El misionero argentino de 70 años logró sacar de la pobreza más extrema a más de 25.000 personas en Antananarivo, la capital de Madagascar.
Con unos minutos de retraso, el padre Pedro Opeka llegó a la sala donde lo esperaban una decena de periodistas. Entró a paso tranquilo pero firme, sonriente, y, antes de sentarse frente a los micrófonos, se tomó unos minutos para recibir con amabilidad a quienes se acercaban a saludarlo. Durante su diálogo con la prensa, alternará entre un tono de voz suave, conciliador, y otro muy firme, que acompañará con los puños cerrados, sobre todo a la hora de hablar de la pobreza y de los miles de niños que mueren de hambre en el mundo.
El sacerdote argentino, misionero en Madagascar desde hace cuatro décadas, está de visita en el país para presentar su libro, Rebelarse por amor, que recopila las conversaciones del religioso con el escritor francés Pierre Lunel, y también para celebrar sus 70 años.
Con una vitalidad envidiable, durante su visita de tres semanas, celebrará misas en distintos templos de Buenos Aires y del interior del país, y viajará a Bolivia para el V Congreso Misionero Americano. También será nombrado Ciudadano Ilustre de Santa Fe y Visitante Ilustre de Montevideo.
“Salí de Argentina en 1968… ¡Han tenido que pasar 50 años para que me hagan una conferencia de prensa!”, exclamó, entre risas, a los periodistas presentes, con un sentido del humor que mantuvo a lo largo de todo el encuentro. El mismo día, más temprano, Opeka se reunió con el presidente Mauricio Macri, la primera dama Juliana Awada y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.
“El presidente se interesó mucho en el proyecto, sentí un buen ambiente, un gran interés”, aseguró ante la consulta de los periodistas. “Y de mi parte, también, claro, mucho interés, ¡es el primer presidente de la República que me recibe!”, señaló.
La relación de Opeka con los políticos siempre ha sido bastante tensa, en particular con los de Madagascar, país en cuya capital donde construyó Akamasoa, una ciudad, con viviendas dignas y servicios de salud y educación a partir de un basurero donde vivían 25.000 personas. “Yo le pido a la gente que dirige países, pueblos enteros, que se ocupen de verdad. Ellos fueron elegidos para unir a la gente, para la justicia social”, señaló.
“Los que suben al poder se olvidan de sus promesas, y de allí el título del libro”, explicó Opeka. Rebelarse por amor, es el título de la edición al español de su libro Insurgez-vous, escrito en colaboración con el escritor y académico francés Pierre Lunel. Sin embargo, se apresuró a aclarar que la rebelión debe ser con amor, “porque la violencia no es solución a ningún problema”.
Por su obra, Opeka ha sido propuesto en varias oportunidades como candidato al Premio Nobel de la Paz. “A mí me da el Premio Nobel de la Paz la gente, me lo da todos los años el pueblo de Dios”, dijo y, aunque admitió la importancia de recibir tal reconocimiento, sostuvo que se trata de un galardón que está “muy politizado” y que tiene pocas expectativas de que le sea otorgado. “Si me lo dieran, lo que no creo, lo utilizaría para hablar más fuerte en el mundo entero”, afirmó.
Hijo de padres eslovenos, de quienes aseguró que aprendió “el gusto por el trabajo bien hecho”, Opeka brindó a DEF su visión respecto de la actual crisis de inmigrantes que atraviesa el mundo, en particular en Europa: “Cuando la gente huye de la guerra con sus hijos, hay una obligación humana y también cristiana de recibirlos”. El sacerdote también se refirió a los que emigran de sus países por motivos económicos y criticó la lentitud administrativa de los países ricos para brindarles ayuda.
Aunque su vida está en Madagascar, Opeka también se expresó sobre la situación de la Argentina, el país que, según dijo, le dio “una manera de ser, alegre, espontánea”, que lo acompañó toda su vida y lo ayudó para hacerse amigos a su llegada a Madagascar donde era el único hombre blanco. “También hay un África en la Argentina”, dijo, y llamó a “no cerrar los ojos” ante la pobreza. “Si Dios existe, siempre hay lugar para un pobre, y como yo creo en Dios, siempre tengo un lugar”, destacó.
Las próximas fechas de una agenda apretada
• Martes 10/7: Viajará a Bolivia para participar del V Congreso Misionero Americano en Santa Cruz de la Sierra.
• Jueves 12/7: Colegio San Vicente de Paúl de la localidad de Escobar (Los Lazaristas 893). Eucaristía a las 10 h en la capilla Medalla Milagrosa.
• Viernes 13/7: El gobierno de la Ciudad de Santa Fe lo nombrará Ciudadano Ilustre.
• Sábado 14/7 a las 19.30 h: Misa en el santuario Jesús Sacramentado (Corrientes 4433, CABA).
• Domingo 15/7 a las 8 h: Misa en la catedral de San Justo (Av. Dr. Ignacio Arieta 3045).
• Martes 17/7 a las 18 h: Charla en la Cancillería, Palacio San Martin, sala San Martín. La participación es con inscripción previa por correo electrónico a secul@cancillería.gob.ar o al teléfono 4819-7019.
• Miércoles 18/7 a las 18 h: Recibirá el título Honoris Causa en la Universidad del CEMA (Reconquista 775, CABA).
• Viernes 20/7 a las 18 h: Reconocimiento en la embajada de Uruguay (Arenales 1392, CABA). A esta actividad solo podrán concurrir aquellos que posean invitación previa.
• Lunes 23/7 a las 19 h: Misa en la catedral de Mar Del Plata junto al obispo diocesano, monseñor Gabriel Mestre.
• Jueves 26/7: La Intendencia de Montevideo, en Uruguay, lo nombrará Visitante Ilustre.