Nuevamente, la comunidad árabe-musulmana busca intermediar en el conflicto entre Israel y sus vecinos en la Franja de Gaza y el Líbano. La Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica, organismos que agrupan a 57 países entre África y Asia, emitieron un duro comunicado contra Israel y su accionar en Medio Oriente.
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Medio Oriente: las claves de la cumbre en Riad
Las dos entidades más importantes del mundo árabe-musulman se reunieron en Riad, Arabia Saudita, para hacer un llamado a una “paz justa y global”. La Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica (OCI) difundieron una polémica declaración con serias críticas contra Israel.
Acusaron a Tel Aviv de llevar a cabo un genocidio, principalmente en el norte de la Franja de Gaza, y condenaron a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) por los ataques contra las Naciones Unidas, sus instalaciones y el personal designado en Medio Oriente.

Las entidades más representativas, en medio de la pluralidad de voces que existen entre los árabes, también instaron a prohibir la exportación o transferencia de armas y municiones a Israel.
Entre los Estados miembros se encuentran países hostiles como Irán, Irak y Siria, hasta los que firmaron los Acuerdos de Abraham (Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán) y los más moderados como Egipto y Jordania.
De hecho, Irán y Arabia Saudita lograron reiniciar las relaciones diplomáticas tras siete años de crisis, tiempo en el que las potencias encarnaron las disputas de poder entre chiitas y sunitas desde 1979.

La cumbre en la capital saudita, país que tiene pausadas las negociaciones por la paz con los israelíes, tiene su peso específico como amplificador de las voluntades de la región, pero sin un impacto real sobre Tel Aviv. El mundo árabe-musulman puso como condición para la paz que Israel se retire de todos los territorios ocupados desde 1967 para poner fin a los conflictos.
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La realidad de los territorios ocupados por Israel
En junio de 1967 tuvo lugar la penúltima gran guerra en Medio Oriente entre la Liga Árabe -integrada por Egipto, Siria, Jordania, Irak y Líbano- e Israel. Bajo la creencia de una inminente invasión, el ejército israelí realizó un ataque preventivo y logró en cinco días vencer a la coalición.
Israel ocupó cuatro territorios: la Franja de Gaza y la Península del Sinaí, Cisjordania, incluido Jerusalén Este, y los Altos del Golán. Esta ocupación no forma parte de la problemática actual y de hecho gran parte de los territorios fueron devueltos.
Sinaí regresó a Egipto tras los acuerdos de paz de Camp David en 1978 y, en 2005, las tropas israelíes se retiraron unilateralmente de Cisjordania y Gaza para dar paso a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Por otro lado, por decreto de las Naciones Unidas, la administración de Jerusalén es de competencia internacional y no de la ANP o Israel. A pesar de esto, Tel Aviv la proclamó como su capital de iure a través de la “Ley de Jerusalén”. El gobierno israelí mantiene el control sobre la parte occidental de la ciudad desde 1948, mientras el este fue incorporado en 1967.
En ese tiempo, Israel le ofreció la ciudadanía a los habitantes en Jerusalén Este y en los Altos del Golán, territorios que fueron incluidos en la administración del Distrito Norte en 1980 y 1981, respectivamente.
Hasta la fecha, Israel mantiene el control de estas zonas, mientras Siria y la Autoridad Nacional Palestina se encuentran envueltos en problemáticas sin solución a la vista. Los sirios atraviesan una guerra civil al mismo tiempo que el grupo terrorista Hamás ejerce su dominio sobre Gaza y realiza peligrosos ataques contra Tel Aviv.