“Hay algo obviamente desquiciado y enfermo en un mundo que, por un lado, revienta de grasa innecesaria y, por otro, permite el lento, aterrador tormento de la muerte por inaniciรณn”.
Rosa Montero (“Obesos y famรฉlicos”, El Paรญs, 27/07/2008)
Poco o nada le dirรก al lector el nombre de Elene Fourment. Sin embargo ella, casada a los 16 aรฑos con Rubens (1577-1640), el mรกs famoso pintor barroco de la escuela flamenca, fue la robusta modelo de muchas de las obras del artista que vivรญa ya la รบltima etapa de su vida. En ella puede detectarse la idea de belleza de la รฉpoca, observable tambiรฉn en la obra de Caravaggio, Bronzino o Boticcelli, esa sensualidad representada por la exuberancia fรญsica, casi como la contraparte del espanto que representaban las hambrunas de aquellos aรฑos en que la peste, la guerra y fundamentalmente la escasez de alimentos arrastraron al mundo occidental a extremos impensables, donde el exceso de peso llegรณ a ser valorado como signo de salud, de opulencia y de vida armoniosa.
Extremadamente lejos de esa mirada, seguramente el lector tampoco reconocerรก el nombre de Lesley Lawson, que no es otra que la modelo Twiggi, aquel รญcono de los aรฑos 60, primera modelo internacional inglesa que con su รญnfimo peso y su aspecto adolescente casi andrรณgino, desarrollรณ una imagen a ser imitada por millones de jรณvenes en el mundo, objeto de un deseo que, posteriormente, muchos asociaron con enfermedades contemporรกneas como la bulimia y la anorexia.
Estas figuras extremas a lo largo de los siglos, que vinculan estereotipos relacionados con el peso y con la imagen humana, intentan solamente mostrar el constante interรฉs y el costado social de una situaciรณn que hoy se ha vuelto un grave problema con caracterรญsticas de pandemia mundial: la obesidad. ยฟCรณmo llegamos a ella? Esta crisis fue preanunciada durante dรฉcadas y debe entenderse que esta problemรกtica estรก vinculada a lo largo de la historia con la propia condiciรณn humana y con la supervivencia de la raza. Que a lo largoย de cientos de aรฑos se la relacionรณ con la carencia en cualquiera de sus formas, sea hambruna, desnutriciรณn o malnutriciรณn. Ellas fueron y son aรบn hoy, en pleno mundo globalizado, motivo de desvelo de dirigentes polรญticos y sociales del mundo entero. En la actualidad, enfrentamos la pandemia de la obesidad, pero es imposible no registrar que ella convive con otro drama que padecen 900 millones de personas en el mundo: la desnutriciรณn. Tampoco debemos olvidar que, al referirnos a hambrunas, no es necesario remontarnos al siglo XVI. El solo hecho recordar el millรณn de muertos etรญopes, producto de la sequรญa en ese paรญs en 1980, alcanza como ejemplo cercano de aquellos que padecieron y padecen hambre crรณnico a veces hasta la muerte. En su Informe Mundial sobre Desastres 2011, la Cruz Roja da cuenta de que el 15 por cientoย de la poblaciรณn mundial padece hambre diariamente, que el 60 por cientoย de esas personas son mujeres (con sus naturales consecuencias sobre las embarazadas), que 3 millones de niรฑos menores de cinco aรฑos mueren cada aรฑo por la desnutriciรณn y que mรกs de 170 millones sufren retrasos definitivos en su crecimiento. Esta situaciรณn de pauperismo, de la pobreza mรกs extrema y de la ausencia de una expectativa de vida razonable convive con la opulencia, los abusos alimentarios y el lujo de los paรญses desarrollados.
Todos tenemos una idea sobre el concepto de la obesidad, esa realidad nacida en Occidente y de rรกpida expansiรณn hacia el resto del mundo, una enfermedad no infecciosa que consiste bรกsicamente en el fuerte incremento del peso corporal producido por las diferencias entre calorรญas consumidas y calorรญas gastadas.ย Ello es atribuible a dietas hipercalรณricas con abuso de azรบcar y sal, a los fuertes cambios vinculados a los sistemas de trabajo y el consiguiente sedentarismo creciente en las poblaciones desarrolladas, la falta de actividad fรญsica y el incremento de horas de ocio estรกticas vinculadas a las nuevas tecnologรญas. Estos breves enunciados, que no excluyen otros motivos que pudieran existir, hacen que esta pandemia multicausal tenga demoledoras consecuencias sobre la vida de las personas y sobre los sistemas de salud de las naciones.
Acompaรฑan el deterioro de la calidad de vida cotidiana las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la hipertensiรณn y el colesterol, incluso algunos tipos de cรกncer. Aseguran los especialistas que el sobrepeso disminuye entre ocho y diez aรฑos la vida de quienes lo padecen y que cada 15 kilogramos de aumento, se incrementa un 30 por cientoย las probabilidades de muerte temprana. Con respecto al impacto sobre los sistemas de salud, observemos solo algunos ejemplos: a las empresas privadas de EE.UU. la atenciรณn de este tipo de enfermedades les genera gastos de 45 mil millones de dรณlares anuales, entre atenciรณn mรฉdica y bajas de productividad (datos del centro de investigaciรณn Conference Board). En los empleados con sobrepeso hay un incremento del 36% en gastos de atenciรณn mรฉdica, y este es un porcentaje mayor a los costos que producen alcohรณlicos o fumadores tomados en su conjunto. Ademรกs, esta situaciรณn ya alerta sobre otro fenรณmeno detectable: la discriminaciรณn tanto en el ingreso a la empresa como en el sostenimiento de empleados con esas tendencias. Mรฉxico es otro de los paรญses lรญderes de la pandemia. Su presidente, Felipe Calderรณn, aceptรณ el hecho que su paรญs ocupa el primer lugar en obesidad y diabetes infantil, segรบn estadรญsticas a nivel mundial, e iniciรณ importantes medidas para una campaรฑa de concientizaciรณn, segรบn cรกlculos realizados por la Organizaciรณn para la Cooperaciรณn y el Desarrollo Econรณmica (OCDE), 12 dรณlares per cรกpita deben ser invertidos en el sistema de salud mexicano por la situaciรณn sin precedentes que vive ese paรญs: el 70% de la poblaciรณn tiene sobrepeso y de ellos, un 30 por cientoย es obeso.
Las preguntas mรกs simples a formularse son: ยฟesta enfermedad naciรณ hace poco tiempo? ยฟSus caracterรญsticas no pudieron ser detectadas antes? ยฟSe llegรณ a la definiciรณn de pandemia no infecciosa sin aviso? Todas las respuestas son simples y simultรกneamente complejas, con un fuerte entramado de intereses, realidades contrapuestas y desbalances, en algunos casos producidos por el propio progreso. Al referirnos a progreso, decimos que ya estรก claro que los paรญses que atraviesan transiciones econรณmicas positivas muy aceleradas (China e India son ejemplos clรกsicos) coexisten en ellos la desnutriciรณn con nuevos y graves problemas vinculados al โexcesoโ de nutriciรณn, pues esas sociedades modifican su dieta de manera salvaje al acceder a โmejorasโ que conllevan grasas saturadas y nuevos alimentos refinados. Ya desde 1970, los expertos siguen una serie de indicios que hacรญan prever esta explosiรณn. Algunos de ellos vinculados con el incremento internacional del suministro de energรญa, el apartamiento en la alimentaciรณn de cereales y hortalizas y el incremento del consumo de grasas y azรบcares. Sumaron a esta situaciรณn el constante aumento de la poblaciรณn urbana y la disminuciรณn del consumo de calorรญas en la actividad laboral producto de los progresos industriales y tecnolรณgicos.
Todas las razones expuestas llevaron al sobrepeso a ser el quinto factor de muerte en el mundo, a ser uno de los mรกs graves problemas de la infancia y a que, desde 1980 a nuestros dรญas, se haya duplicado la cantidad de gente con sobrepeso en el mundo. Hace ya muchos aรฑos que ha dejado de ser considerado un problema de los paรญses con altos ingresos, llegando a lugares impensados donde conviven la desnutriciรณn, la malnutriciรณn y la obesidad, casi siempre en lugares urbanos, en un peligrosรญsimo combo social.
Expertos del mundo entero observaron el desarrollo del fenรณmeno por dรฉcadas, alertaron sobre la situaciรณn y su incremento geomรฉtrico y se desesperaron al caer en el vacรญo, entre un fuerte entramado de intereses. Boyd Swinburn, investigador australiano del Centro de Prevenciรณn de la Obesidad de Deakin y uno de los mรกs reconocidos expertos mundiales, admite que la situaciรณn desde principio de los aรฑos 80 se disparรณ sin remedio. En 1998, David Satcher, siendo director de sanidad de USA, multipremiado acadรฉmico y experto en polรญticas pรบblicas del sector, advertรญa que โhabรญa una clara negligencia en la bรบsqueda de soluciones a un problema que ya era de carรกcter epidรฉmicoโ. Barry Sears, curiosamente en estos dรญas en Buenos Aires, invitado por la UBA, es un famosรญsimo experto del MIT (Masachussets Institute of Technology) que estudia hace 30 aรฑos la problemรกtica y autor de la dieta The zone, responsabiliza a su paรญs como el gran โglobalizador de la comida chatarraโ y critica con dureza el plan nutricional de Michel Obama, indicando la necesidad de un cambio absolutamente radical en la dieta actual. La esposa del presidente estadounidense, que emplea su notable popularidad en una fuerte campaรฑa para enfrentar el problema, acaba de darle visibilidad mundial al plantearlo durante las recientes olimpรญadas en Londres. Su plan consiste en cinco pasos simples que incluyen la actividad fรญsica, el incremento del consumo de vegetales y comer en familia, entre otros. Sin embargo, lejos estรกn este proyecto y otros en danza de dar una batalla brutal sรญmil a la realizada contra el tabaco, advirtiendo sobre las gravรญsimas consecuencias que conlleva ese hรกbito sobre la salud de la sociedad entera.
Asรญ, mientras se insista a cada hora en publicidades donde la felicidad y la aceptaciรณn social se asocian a la comida chatarra, los planes โpor mรกs voluntariosos que resultenโ serรกn seguramente poco efectivos. La comida y las golosinas hipercalรณricas representan hoy lo que el sexo representaba hace 30 aรฑos. El placer, los deseos inconfesables y el pecado son fรกcilmente encontrables en las publicidades de golosinas y alimentos hipercalรณricos, mรกs que en cualquier otro objeto. Esa explotaciรณn desmedida y sin ningรบn tipo de control alimenta a la obesidad como un monstruo de mil cabezas. Al respecto, justamente un mexicano, Alejandro Calvillo, de la asociaciรณn El Poder del Consumidor, contabilizรณ 12.400 publicidades de comida chatarra en su paรญs, justamente el lรญder del flagelo, y corroborรณ que en una hora de televisiรณn triplican, por ejemplo, las emisiones similares en Francia. No hay duda de que el inconmensurable poder de toda la industria y su lobby alejan a muchรญsimos kilรณmetros el cartel โconsumir esto mataโ, sรญmil al que vemos hoy en las publicidades de tabaco.
Vinculando este fenรณmeno a lo que sucede en nuestro paรญs, no existen datos fidedignos de su impacto sobre el sistema de salud, ni tampoco de los abusos publicitarios que inundan nuestras pantallas. Sin embargo, es palpable que no vamos por el buen camino. Argentina, segรบn la revista mรฉdica especializada The Lancet, ocupa el sรฉptimo lugar a nivel mundial en personas con sobrepeso y el primero en Latinoamรฉrica en cuanto al sexo masculino, superando a Mรฉxico, que lidera el rรกnking a nivel femenino.
Las tendencias indicativas son realmente malas y las perspectivas a 25 aรฑos indican signos de una posible catรกstrofe alimentaria a nivel mundial. Las decisiones deben ser tomadas de inmediato, aun sin esperanzas de prontos resultados. Basta observar el ejemplo del tabaco, que a pesar de la lucha sin cuartel que se libra desde hace tanto tiempo, mata aรบn a 5 millones de personas por aรฑo, mantiene una curva ascendente esa tendencia y esas muertes representan mรกs que las que suman juntas la tuberculosis, el sida y el paludismo.
El lento camino de la educaciรณn, una particular atenciรณn a la niรฑez, el control permanente de los estados y el desarrollo de polรญticas pรบblicas comunes indican el camino. Deben sumรกrsele claras identificaciones para los alimentos que favorecen la obesidad, acompaรฑado por el desarrollo de una actividad fรญsica metรณdica y el sostenimiento de dichas polรญticas durante dรฉcadas asegurando las inversiones necesarias para que sean realmente efectivas.
La pandemia estรก entre nosotros y, a diferencia de las pestes del pasado, se convive con ella casi sin alarma, aunque esta enfermedad silenciosa mata indiscriminadamente y muestra un crecimiento geomรฉtrico que avanza dรญa a dรญa.
Peligro cierto, complejo y global.