En una época donde la influencia de Rusia en Europa se desmorona, Vladimir Putin busca respaldar a uno de los territorios prorrusos en el Cáucaso. La región separatista de Abjasia, ubicada en Georgia, está inmersa en protestas a raíz de una ley que busca propiciar la inversión rusa.
El Kremlin ratificó su apoyo al orden constitucional e indicó que Abjasia es una de sus máximas prioridades en materia de política exterior, incluso dentro del contexto impuesto por la guerra con Ucrania y las restricciones para el comercio en la Unión Europea.
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Abjasia, una república separatista dentro de Georgia
Cuando Rusia invadió Georgia en 2008, el gobierno de Tiflis -capital de esta nación- estaba en un proceso de conversaciones para adherirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). La alianza que agrupa a Estados Unidos y a Europa había anunciado que tanto los georgianos como los ucranianos podían ser los próximos en sumarse, lo cual generó un categórico repudio en Moscú.
Una de las condiciones para un acuerdo de paz duradero entre la OTAN y el Kremlin era que la Alianza Atlántica no se expandiera hacia el este, en dirección hacia Rusia. En esa dirección se encontraban varias ex repúblicas soviéticas que ganaron su independencia en 1991 con la caída de la Unión Soviética.
Entre 1999 y 2017, la OTAN incorporó a 11 países con pasado soviético: República Checa, Hungría, Polonia, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia y Albania.

De concretar el proceso de incorporación de Georgia y Ucrania, la organización hubiese llegado a tener fronteras con Rusia. Esto fue detenido con la operación militar en Georgia, en los territorios prorrusos de Abjasia y Osetia del Norte.
Los argumentos detrás de la intervención del ejército ruso fueron la defensa de la población afín a Moscú y la protección de las bases militares en el país. Sin embargo, la presencia se convirtió en la instauración de las repúblicas separatistas, las cuales mantienen el mismo estatus hasta la fecha y cuentan con el apoyo directo de Rusia.
Abjasia vs. Rusia: cuál es el foco del conflicto
A 16 años de su anexión unilateral, Rusia enfrenta una problemática en Abjasia a raíz de su injerencia en las políticas locales. El sector opositor encabezó una serie de protestas en los principales puntos del país para bloquear una ley que beneficiaba a inversores rusos.
Se trata de un acuerdo inmobiliario que permite a los rusos comprar propiedades en Abjasia con exenciones fiscales, un privilegio con el que no cuentan los ciudadanos abjasios y que podría afectar el precio de las viviendas y otros sectores productivos.

La oposición reaccionó con la toma del Parlamento y el edificio de Ministros, paralizando el funcionamiento del gobierno y obligando a dimitir al presidente Aslan Bzhania. Ahora, Abjasia enfrenta la caída del gobierno y la incertidumbre por el futuro de la gobernanza en el territorio dependiente de Rusia.
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La prioridad número uno de Rusia
La crisis política requirió de los comentarios del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, quien ratificó que Abjasia es una de las prioridades de la política exterior rusa. “Nos pronunciamos a favor de que la situación se normalice lo más rápido posible en la república y se desarrolle en el cauce constitucional”, expresó Peskov, en sintonía con los dichos del ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, quien también mostró su preocupación.

Abjasia es central para el posicionamiento ruso en Europa del Este, región que se desprende cada vez más de la red de influencias proyectadas desde Moscú. Moldavia, Armenia y Georgia evidenciaron los esfuerzos de Vladimir Putin por condicionar los procesos democráticos.
La salida de Bzhania permite a Abjasia salir de la crisis, pero obliga a Putin a reevaluar su estrategia para la república independiente, Osetia del Sur y el resto de regiones separatistas, como Transnistria o el Donbas en Ucrania.