El primer capítulo de las privatizaciones del gobierno de Javier Milei ya tiene una definición. Se trata de la venta de la empresa IMPSA, el histórico holding industrial de la familia Pescarmona que entró en concurso de acreedores en 2014 y fue rescatado en 2021 por el Estado nacional y por la Provincia de Mendoza.
Con la firma del contrato de transferencia del 63,7% de las acciones en manos del Estado nacional y del 21,2% controladas por la provincia de Mendoza, un importante grupo estadounidense se acaba de hacer con el control de una de las compañías más emblemáticas de nuestro país.
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Los nuevos dueños de IMPSA
El nuevo propietario, que abonará 27 millones de dólares en aportes en capital y se hará cargo de la refinanciación de la deuda de 576 millones de dólares, es el Industrial Acquisitions Funds (IAF). Se trata de una entidad utilizada para reunir capital y realizar inversiones, bajo el formato de una “sociedad de vehículo especial”, conocida en inglés por su sigla SPV.
Su controlante es la empresa estadounidense ARC Energy, una empresa del estado de Louisiana especializada en el desarrollo de equipos y soluciones para la industria del petróleo y del gas. Cuenta con ocho plantas de fabricación, distribución y ventas en Louisiana, Texas y Utah y su oficina corporativa se encuentra en Houston.
Auge y crisis de una empresa emblemática
Con 117 años de historia, IMPSA desarrolla tecnología de punta para el sector nuclear, hidroeléctrico e hidrocarburífero. Se dedica a la fabricación de equipos de punta, como turbinas para centrales hidroeléctricas y generadores de vapor y otros componentes para reactores nucleares, además de su histórica presencia en la industria metalúrgica. Participó, entre otras obras, en la construcción de Yacyretá, Atucha II y Embalse.
A partir de la década de 1980, se convirtió en referente mundial en la construcción de grúas portuarias y centrales hidroeléctricas bajo modalidad “llave en mano”, es decir, su entrega al cliente listas para operar. En los 2000, incursionó en el mercado de los aerogeneradores, a través de su división IMPSA Wind, de fuerte presencia en Brasil.
En 2014, la empresa informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) la postergación del pago de las cuotas de capital e intereses de toda su deuda corporativa. Ese año, entró en convocatoria su filial brasileña Wind Power Energía (WPE), debido a un conflicto de pagos con la estatal Eletrobras. Por otro lado, una deuda acumulada en Venezuela, debido al congelamiento de los pagos de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) por las obras en la central hidroeléctrica de Tocoma, acentuaron la crisis de IMPSA.
En junio de 2021, el Estado nacional y la provincia de Mendoza anunciaron la capitalización de IMPSA con un aporte total de 20 millones de dólares. En marzo de 2023, se presentó un plan estratégico para la empresa. Tras la llegada al poder de Javier Milei, se decidió avanzar en su privatización.
