Por Martรญn Lucas
Desde hace unos aรฑos, es notable como los paรญses en vรญas de desarrollo han empezado a asignarle creciente importancia al papel que tiene la cultura como instrumento de desarrollo social y econรณmico. La producciรณn de bienes culturales convertida en una industria con peso ascendente en el PBI y que a la vez funciona como carta de presentaciรณn al mundo. En ese contexto, la promociรณn estatal a la industria audiovisual en nuestro paรญs (desde el Estado Nacional, desde algunos gobiernos provinciales y desde la Ciudad de Buenos Aires) no deja de ser una muy buena noticia que busca proyectar y poner en valor la enorme capacidad creativa que existe en la Argentina enย prรกcticamenteย todos las รกreas de producciรณn: cine, televisiรณn, animaciรณn y publicidad. La Argentina es cuarto productor y exportador global de contenidos audiovisuales (solo detrรกs de EE.UU., Reino Unido y Holanda), las producciones argentinas se transmiten en 80 paรญses y representan entre 400 y 500 millones de dรณlares en exportaciones. A la conocida y multipremiada producciรณn cinematogrรกfica hoy se suma un nuevo horizonte de oportunidades para la realizaciรณn televisiva, a partir de la llegada de la TV digital que multiplica los espacios de difusiรณn y genera una creciente demanda de contenidos.
Condiciones auspiciosas que potencian la maquinaria cultural, fomentan el talento y las buenas ideas, crean fuentes de trabajo y consolidan la buena imagen en el mundo que tiene la producciรณn audiovisual argentina. Un tema como este merecรญa el informe especial que presentamos en esta ediciรณn, con datos, anรกlisis y opiniรณn de algunos importantes protagonistas del sector pรบblico y privado.