es el proyecto de mejora anunciado en 2016, suma la distancia de acción y añade una nueva y moderna ojiva. Más allá de este importante desarrollo que está cerca de lograr su aprobación, Francia proyecta un futuro misil nuclear aire-tierra de cuarta generación, el ASN4G.
Se espera que el nuevo diseño llegue para 2035 y abandone la categoría de supersónico para transformarse en hipersónico, es decir, viajar a velocidades Mach 7 u 8 -8643.6 kilómetros por hora- e impactar objetivos a 1.000 kilómetros.
Las ambiciones locales y la alianza con Brasil
El gobierno francés de Emmanuel Macron situó en 2024 el gasto militar en el 2% del PIB, tal y como solicita la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Para el periodo de 2024 a 2030, el presupuesto del Ministerio de Defensa ascenderá a 400.000 millones de euros, frente a los 295.000 millones asignados para el periodo de 2019 a 2025.
En 2023, la industria de defensa francesa invirtió 20.300 millones de euros para rearmar al ejército. Se emitieron órdenes de compra para 42 cazas Rafale F4, 109 cañones Caesar MKII, 420 vehículos blindados ligeros Serval del programa Scorpion, ocho helicópteros NH90 para las fuerzas especiales y siete lanchas patrulleras en alta mar.
El dinero destinado también incluye la modernización del portaaviones Charles de Gaulle y el encargo de 329 misiles Mistral y 1.300 misiles AKERON MP.
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Más allá de la Unión Europea y el PESCO, Francia le encargó a Naval Group en 2023 el desarrollo de arquitecturas de sistemas para un vehículo submarino de combate no tripulado (UCUV). El objetivo es el dominio marítimo, específicamente de las profundidades, esperando poder descender hasta los 6000 metros.
Los Dassault Aviation Rafale, avión estrella de la Fuerza Aérea francesa, tienen su propio proyecto en paralelo a los trabajos para lanzar el caza europeo FCAS: el programa Rafale F5, también conocido como Super Rafale.

Pensado para comienzos de la próxima década, el nuevo modelo modernizará sus sensores y armamento, pero también los sistemas de comunicación. La supresión de las defensas antiaéreas enemigas (SEAD) y el sistema de Loyal Wingman de combate, una escolta no tripulada con Inteligencia Artificial (IA) integrada, son otras de las novedosas capacidades ideadas para el F5.
Francia y Brasil tienen un interés en común: los submarinos. Ambos países firmaron un acuerdo de cooperación en 2008 para desarrollar cinco sumergibles de avanzada y para ello eligieron como base de operaciones al municipio brasilero de Río de Janeiro, Itaguaí. En abril, Lula Da Silva y Emmanuel Macron celebraron juntos la botadura del S-42 Tonelero, la tercera embarcación.
Sin dudas, el más importante de los cinco será el SN-10 Álvaro Alberto, un submarino de propulsión nuclear planeado para 2034 que los actuales presidentes lograron destrabar debido a la reticencia interna francesa a dar ese tipo de poderío militar. De concluir su construcción, Brasil se sumaría al grupo de cinco países que dominan la tecnología nuclear para submarinos: China, Estados Unidos, Francia, Inglaterra y Rusia.
Los otros proyectos de la industria militar francesa
Más allá de la producción local, Francia participa en proyectos en conjunto con otros países, algunos en el marco de las políticas de la Unión Europea (UE) y otros fruto de sus alianzas bilaterales.
En la Estructura Permanente de Cooperación de la UE (PESCO), los franceses aparecen como coordinadores o participantes de diversos desarrollos. Uno de los más interesantes es Air Power, enfocado en la identificación de los componentes tecnológicos y subsistemas del futuro que sirvan para incrementar la capacidad aérea del bloque europeo.
En el campo aéreo también aparece el Eurodrone, un avión no tripulado desarrollado por España, Alemania, Italia y Francia que busca competir con el Reaper de Estados Unidos y podría tener su vuelo inaugural en 2025. El perfil del nuevo drone será para las denominadas misiones ISTAR: inteligencia, vigilancia, adquisición de objetivos y reconocimiento, en sus siglas en inglés.

El SATOC, ideado en conjunto con Alemania, República Checa, Países Bajos y Eslovenia, es una iniciativa para construir una serie de transportes aéreos estratégicos para carga extra grande. París junto a Madrid son las dos ciudades enfocadas en la mejora y actualización de los helicópteros de ataque Tiger Mark III.
El NGMH, un helicóptero medio de nueva generación, y el FMTC, un carguero táctico de tamaño medio que complementará las misiones de los aviones A400M, son otros de los proyectos que planean reforzar el accionar en el aire. Como complemento, Francia e Italia llevan el desarrollo un arma low-cost acoplable al gran abanico de aeronaves europeas, tanto tripuladas como no tripuladas.
Además, los franceses participan en la creación del Airborne Electronic Attack, un recurso de interferencia utilizable en el contexto de una guerra. El AEA serviría para suprimir las defensas antiaéreas enemigas, cumplir un rol de escolta de aeronaves aliadas y ejecutar ataques electrónicos.
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En la misma línea, aparecen como coordinadores del proyecto BLOS, un nuevo sistema de misiles que albergue la próxima generación de artefactos de la Unión Europea y que buscará incluir plataformas de tierra-tierra y aire-tierra.
Para las operaciones terrestres, Francia y otros miembros de PESCO encabezan el desarrollo del carro de combate MBT-Simtec y el vehículo de superficie semiautónomo M-SASV. La ambición más importante es la que llevará adelante junto a Alemania, el proyecto de un tanque de nueva generación denominado MGCS (Main Ground Combat System).