Una explosión registrada el jueves 31 de enero en los edificios centrales de la petrolera mexicana Pemex, en el Distrito Federal, dejó un saldo de 37 muertos. El siniestro se debió a una acumulación de gas en los sótanos de uno de los edificios del complejo.
Lozoya dijo en una conferencia de prensa que las autoridades habían iniciado los peritajes para conocer la causa de la explosión y que Pemex continuaba operando normalmente en cuanto a producción de crudo y abasto de gasolina. Socorristas continuaban las labores de rescate entre los escombros del lugar, donde trabajaban entre 200 y 250 personas. De las personas heridas, 52 permanecían en hospitales.
“No vamos a escatimar ningún recurso ni esfuerzo en cerciorarse (cerciorarnos de) que haya más personas atrapadas todavía”, dijo visiblemente consternado Lozoya, quien asumió la dirección de la compleja compañía a comienzos de diciembre, con la asunción del presidente Enrique Peña Nieto.
Este es el último de una serie de accidentes que ha sufrido Pemex en los últimos años. En septiembre, 30 personas murieron a causa de una explosión en una planta procesadora de gas natural en el norte del país.
Fuente: Reuters