Los gobiernos de Kiev y Moscú llegaron a un compromiso para solucionar el conflicto por la deuda de la ucraniana Naftogaz con la compañía rusa Gazprom por 1300 millones de dólares. La situación amenazaba el suministro a los consumidores europeos en el invierno.
Las partes, que ya protagonizaron en 2006 y 2009 sendas “guerras del gas” que provocaron cortes en el suministro de gas a Europa, “han alcanzado un compromiso que permitirá a Ucrania pagar a tiempo de acuerdo con un nuevo plan de pagos, y al mismo tiempo, satisfacer las necesidades de todos nuestros socios”, aseguró Stavitski.
Naftogaz reanudó el pasado viernes la compra de gas ruso e interrumpió el bombeo del gas almacenado en sus depósitos subterráneos tras las advertencias de Rusia de que Ucrania ponía en peligro el tránsito de gas ruso con destino a los países europeos.
Según Gazprom, para satisfacer el tránsito de gas con destino a sus clientes europeos los depósitos subterráneos ucranianos deben contar con un mínimo de 21.500 millones de metros cúbicos de gas, cuando a día de hoy disponen sólo de 17.000 millones.
El consorcio ruso, que suministra el 25 por ciento de todo el gas que consume la Unión Europea, había advertido que si Naftogaz continuaba la extracción de gas de los depósitos al ritmo actual estos almacenarían no más de 14.000 millones de metros cúbicos al inicio de los meses más fríos, cuando se dispara el consumo en Europa.
Gazprom reclama a Ucrania que pague una deuda de 882 millones de dólares por los suministros de gas correspondientes al mes de agosto y 7.000 millones de dólares en concepto del gas que no importó en 2012.
Desde hace tres años, las autoridades ucranianas intentan revisar los contratos gasísticos con Rusia por considerar que sus términos son extremadamente desventajosos para Ucrania. El año pasado, Ucrania importó casi 9.000 millones de metros cúbicos de gas menos de lo estipulado en el contrato y ha advertido de que continuará con la reducción de su compras si Gazprom no disminuye las tarifas.
Durante los últimos años el Kremlin ha dado prioridad al tendido de nuevos gasoductos que esquivan Ucrania (Nord Stream y South Stream), mientras que la Unión Europea busca vías alternativas de suministro de carburante que no procedan de Rusia ni pasen por su territorio.
Fuente: Reuters