Sin señales del fin de la guerra en Ucrania, Estados Unidos lanzó una nueva amenaza contra Rusia. El presidente Donald Trump anunció que podría enviar misiles Tomahawk, uno de los pedidos de Volodímir Zelenski, si Moscú no se sienta a negociar la paz.
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Estados Unidos, más dispuesto a reforzar Ucrania
Consumada la paz en Medio Oriente con el acuerdo impulsado junto a Egipto, Qatar y Turquía, Estados Unidos busca resolver la guerra en Ucrania, el último gran conflicto surgido en los últimos años.
Desde que Donald Trump asumió su segunda presidencia, se produjeron dos espacios de negociación importantes: la cumbre en Ankara con patrocinio de Turquía y el encuentro bilateral entre EE. UU. y Rusia en Alaska.
Ambas instancias no solo no lograron avances en términos de paz, sino que intensificaron los ataques aéreos rusos de forma notable. El encuentro entre delegaciones ucranianas y rusas en Turquía se produjo en junio, y julio fue el mes más letal para los civiles de Ucrania desde que el conflicto inició en 2022.
La misión de derechos humanos de Naciones Unidas registró 286 muertos y 1.388 heridos, un 48% más que en el mismo periodo de 2024, con ataques concentrados en el Donbas y bombardeos récord en Kiev. En el mismo mes, Rusia lanzó un récord de 6.129 drones Shahed-136, un desarrollo iraní que fue importado y utilizado en masa por Moscú.

Tras una breve merma en agosto, la Fuerza Aérea de Ucrania informó que Rusia había lanzado un total de 5.636 drones y 187 misiles en los ataques de septiembre, habiendo atacado por primera vez la sede del Gobierno ucraniano.
Sin nuevos espacios de negociación, Estados Unidos se mostró dispuesto a enviar los misiles subsónicos Tomahawk a Ucrania si Vladímir Putin no muestra señales de acercamiento para lograr la paz tras cuatro años de guerra.
“A Ucrania le gustaría tener Tomahawk. Hablamos de eso, y ya veremos. Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre los Tomahawk. ¿Quieren tener misiles Tomahawk dirigiéndose hacia ellos? No lo creo”, declaró Trump a periodistas a bordo del avión presidencial, mientras se dirigía al Peace Summit 2025 en Egipto.
Si bien el Kremlin evitó pronunciarse, el aliado de Putin y presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, expresó que “los misiles Tomahawk no resolverán el problema” y que “solo agravarán la situación hasta llegar a una guerra nuclear”.
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Cómo son los misiles Tomahawk de Estados Unidos
El Tomahawk Land Attack Missile (TLAM) es un misil de crucero de largo alcance diseñado por General Dynamics en los años 1970 y utilizado, principalmente, por la Marina de Estados Unidos, para ataques profundos contra objetivos terrestres.
Según información de la Armada estadounidense y del fabricante Raytheon Technologies, el proyectil mide 5,6 metros, pesa cerca de 1.510 kilogramos con propulsor incluido y alcanza hasta 2.400 kilómetros.
Para contrastar con el arsenal actúa en poder de Ucrania, el misil Neptune, desarrollado localmente y utilizado para hundir el crucero ruso Moskva, tiene un alcance de unos 600 kilómetros. Los ATACMS estadounidenses alcanzan hasta 300 kilómetros, mientras que los Storm Shadow, entregados por Reino Unido y Francia, tienen un radio de acción de unos 250 kilómetros.

Su principal activo es el sistema de guía TERCOM (Terrain Contour Matching), que combina navegación inercial y radar, permite comparar en tiempo real el terreno real con mapas digitales. Esta tecnología reduce el rango de error a unos 5 metros e incluso le permite modificar su trayectoria en pleno vuelo y transmitir imágenes antes de impactar contra su objetivo.
Si Estados Unidos acepta reforzar el frente ucraniano, la capacidad de alcance del misil Tomahawk le permitiría a Kiev amenazar a Moscú y otras ciudades rusas importantes por primera vez, transformando el escenario de la guerra que cursa su cuarto año.