Son las principales organizaciones mexicanas dedicadas al tráfico de drogas. Una breve radiografía de cada uno de estos grupos que han teñido de sangre el país.
Federación de Sinaloa
Líder: Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”
Es la agrupación criminal más grande de México y la que más se expandió en el último tiempo. Actualmente su influencia se extiende a 16 de las 32 entidades del país. Desde 2010 controla toda la frontera con EE. UU., desplazando al Cartel de Juárez. Además, estableció alianzas con el Cartel del Golfo y con Los Caballeros Templarios, e impulsó el nacimiento de otros como el Cartel de Jalisco Nueva Generación, que según especialistas se convirtió en el brazo armado de la Federación.
El cartel se dedica al tráfico de heroína, marihuana y cocaína, además de dominar el mercado de las drogas sintéticas, las cuales produce en laboratorios clandestinos ubicados especialmente en Nayarit, Jalisco, Michoacán, Colima y Baja California. Sus influencias llegan a todo el Cono Sur de América, Europa y Australia.
Los Zetas
Líder: Miguel Treviño Morales, “El Z40”
Fue fundado por exmilitares y comenzó siendo el brazo armado del Cartel del Golfo, con el que rompieron relaciones en 2010. De todas formas, Los Zetas ya operaban por su cuenta antes de la separación. El cartel controla prácticamente todos los estados costeros del este del país, desde Quintana Roo hasta Tamaulipas y Coahuila. Su sello característico es la violencia extrema con la que ejecutan sus operaciones.
Además del negocio de la droga, los Zetas explotan la industria de las extorsiones y el secuestro. También dan protección o chantajean a bandas dedicadas a la piratería en diferentes rubros. El grupo está integrado por cientos de células, conocidas como estacas, con 20 sicarios cada una.
Cartel de Juárez
Líder: Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”
Fue el grupo de narcotráfico más fuerte de México, con presencia en la mitad del país. Pero ahora su territorio se limita a algunas poblaciones en Chihuahua, al norte, así como en Querétaro y Quintana Roo, en el sur. La drástica reducción de su influencia fue producto de la lucha que entabló con la Federación de Sinaloa. La disputa por el territorio se libró especialmente en Ciudad Juárez, considerada la población más violenta de México y donde murieron unas 6000 personas en dos años.
Se alió con Los Zetas para poder contar con alguna protección contra sus enemigos, pero no pudo mantener el mercado que tuvo otrora. Ahora se dedica a la exportación de heroína, marihuana, cocaína y drogas sintéticas principalmente a través de Ciudad Juárez, donde también controla a bandas de pandilleros dedicados a la extorsión de comerciantes.
Cartel del Pacífico Sur
Líder: Héctor Beltrán Leyva, “El H”
Este grupo, encabezado por los hermanos Beltán Leyva, perteneció a la Federación de Sinaloa hasta 2008, cuando después de la captura de Alfredo Beltrán, los cabecillas señalaron a “El Chapo” Guzmán como el culpable de haberlo “entregado” a las autoridades. En la batalla que se libró después, el Cartel del Pacífico Sur se alió con Los Zetas y con el Cartel de Juárez.
La muerte de Arturo Beltrán, líder de la organización, en diciembre de 2009, debilitó la posición del grupo. Actualmente el Cartel del Pacífico Sur mantiene operaciones en Sinaloa y algunas poblaciones de Sonora, en el noroeste, así como Morelos y Guerrero, en el sur. Se dedica al tráfico de cocaína, marihuana y heroína. Una de sus características es su capacidad de corromper a policías y funcionarios.
Cartel del Golfo

Líder: Armando Ramírez Treviño, “El Pelón”
Desde su separación de Los Zetas, este cartel comenzó a perder territorio. Hoy solo mantiene presencia en algunas poblaciones de Tamaulipas, al noreste del país, especialmente Matamoros y Reynosa. También cuenta con grupos operativos en Nuevo León y San Luis Potosí.
En apoyo, la Federación de Sinaloa le envió a su grupo armado, el cartel de Jalisco Nueva Generación, para combatir a sus rivales. Su guerra contra Los Zetas dejó el saldo de miles de personas muertas, la desaparición de cientos más y el exilio forzado de comunidades enteras que huyen de los enfrentamientos armados.
Por el momento, el grupo mantiene el tráfico de cocaína y marihuana a través de la franja norte de Tamaulipas, en el límite con Estados Unidos.
Los Caballeros Templarios

Líder: Servando Gómez Martínez, “La Tuta”
Esta organización surgió de una escisión de La Familia Michoacana y tiene una particularidad muy grande: sus integrantes tienen prohibido consumir drogas, conducir automóviles en estado de ebriedad, robar, secuestrar o agredir mujeres. Se rigen con un estricto código de conducta escrito por Nazario Moreno González, fundador de La Familia. Tras la muerte del líder, se construyeron altares y capillas donde la figura central son estatuas e imágenes de Nazario Moreno, vestido con ropas bordadas con oro y una espada similar a la de la orden de los Templarios.
Este cartel controla el mercado de producción y tráfico de drogas, especialmente marihuana y anfetaminas, en los estados de Michoacán y Guanajuato, así como en parte del estado de México y Guerrero. Mantienen una alianza con la Federación de Sinaloa.
Cartel de Jalisco
Líder: Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”
Su primera aparición fue en YouTube con un video donde se presentaron como Los Matazetas. Se adjudicaban el asesinato de 35 personas, cuyos cuerpos fueron abandonados en una avenida de la ciudad de Veracruz, al sureste de México.
Al principio fueron tomados como un grupo paramilitar, pero la Secretaría de Marina aclaró que estaban vinculados a la Federación de Sinaloa, en su guerra contra Los Zetas. Controlan la producción de drogas químicas en Jalisco y Colima, aunque su tarea principal es ser el brazo armado de la organización de “El Chapo” Guzmán.




