El país nórdico cerró los acuerdos con Hungría y Turquía y es el último país en ingresar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Tras años de negociaciones con Hungría y Turquía, Suecia se convirtió en el miembro número 32 de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Con este ingreso, la alianza militar amplía su frontera con Rusia y lleva las tensiones al máximo en medio de la guerra en Ucrania.
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En DEF te detallamos cómo fue el proceso de ingreso de Suecia a la OTAN y por qué esta expansión puede acarrear nuevas problemáticas en Europa.

Suecia le dice adiós a la neutralidad y se suma a la OTAN
Hace dos años, Suecia y Finlandia decidieron hacer una presentación de adhesión a la OTAN en busca de mayor integridad y seguridad. Los finlandeses oficializaron su ingreso a la alianza el 4 de abril de 2023, pero los suecos encontraron mayores trabas en las negociaciones.
La primera gran oposición fue Turquía, cuya reticencia se debía a un posicionamiento de agenda nacional y por la idea de recibir un beneficio a cambio de un sí más que trascendental.
Para ganarse el favor del presidente Recep Tayyip Erdoğan y del arco político turco, Suecia tuvo que expulsar a los militantes kurdos que se encontraban como refugiados en el país y garantizar un mejor trato a la inmigración islamita, tras los numerosos casos de quema del Corán.
La ambición de Turquía involucró la compra de 40 cazas F-16 a Estados Unidos, convalidada por el Departamento de Estado de EE.UU. que terminó por destrabar la negativa de Erdoğan y del Parlamento turco en enero de 2024.

El último obstáculo fue la Hungría de Viktor Orbán con quien Suecia había sido más que crítico y apuntó a supuestas vulneraciones del sistema democráticas en el país. Pero el juego de la geopolítica llevó a que ambos países se sentaran a dialogar recién en febrero de este año.
El oficialismo húngaro promovió la discusión en el poder legislativo tras años de postergaciones y finalmente aprobó el ingreso de Suecia a la OTAN el 5 de marzo de 2024.
Con su adhesión a la alianza militar más importante del mundo, los suecos abandonaron siglos de neutralidad y eligieron un bando en la disputa geopolítica entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte y Rusia.
Las expansiones de la alianza militar del Atlántico Norte
Desde la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en 1949, el poderío de los países occidentales fue lentamente en aumento. Su fundación fue producto de la ambición de 12 países, entre ellos Estados Unidos, Italia, Francia y Reino Unido.
Entre 1952 y 1990 la OTAN sumó solamente cuatro países: Grecia, Turquía, la Alemania reunificada tras la Guerra Fría y España.
Recién en la década del 90 y principios del 2000, tras la caída de la Unión Soviética, la alianza del Atlántico Norte hizo su gran paso expansivo en dos oleadas. Absorbió bajo su esfera a algunos de los países del caído Pacto de Varsovia: República Checa, Eslovaquia, Bulgaria y Rumania, y a otros seis Estados más, como Polonia y Hungría.

La cuarta y quinta expansión elevaron el número de miembros de 16 a 26 en cinco años y se sumaron a Croacia y Albania en 2009, a Montenegro en 2017 y a Macedonia del Norte en 2020.
Con estas últimas expansiones, los aliados del Atlántico Norte obtuvieron un gran dominio en el centro y este de Europa. Pero las ambiciones territoriales de la OTAN ponen en riesgo la estabilidad europea y global.
OTAN y Rusia, vecinos en Europa
La separación entre ambas fuerzas hasta 2022 se encontraba en Ucrania, la Bielorrusia afín a Vladímir Putin, Suecia, Finlandia y Moldavia, que históricamente alberga regiones prorrusas como Transnistria y Gagauzia.
El intento de adhesión ucraniano, la consecuente guerra con Rusia y el ingreso oficial de los países nórdicos fueron los factores que llevaron a una ruptura con el presidente Putin.

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Suecia y Finlandia ampliaron peligrosamente los límites de la alianza militar liderada por Estados Unidos. La entrada de los finlandeses sumó 1.320 kilómetros a la frontera terrestre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte con los rusos, duplicando la extensión previa. Y si bien los suecos no tienen un contacto por tierra con Rusia, el Mar Báltico será un eje de disputa en el futuro.
Con el izamiento de la bandera sueca en Bruselas, ya no hay países que separen territorialmente a la OTAN de Rusia y la experiencia en Ucrania hace que se vaticinen futuros conflictos en el horizonte.
Uno por uno: los miembros de la OTAN
- Bélgica
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- Noruega
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- Islandia
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- Países Bajos
- Portugal
- Reino Unido
- Grecia
- Turquía
- Alemania
- España
- Hungría
- Polonia
- República Checa
- Bulgaria
- Eslovaquia
- Eslovenia
- Estonia
- Letonia
- Lituania
- Rumania
- Croacia
- Albania
- Montenegro
- Macedonia del Norte
- Finlandia
- Suecia