El titular del Comité Argentino del Consejo Mundial de la Energía (CACME), Jorge Ferioli, consideró que la única alternativa para recuperar el autoabastecimiento en nuestro país es mediante la puesta en producción de los recursos de shale gas y el shale oil.
Durante su exposición en el marco del Foro Anual del Mercado del Gas y la Electricidad, que tuvo lugar en el Alvear Palace Hotel el pasado 20 y 21 de noviembre, Jorge Ferioli presentó las conclusiones de su estudio sobre el futuro del petróleo y del gas en nuestro país de aquí al año 2030. Con el título “Un desafío no convencional”, el expositor subrayó el alto potencial de nuestros recursos no convencionales. Según estimaciones del Departamento de Energía de EE.UU. (DOE), el volumen total de recursos de shale gas técnicamente recuperables en nuestro territorio es de 802 TCF, en tanto que se estima un total de 27.000 millones de barriles de shale oil técnicamente recuperables.
Entre las formaciones geológicas con mayores posibilidades de participar de esta nueva revolución energética, Ferioli destacó los casos de Vaca Muerta (308 TCF) y Los Molles (275 TCF), ambas ubicadas en la Cuenca Neuquina. También cuentan con este tipo de recursos las cuencas Austral-Magallanes (129 TCF), del Golfo de San Jorge (86 TCF) y, en menor medida, la Chaco-Paranaense (3 TCF).
Refiriéndose al prometedor caso de Vaca Muerta, puntualizó que esa formación alcanza un espesor de 200 metros, frente al promedio de 70 metros de las formaciones de EE.UU. que hoy protagonizan el boom del shale en ese país. “Un pozo tipo de shale gas o de shale oil –puntualizó– exige la perforación de un tramo vertical de entre 2000 y 3000 metros, un tramo horizontal de 1000 metros y 10 fracturas hidráulicas, lo que implica un costo promedio estimado de 12 millones de dólares”.
“Tengamos en cuenta –aseguró el titular del CACME– que para lograr en un reservorio de shale gas la misma producción de un yacimiento de gas convencional, tomando como referencia el promedio de producción del yacimiento Haynesville (EE.UU.), la relación en cuanto al número de pozos perforados es de 10 a 1, el uso de agua es de 10 a 1, el costo por pozo es de 3,5 a 1 y el precio del gas es de 3 a 1”. Aclaró que “la productividad en una cuenca no convencional no es uniforme” y, por lo tanto, se debe apuntar a los sweet spots, es decir, las áreas de mayor productividad.
El desarrollo integral del shale oil y del shale gas exigirá un aumento del número de pozos a perforar del orden del 225 por ciento, al pasar de los 1320 pozos anuales en 2010 a una proyección prevista de 3000 pozos anuales en 2030. También será necesario incrementar en un 485 por ciento la cantidad de equipos de perforación, que en 2010 totalizaron 71 y para 2030 deberán adicionarse 345 equipos. Finalmente, en cuanto al número de sets de fractura, también será necesario un notable incremento, al pasar de 78 en 2010 a 1878 en 2030.
Por otro lado, estimó que las inversiones en nuestros propios recursos de gas y petróleo no convencionales constituirían un gran aporte al desarrollo local y estarían en condiciones de crear unos 59.000 puestos de trabajo directos, de los cuales el 93 por ciento serían técnicos y operarios, en tanto que el 12 por ciento correspondería a la demanda de ingenieros en petróleo y geólogos, lo que exige un apuntalamiento de estas carreras universitarias que hoy no están generando el número de profesionales necesarios.
La situación no se presenta fácil para la Argentina. Sin embargo, tal como aseguró Jorge Ferioli, “el país cuenta con los recursos naturales, la infraestructura y los profesionales”. “Necesitamos crear las condiciones de previsibilidad para atraer las inversiones necesarias”, advirtió el titular del CACME, al tiempo que aclaró que “este es un juego para jugadores con espaldas” y, por lo tanto, para cumplir estos ambiciosos objetivos, será necesario el desembarco de actores globales que aporten su experiencia y el know-how en la materia.
La presentación de Ferioli despertó un gran interés en el público asistente, formado por empresarios y altos directivos del sector privado de la economía. Entre las numerosas consultas que se le realizaron tras concluir su disertación, se le preguntó por las necesarias inversiones para poner en producción los recursos del shale. El titular del CACME respondió refiriéndose a la “ecuación financiera” que debe cerrar en este tipo de proyectos y consideró que la puesta en marcha de los mismos es una necesidad ineludible del país, pensando también en las futuras generaciones.