Carta abierta del Dr. Claudio Alberto Parica en donde explica cómo el emblematico edificio del Instituto Antártico Argentino va a remate. El mismo no solo es una joya arquitectónica, sino que respira Antártida y su historia.
Señor Director,
En general los argentinos no tenemos mucho apego a nuestra propia historia y sus monumentos, un caso más es la inclusión del edificio del Instituto Antártico Argentino en el Decreto 952/2016, por el cual este emblemático edificio va a remate. Sito en la calle Cerrito 1248 de la Ciudad de Buenos Aires, este edificio albergó desde su creación a la institución fundada por el Gral. Hernán Pujato el 17 de abril de 1951, siendo éste el primer instituto en el mundo destinado a la investigación científica en la Antártida. El edificio es un viejo petit hotel construido en 1917, su mantenimiento ha sido muy escaso, albergando aún la Biblioteca Antártica, única en su género en todo el país, la imprenta, archivos históricos y algún laboratorio.
A partir de 1970, comienza a funcionar la Dirección Nacional del Antártico (Ley 18513), ocupando la misma sede del Instituto Antártico. En 2003, el conjunto DNA e IAA cambian la dependencia, del Ministerio de Defensa al de Relaciones Exteriores, se pasó la actividad antártica a un Ministerio en el que ni la Ciencia ni la Logística son sus funciones, tareas ambas inherentes a la Antártida en forma casi excluyente. En 2013, la DNA y el IAA fueron trasladados a Balcarce 290, ocupando dos pisos alquilados, con la falsa promesa que el edificio de la calle Cerrito iba a ser refaccionado. Por un lado la DNA y el IAA dependen de la Cancillería, en los papeles el edificio permanece en el Ministerio de Defensa. Empeorando las cosas, el 1o de septiembre de 2014, al cesar el alquiler de un piso en Balcarce 290, el personal del Instituto Antártico fue enviado a sus casas, sin tener donde trabajar hasta el 21 de mayo de 2015, momento en el que el IAA ocupa dos pisos en un edificio en el Campus de la Universidad de San Martín.
Las desinteligencias tienen consecuencias, para el Ministerio de Defensa el edificio está vacío y sin uso, por lo tanto decide su venta, Relaciones Exteriores nunca se hizo cargo formalmente y tampoco ahora lo reclama, guarda recoleto silencio. Estas desinteligencias además ponen en riesgo material histórico existente, información de la expedición de Otto Nordenksjöld en la que participara nuestro Alférez y Doctor en Geología José María Sobral en entre 1902 y 1903, luego rescatada por el Teniente de Navío Julián Irizar con la Corbeta Uruguay, bibliografía antártica, materiales utilizados por los “foqueros del Río de la Plata” de principio del siglo XIX y mucho material más de distintas áreas de la ciencia y de nuestra presencia ininterrumpida en la Antártida desde 1904.
Este edificio, no solo de interés arquitectónico histórico, guarda una parte fundamental de nuestra historia antártica, por él han pasado, desde el fundador del Instituto Antártico Argentino, Gral. Hernán Pujato, el Dr. Carlos A. Rinaldi, este último recientemente fallecido y que fuera el primer director civil científico que diera a la palabra Antártida un nuevo significado “la soberanía pasa por el conocimiento”.
Todavía sigue vigente la Ley 18513, obsoleta, con la mayor parte del articulado derogado, pero por ejemplo, el artículo referente al “Museo Antártico” (Art. 15) nunca se cumplió, siendo esta una buena oportunidad para, entre otros usos, instalar en parte del edificio el mencionado Museo.
Señor Director, a través de estas líneas trato de llegar a las autoridades competentes para que este Edificio no sea rematado y continúe siendo sinónimo de Antártida, que se lo valore por su historia y que además siga siendo el lugar de referencia para la sociedad sobre nuestros territorios más australes.
Dr. Claudio Alberto Parica
DNI 11.488.667
Presidente Consejo Superior Profesional de Geología