El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, designó al Tren de Aragua como una organización terrorista. La agrupación venezolana, con una presencia creciente en varios Estados, y en Latinoamérica, es apuntada por su presencia en territorio estadounidense y ya sufrió las primeras consecuencias de la visibilidad que le otorgó el mandatario estadounidense.
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La actividad del Tren de Aragua en Estados Unidos
La campaña presidencial de Donald Trump dio gran visibilidad al Tren de Aragua, que hasta ese momento era desconocido para gran parte de la sociedad estadounidense. A fines de 2023 y principios de 2024 había tenido cierta notoriedad en los medios de comunicación nacional producto de dos asesinatos: el de un ex policía venezolano cerca de Miami y el de la estudiante universitaria Laken Riley en el estado de Georgia.
Las autoridades en ambos Estados vincularon la autoría de los homicidios a miembros del Tren de Aragua, aunque fueron dos docenas de legisladores del Partido Republicano quienes buscaron convertir a este grupo criminal en un asunto de Estado.
Los parlamentarios acusaron a la pandilla venezolana de “violaciones a múltiples niños”, pero nunca pudo ser sustentado con casos reales. Otro aspecto a tener en cuenta es que no habían casos reportados en las principales urbes estadounidenses como Los Ángeles, Phoenix, Dallas, San Antonio y Denver en el primer trimestre de 2024.
En el caso de Nueva York, el Departamento de Policía dijo haber reportado hechos delictivos menores como el robo de teléfonos celulares en la ciudad, lejos de los delitos que se le adjudicaban a la organización venezolana en otros países de la región. De la misma forma se registraron migrantes ilegales presuntamente vinculados a la agrupación por la frontera sur, pero la veracidad de la vinculación es cuestionada.
En mayo del año pasado se descubrió una red de tráfico sexual que atravesaba los estados de Luisiana, Texas, Virginia, Florida y Nueva Jersey. La investigación reveló que mujeres venezolanas eran explotadas sexualmente para saldar las deudas con los traficantes que habían llevado a cabo su migración ilegal hacia Estados Unidos. Este modus operandi era el mismo que el TdA llevaba a cabo en Colombia y otros países latinoamericanos.
La presión de los republicanos sirvió para que el Tren de Aragua sea designado como una organización criminal transnacional a mediados de julio de 2024 y se establecieron recompensas por sus líderes. Por Héctor Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, se ofrece una recompensa de hasta cinco millones de dólares y por los lugartenientes Yohan José Romero y Giovanny San Vicente, cuatro y tres millones de dólares, respectivamente.
Posterior a la campaña presidencial y a la victoria electoral de Donald Trump, el Departamento de Seguridad reportó la presencia criminal en 16 estados del TdA, 100 investigaciones federales en marcha y 50 miembros condenados por la justicia estadounidense. La agrupación pasó de una presencia difusa en Estados Unidos a tener adeptos posicionados en casi un tercio de las jurisdicciones estatales que componen el país.
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Una organización terrorista
Ya como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump declaró al Tren de Aragua como una organización terrorista junto a los carteles mexicanos. Los fundamentos se centran principalmente en el negocio que las distintas entidades tienen con la migración ilegal, el envío de remesas y otros delitos menores en territorio estadounidense. La medida tuvo efectos inmediatos.
Para fines de enero, arrestaron a Anderson Zambrano-Pacheco en operativo en el Bronx, Nueva York, uno de los cabecillas del grupo en el país norteamericano. La redada también incluyó a otros miembros del TdA buscados por su responsabilidad en delitos menores y se logró la confiscación de un arsenal de 34 armas.
La medida de Trump fue acompañada por el mandatario de Ecuador, Daniel Noboa, una decisión que implica uno de los primeros accionares conjuntos que la región toma contra el grupo.
Esta nueva postura de Quito también contempla al régimen de Nicolás Maduro, presunto socio de la agrupación criminal, y se compromete a ser un socio petrolero para aquellos países que importan crudo desde Venezuela.
Otros países latinoamericanos podrían seguir el ejemplo de Estados Unidos y Ecuador, aunque la estrategia para desmantelar al Tren de Aragua sigue siendo una tarea pendiente por parte de los líderes regionales.
