Juan Battaleme aceptó la propuesta de DEF y dio su visión sobre los desafíos a corto y mediano plazo de la cartera de Defensa argentina.
Para las Fuerzas Armadas argentinas, el contexto actual está cargado de múltiples desafíos y deudas, sobre todo en lo que respecta a adquisiciones. Por ejemplo, es fundamental que la Fuerza Aérea Argentina pueda avanzar en la incorporación de aviones caza multipropósito o, en el caso de la Armada, poder sumar submarinos.
Por eso, DEF contactó a distintos especialistas para aclarar el panorama al que se enfrenta la cartera y brindar su visión sobre las claves para la Defensa del corto y mediano plazo. Juan Battaleme, miembro del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y especialista en geopolítica, fue el primero en aceptar el desafío.
¿Hay plata para Defensa en Argentina?
-Para el próximo tiempo, ¿cuál es el desafío para la cartera de Defensa?
–Reconstruir la capacidad de combate de las Fuerzas Armadas en un contexto en el que, como bien dijo el presidente, no hay plata. ¿Qué significa eso?, que el Ministro de Defensa va a tener que ser lo suficientemente hábil para conciliar los intereses estratégicos de la República Argentina, que fueron descuidados por múltiples administraciones y que, comparativamente, la administración que más lo descuidó fue la de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Luego vino la incorporación de material de manera puntual y sin seguir un plan estratégico por parte de la administración de Mauricio Macri. Eso se hizo con oportunidad y recursos muy básicos.
Para lidiar con defensa, y un contexto donde no hay dinero, van a tener que trabajar arduamente en un esquema de cooperación internacional que se traduzca en la reconstitución de capacidades que permitan al personal, por ejemplo, volver a volar en match 2. Volver a tener la capacidad de entrenar para eso y prepararse para un momento donde haya un poco más de recursos y voluntad de destinarlos a la defensa del país, que es cada vez más necesario.

“En este contexto en el que no hay plata, hay que ver el año que viene cuál es la capacidad de las FF.AA. de mantener el esquema de entrenamiento y de ir para arriba”, comenta Battaleme
Adquisiciones para la Defensa y el futuro del FONDEF
-¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la nueva gestión?
–La fortaleza de la actual administración es que están dispuestos a cambiar años y años de una defensa de papel, básicamente, y de administraciones que hablaban mucho y hacían poco. Además, lo poco que hacían, era para mejorar el tren logístico; que no es que fuera poco importante, sino que también era algo que, a todas luces, resultaba insuficiente. Una administración que en la Directiva Política de Defensa Nacional ponía un montón de cosas por escrito, pero después no se traducía en capacidades. Por ejemplo, en la última administración surgió el Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF) y se hicieron algunas compras puntuales de material, pero siempre guiadas por las oportunidades y por los condicionantes políticos.
Esta administración tiene la oportunidad de tratar de ver si puede innovar dentro de los condicionantes políticos, sin caer en discursos vacíos, y darle un sentido estratégico a la defensa. En ese nivel, la prioridad de esta administración es empezar a poner los puntos sobre las íes en la recuperación de la Fuerza Aérea y de la Armada Argentina de manera sostenida, sistémica y que se note en un plazo relativamente corto.
-¿Cuál es el rol que tendrá el FONDEF?
-El de incorporar capacidades militares. Es sostenible porque el PBI de la República Argentina, con las reformas que se están haciendo, tiene que crecer.
Hay que reorientar las prioridades. El FONDEF no puede ser utilizado para subsidiar una política industrial militar que, a todas luces, corresponde a los años ’50 y ’60 del siglo XX. Tiene que pensarse una política industrial de defensa en torno al siglo XXI y este fondo tiene que ser para equipar y tener los recursos suficientes para que, a través de la cooperación militar internacional, se pueda adquirir, por ejemplo, aviones de combate.
El salario del militar: ¿Defensa podrá lograr avanzar en el camino recorrido?
-Algo logrado, y positivo, fue el blanqueo y el avance concretado en materia de equiparación salarial, ¿consideras que, en este contexto, se puede continuar con el camino recorrido?
-En principio, el tema salarial no debería ser un problema porque hay una idea de reparación. Además de que a las Fuerzas Armadas se les dará un rol más activo, no necesariamente en el combate contra el narcotráfico, pero sí en futuras misiones de paz, algún engagment internacional como el que se tuvo en los años noventa. El tema salarial es algo importante, además porque las FF.AA. votaron masivamente a este gobierno, entonces es muy difícil que sean una variable de ajuste. Por otro lado, no hay por donde ajustar en las FF.AA.

-¿Cómo pensás que puede impactar la economía en el material y el adiestramiento de las FF.AA.?
-En este contexto en el que no hay plata, hay que ver el año que viene cuál es la capacidad de las FF.AA. de mantener el esquema de entrenamiento y de ir para arriba. De vuelta, yo tendría que decirte que en base a la premisa de que no hay dinero, posiblemente en el 2024 eso se vea afectado.
Por otro lado, tengo la expectativa de que, al contrario, se va a utilizar a las Fuerzas de una manera mucho más proactiva. Probablemente se le puedan asignar, no digo recursos adicionales, pero sí recursos que les permitan mantener un nivel operacional mínimo. Sin embargo, la historia te dice que gobierno nuevo, recorta por el lado de las adquisiciones y del entrenamiento. Veremos qué pasa. Por el lado de las adquisiciones hay muchas chances de que se pueda adquirir y diferir. Hay una buena señal con el tema de los P3, el gobierno ha pagado por el primero. Esperemos que se mantengan.
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Industria para la Defensa “necesita producir y dejar de hacer cosas marginales”
-¿Qué rol tendría que tener la industria nacional para la Defensa?
-La industria de defensa nacional necesita producir para la defensa en serio y dejar de hacer cosas marginales y de subsidiar empleos que no tienen un sentido efectivo para la defensa nacional.
La industria para la defensa nacional necesita, no desaparecer, pero sí entrar en la lógica del siglo XXI, entrar a formar parte de la cadena de valores. No va a ser una industria autárquica, necesitamos reconocer que, tal vez, la producción de aviones Pampa ha llegado a su fin y pueda ser reconvertida.
Se puede buscar una alianza, por ejemplo, con Corea del Sur, Turquía o Israel, y empezar a fabricar drones. También darle un rol central al desarrollo de capacidades digitales y, si queremos tener TANDANOR abierto, empezar a producir siguiendo parámetros internacionales. El modelo de TANDANOR o FADEA es obsoleto.
Una reforma para la Defensa: entre los liderazgos, la opinión y la educación
-¿Qué lecciones dejaron las gestiones anteriores que deberían tenerse en cuenta?
-Que no se puede seguir haciendo política de Defensa en la periferia. No se puede seguir teniendo 1.500 académicos escribiendo grandes artículos sobre el ciclo de Defensa y que, luego, cuando uno va a la unidad militar, encuentra que ese ciclo es inexistente. Hay que escribir menos y dotar a las unidades de capacidades militares.
Otra lección es reordenar el sistema educativo de las FF.AA. porque esa cuestión dogmática del control civil de las Fuerzas destruyó el sistema educativo, lejos de fortalecerlo.
Hay que entender que las relaciones civiles y militares se ven afectadas por los liderazgos civiles deficientes. Además, los militares deben poder expresarse puertas adentro, dentro de la línea de mando, de igual a igual con sus liderazgos civiles, sin que teman ser castigados o degradados.

-¿Qué otra reforma consideras importante?
-Una mayor, que se tiene que dar en las FF.AA., es que los militares vuelvan a tener un lugar en el Congreso y que sean asesores en actividad de los parlamentarios y que, estos, puedan concurrir a alguna especie de oficina de cada una de las Fuerzas en el Congreso para tener un decir en las cuestiones que los afectan presupuestariamente.
Finalmente, una reforma que estaría bueno ver es el establecimiento de un secretario de las Fuerzas para que haga la interfaz política, no como herramienta de control, sino como herramienta civil de defensa y discusiones de sus intereses burocráticos, porque después caemos en que tal vez un jefe de una Fuerza tiene mucho poder y termina estando en detrimento de las otras Fuerzas.
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Compromiso selectivo y defensa nacional
-Considerando que escribiste “Compromiso selectivo y defensa nacional”, ¿cómo pensás el escenario en el que está inmersa la cartera?
-El escenario continental está estable en el cono sur. Tenemos buenas relaciones. Tenemos que prestar mucha atención a los acuerdos que tiene Bolivia con Irán. El Ejército tiene una preeminencia centralizada en el norte del país, pero después, inevitablemente, tenemos que controlar mejor el espacio aéreo y marítimo y tener cierta habilidad de ejercer eventualmente elementos coercitivos si alguien quiere actuar sobre el escenario estratégico de nuestra competencia.
-¿Qué pasa en el sur?
–El Atlántico Sur es muy importante. Tenemos que volver rápidamente a trabajar y participar de ejercicios UNITAS, hay que poner músculo financiero ahí. Hay que volver a trabajar en ejercicios aéreos, muy fuertemente, con el resto de las fuerzas aéreas vecinas y tratar de participar en otros.

Hay una dimensión bilateral que es la cuestión Malvinas. Inevitablemente Gran Bretaña y Argentina van a tener una disputa ahí, pero hay que mantenerla en un canal de cooperación y no meter actores extrarregionales en la Región. Inglaterra es el segundo presupuesto militar occidental, más grande que el de Rusia. Nosotros, militarmente, no tenemos que caer en lo que muchos desean, que es amenazar militarmente al Reino Unido, porque ahí perdemos.
Tenemos que encontrar la manera de que nuestras FF.AA. cooperen más y generen un entorno de seguridad común y, finalmente, desarrollar los medios y capacidades para que en la Antártida se mantenga el status quo. Ahí tenemos que ser claros.