El tratado de intercambio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur podría llegar a buen puerto tras décadas de negociaciones y pasaría a ser una de las alianzas comerciales más importantes que se hayan celebrado en la historia. La cumbre del bloque sudamericano en Montevideo cuenta con la presencia del presidente electo de Uruguay, Yamandú Orsi, y también con Úrsula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, figura clave en el marco del anuncio del cierre del documento comercial.
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Von der Leyen: “Estamos ante el comienzo de una nueva historia”
Tras más de dos décadas, la Unión Europea y el Mercosur dieron un paso definitivo. El cierre del documento implica un punto final a cualquier modificación que las partes requieran o busquen impulsar.
El acuerdo, que había alcanzado un principio de entendimiento en 2019, ahora avanzará hasta su aprobación tal y como está. La UE y Sudamérica deberán validar el texto en sus regiones y podrían concretar el tratado tras 25 años de largas negociaciones e idas y vueltas.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, viajó a Montevideo para presenciar la cumbre del Mercosur y reunirse con los jefes de Estado sudamericanos. “Es una victoria para Europa. Estamos reforzando nuestra asociación como nunca antes”, afirmó la máxima figura del Ejecutivo de la UE.

Von der Leyen se mostró optimista para obtener la firma de los países europeos durante su mandato, que para ella significa “el comienzo de una nueva historia”, más empleo, más oportunidades y un camino de prosperidad compartida. En su declaración en la capital uruguaya, hizo foco en las principales preocupaciones y estableció que el acuerdo “refleja el compromiso sobre el cambio climático” y “la salud y los estándares alimenticios se mantendrán intocables”.
La presidenta reconoció el trabajo que deberá hacer dentro del bloque europeo en las discusiones que vendrán, contemplando la fuerte oposición de Francia, el segundo país más poblado de Europa, y otros Estados como Polonia, Bélgica y Austria.
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La importancia del acuerdo UE-Mercosur
La nueva alianza comercial entre las dos regiones busca crear un mercado de intercambio de bienes y servicios con 700 millones de potenciales clientes y una cuota cercana al 25% del PBI mundial, con 17 billones de dólares.
Se trataría de la mayor zona de comercio del planeta, sin rival en acuerdos similares como puede ser el TLCAN, que une a más de 478 millones de residentes en Estados Unidos, México y Canadá. Además, la alianza se puede posicionar como una fortaleza ante las variables internacionales y una seria alternativa al mundo bipolar que tiene a estadounidenses y chinos como las dos grandes potencias.
Según Úrsula von der Leyen, 30.000 empresas europeas podrán incursionar en Sudamérica con mayor facilidad y de la misma forma sucederá con las compañías del Mercosur, con especial hincapié en la industria alimenticia.

Por ejemplo, este tratado de comercio birregional impulsa un proceso de desgravación de los aranceles para el 84% de las exportaciones agrícolas del Mercosur. Otro punto importante es el otorgamiento de contingentes arancelarios (cuotas) para productos como la carne bovina, porcina y aviar; maíz; azúcar; arroz; etanol; miel y huevos.
El campo es una de las principales voces opositoras en la Unión Europea, que en febrero de este año convocó a 10 millones de trabajadores agrícolas en protestas en 25 de los 27 países del bloque. En Francia esta reticencia a acompañar el acuerdo continúa hasta la fecha.
Para aprobar en su totalidad el tratado comercial bilateral, los parlamentarios de los cinco países del Mercosur y de los 27 que representan a las naciones europeas deberán votar positivamente el documento final.