Cerca de lograr una victoria militar sobre Hamas en Franja de Gaza y firmado el alto el fuego con Irán en la Guerra de los 12 días, Israel mira con atención lo que sucede cerca de sus fronteras. El asesor en seguridad nacional Tzachi Hanegbi planteó a Siria y el Líbano como posibles candidatos para nuevos “Acuerdos de Abraham”, una acción que repercutiría de forma única en cada país. ¿De qué se trata esta normalización de relaciones diplomáticas?
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Los Acuerdos de Abraham, el logro diplomático de Israel
Desde la partición del Mandato Británico sobre Palestina y la creación del Estado de Israel en 1948, los vecinos buscaron avanzar sobre el nuevo país y recuperarlo para la causa arabe, primero con el argumento de la causa palestina. Con el paso de las guerras y las victorias del ejército israeli, sumado a las conquistas de territorio como los Altos del Golán y la Península del Sinaí, el conflicto mutó al yihadismo y los atentados suicidas que arrancaron en la guerra entre Irak e Irán.
Este modelo moldeó países como Siria y el Líbano, pero también la creación del brazo paramilitar y político Hezbollah con patrocinio sirio y otras organizaciones terroristas como la Yihad Islámica, Hamas e incluso Al Qaeda, responsable del atentado a las Torres Gemelas.
Pese a este contexto extremista, el Estado de Israel logró entablar la paz y conseguir el reconocimiento de seis países árabes. Egipto fue el primero en firmar la paz y reconocer a Israel en 1979 tras más de 30 años de hostilidades a través de los Acuerdos de Camp David. 25 años más tarde, el Reino de Jordania normalizó sus relaciones bilaterales con Tel Aviv.

Recién en 2020 se inició el proceso de los Acuerdos de Abraham con la promoción de Estados Unidos y el compromiso de alinearse comercial y militarmente con Washington. Inicialmente, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos inauguraron esta nueva fase diplomática en Medio Oriente.
Sudán y Marruecos se sumaron a la brevedad y recibieron una contraprestación directa de EE. UU.. Los sudaneses fueron removidos de la lista de patrocinadores del terrorismo mientras que los marroquis obtuvieron el apoyo en sus reclamaciones sobre el Sahara Occidental.
En 2023, Arabia Saudita, la potencia sunita y la oposición religiosa a Irán, se encontraba en conversaciones bilaterales para sumar a los Acuerdos de Abraham, pero todo fue interrumpido por el atentado terrorista del 7 de octubre. Desde ese momento, Israel se vio envuelto en una serie de conflictos abiertos con la red de proxys de Irán: Siria, Hamas en Franja de Gaza y otros territorios palestinos, Hezbollah en el Líbano, Irak y Yemen.
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Siria y el Líbano, los candidatos árabes para la paz
Pese a la gran cantidad de frentes, Israel avanza a paso firme desde fines de 2024. La muerte de la cúpula de Hezbollah y Hamas, el cambio de régimen en Siria y la reciente victoria sobre Irán con participación de Estados Unidos propician un nuevo marco de negociaciones para el gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
El asesor en seguridad nacional Tzachi Hanegbi informó que Siria y el Líbano son posibles candidatos para unos nuevos Acuerdos de Abraham. La caída del régimen de Bashar al-Assad en Damasco acercó al país a Estados Unidos y logró que se removieran las sanciones internacionales, e incluso que se pagara su deuda con el Banco Mundial.

Hanegbi comentó que “existe un diálogo directo diario a todos los niveles entre Israel y el régimen sirio. Lo dirijo con representantes del gobierno allí”.
En el caso del Líbano la situación es menos clara. Pese a que Hezbollah no tiene acción militar directa contra Israel desde noviembre de 2024, se presume que sigue siendo un actor clave en la política nacional. El avance en un acuerdo a nivel países podría llevar a un conflicto interno impulsado por los grupos pro-Irán para retener a Beirut dentro de la red que utilizan Teherán y el líder supremo Alí Jamenei para atacar a Israel.
El cambio de dirección de Siria aparece como la carta más segura para que Israel avance en una mayor aceptación en Medio Oriente y reduzca las hostilidades históricas entre árabes y judíos.