En medio del cambio de mando en Estados Unidos y la reestructuración del poder en Medio Oriente, Rusia e Irán firmaron un tratado de cooperación bilateral que profundiza el vínculo entre ambos países. Masoud Pezeshkian y Vladimir Putin le dieron una gran importancia al acuerdo que une a ambos países durante los próximos 20 años.
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Moscú y Teherán y la guerra en Ucrania
La caída en desgracia del eje de resistencia iraní y la pérdida de influencia rusa en Siria alarmaron a Pezeshkian y Putin, quienes se reunieron en el Kremlin para discutir el futuro de la región y del vínculo entre ambos países.
Del encuentro surgió la firma de un tratado de cooperación entre Moscú y Teherán, un paso hacia adelante en la relación, pero sobre todo, una ratificación de la búsqueda de una reestructuración de la proyección en Medio Oriente que repercute en la guerra en Ucrania.
Antes de Corea del Norte y su incursión en el conflicto para repeler la invasión de Kursk, un hito inesperado, estuvo Irán. Parte del gran arsenal de drones que utiliza el Kremlin para atemorizar a la población ucraniana proviene del ejército iraní.

Los vehículos aéreos no tripulados Shahed-136, un desarrollo de la potencia chiita, ocuparon un rol central durante el 2024, tanto en los ataques rusos a Kiev y otras ciudades ucranianas importantes como en el asedio histórico a la Cúpula de Hierro por parte del régimen de los Ayatolá a mediados del año pasado.
La alianza entre ambos países fue una pieza fundamental para que el mundo continúe inmerso en conflictos en Europa y en Medio Oriente, a pesar de que el cese al fuego entre Hamás e Israel aporte cierta calma. El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, y el mandatario ruso, Vladimir Putin, acordaron la prolongación y la evolución del vínculo por los próximos 20 años.
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Las claves del acuerdo entre Rusia e Irán
Mientras se celebraba el acuerdo de rehenes y la pausa al conflicto entre el terrorismo palestino y Tel Aviv, Pezeshkian y Putin negociaron en el Kremlin el Acuerdo de Asociación Estratégica, un tratado de cooperación bilateral hasta 2045 que consta de 47 artículos.
Esta nueva etapa de la alianza busca profundizar el intercambio comercial, que creció un 15,5% durante los primeros 10 meses del 2024 y alcanzó 4.000 millones de dólares.
Ambos líderes buscan potenciar otros aspectos del relacionamiento entre ambos Estados, como la colaboración económica, las inversiones, el área tecnológica y el programa nuclear iraní.

Los proyectos de energía nuclear son uno de los principales intereses para Irán, aunque cuenta con gran reticencia de las potencias occidentales e Israel, el principal país amenazado por las políticas bélicas de los Ayatolá.
Tanto Irán como Rusia informaron que el nuevo tratado no implica una defensa mutua ni una colaboración militar, a pesar de que tecnologías como Shahed-136 ya se vieron en los grandes ataques rusos en territorio ucraniano.
Sin embargo, acordaron que participarán juntos en exposiciones internacionales, intercambiarán delegaciones y organizarán ejercicios de entrenamiento entre ambos ejércitos.
Respecto al marco global, determinaron que se abstendrán de apoyar sanciones que los tengan como objetivo y no brindarán apoyo a sus enemigos ante un conflicto bélico.