La nueva líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, es definida por la prensa como la “mini-Merkel”, pero presenta una postura más conservadora en cuestiones sociales y en temas migratorios.
Luego de 18 años de liderazgo indiscutido de Angela Merkel, su delfín, Annegret Kramp-Karrenbauer, o AKK, se hizo en enero pasado con la presidencia de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), y sucede así a Merkel en la cabeza del principal partido político alemán, en el que se inició como militante hace 37 años.
Con 56 años de edad, esta devota católica, madre de tres hijos, Politóloga y abogada, cuenta con una amplia experiencia en la política alemana, en donde es reconocida por su foco en las cuestiones sociales. Fue diputada en el Bundestag, jefa del Ejecutivo regional del estado del Sarre, la primera mujer en alcanzar este puesto, y ministra de las carteras de Interior, Trabajo, Familia, Deportes y Justicia. En febrero de 2018, se convirtió en secretaria general del CDU, bajo el ala de Merkel, quien ya empezaba a planear su retiro de la política.
AKK representa la línea centrista y europeísta del partido. A pesar de que uno de los apodos que le ha dado la prensa y la política alemana es “mini-Merkel”, mantiene algunas diferencias con su mentora: tiene una postura más conservadora en cuestiones como el matrimonio homosexual e inmigración. “Tengo mi propia opinión y eso me ha llevado a conflictos con Merkel”, sostuvo en declaraciones a la prensa alemana.