En Costa Rica, un equipo de científicos utiliza un lugar tan inhóspito como fascinante para investigar cómo se podría desarrollar la vida en Marte: el volcán Poás y, más específicamente, su cráter activo conocido como Laguna Caliente. Este sitio, ubicado en el Parque Nacional Volcán Poás, se convirtió en un laboratorio natural, único en el mundo, por sus condiciones extremas y muy similares a las del Planeta Rojo.
- Te puede interesar: Los avances en Marte: últimas novedades y preparativos para viajar
Cómo utilizan un volcán para investigar la posibilidad de vivir en Marte
La Laguna Caliente es uno de los lagos más ácidos del planeta Tierra. Su agua tiene un pH cercano a cero, está cargada de metales pesados y compuestos de azufre, y alcanza temperaturas que pueden superar los 90 °C. Además, el ambiente está constantemente envuelto por gases tóxicos, como dióxido de azufre, y rodeado de suelos volcánicos áridos.

Los investigadores de instituciones como la NASA, la Universidad de Costa Rica y otras universidades internacionales estudian los microorganismos extremófilos que habitan en ese entorno. Estos organismos son capaces de sobrevivir en condiciones que destruirían casi cualquier forma de vida conocida: sin oxígeno, con calor extremo y en un entorno altamente ácido.
El proyecto más destacado en este sentido se llama Proyecto Poás. Desde hace más de una década, los científicos recolectaron muestras del agua, el lodo y los gases del cráter para analizarlas en el laboratorio. Sin embargo, la tarea no es sencilla: la actividad volcánica del Poás es intensa y peligrosa.
Desarrollos y descubrimientos en el volcán de Costa Rica
Las erupciones frecuentes obligaron a desarrollar drones y robots especializados para tomar muestras sin poner en riesgo a los investigadores. Algunos de estos equipos fueron diseñados en colaboración con ingenieros de la NASA, interesados en probar tecnologías que algún día podrían utilizarse en misiones a Marte o a lunas como Europa o Encélado, donde también se sospecha que hay vida bajo condiciones extremas.

Uno de los hallazgos más sorprendentes fue la existencia de bacterias que metabolizan azufre y hierro, capaces de obtener energía de compuestos minerales, sin necesidad de luz solar. Esto es clave porque en Marte, donde la radiación es intensa y la atmósfera escasa, la vida, si existe, tendría que depender de fuentes químicas de energía similares, no de la fotosíntesis.
- Te puede interesar: De la Antártida a Marte: explorando los límites del aislamiento extremo
El Poás, además, funciona como un entorno de prueba para instrumentos científicos de exploración planetaria. Algunos sensores, cámaras térmicas y espectrómetros utilizados en la zona son versiones de lo que podría llevar un rover marciano. En ese sentido, el volcán costarricense no solo ayuda a comprender los límites de la vida, sino también a diseñar la tecnología que permitirá buscarla más allá de la Tierra.




