La muerte del presidente Ebrahim Raisi repercute duramente en la interna por el poder de la teocracia más importante de Medio Oriente.
Irán vive los momentos de mayor incertidumbre en el Siglo XXI. El fallecimiento del jefe de Gobierno Ebrahim Raisi impacta en la disputa del poder político entre los Pasdaran y los Ayatolá y particularmente en los planes del líder supremo Alí Jamenei.
- Te puede interesar: ¿Quién es Mohammad Mokhber, el nuevo presidente en funciones de Irán?
DEF dialogó con Paulo Botta, especialista en Medio Oriente, doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y profesor en la Universidad Católica Argentina, donde dirige el programa de Oriente Medio Contemporáneo.

Botta brindó un panorama de los desafíos inmediatos de Teherán tras la muerte del jefe de Gobierno y el escenario que vendrá con las elecciones presidenciales del 28 de junio.
La muerte de Ebrahim Raisi y las elecciones
-¿Qué implica la muerte del presidente Ebrahim Raisi en el actual contexto político en Medio Oriente?
–En términos estructurales no va a haber ningún cambio, la posición internacional de Irán en la región de Medio Oriente no se va a ver afectada por la muerte de Ebrahim Raisi ni por la muerte del Ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amirabdollahian. Básicamente porque ninguno de los dos es una pieza central en la toma de decisiones de política exterior en Irán.
En el caso del ministro de Relaciones Exteriores es quien lleva adelante la implementación, pero las decisiones de política exterior se toman más que nada en la oficina del líder supremo. Y en el caso del Presidente exactamente lo mismo, es el jefe de administración del Presidente en Irán, el jefe de gobierno, pero el jefe de Estado es el líder supremo y quien establece los lineamientos generales. Es por esto que un cambio en quién es el Presidente no afecta de manera estructural lo que está pasando.
Irán va a seguir teniendo el problema de su programa nuclear que incluso cada vez se vuelve un poquito más grave porque ahora se está hablando casi abiertamente de la posibilidad de que se traslade a un umbral de tipo militar. Irán va a seguir teniendo una situación de tensión con Israel, Irán va a seguir apoyando a sus proxys a lo largo y a lo ancho del Medio Oriente. Por lo tanto, la muerte de Raisi no modifica sustancialmente el contexto político de Medio Oriente.

-¿Quienes podrían emerger como candidatos presidenciales en el corto plazo? ¿El Líder Supremo puede seleccionar solamente las candidaturas del oficialismo, dejando afuera a la oposición?
-El líder supremo puede seleccionar solamente las candidaturas del oficialismo, dejando de lado a la oposición. Se ha establecido que las elecciones van a tener lugar el día 28 de junio. Esas elecciones dejan muy poco tiempo para la preparación, y antes de los preparativos, con respecto a tu pregunta, tienen que ser los candidatos aprobados.
En este sentido, lo que hemos visto en las últimas elecciones, en las cuales fue electo Raisi en el año 2021, es que Jamenei realmente blindó esas elecciones y prohibió la participación de los candidatos que podrían haber sido la verdadera oposición.
¿Es posible que esto vuelva a suceder? Sí, es posible. ¿Quiénes pueden ser los candidatos? En este momento se habla básicamente de dos. El jefe del Poder Legislativo, Mohamad Bagher Ghalibaf, fue alcalde de Teherán, pero antes fue jefe de la Fuerza Aérea de los Pasdaran.
En segundo lugar aparece Alí Lariyaní, quien fue portavoz del Parlamento durante 10 años. Su hermano Sadeq Lariyani fue jefe del Poder Judicial, y es una persona que precisamente no se le permitió participar en las elecciones del año 2021. Por lo tanto, el régimen político iraní hoy en día tiene un desafío muy importante. Es organizar elecciones dentro de los próximos 50 días, encontrar candidatos para esas elecciones que aseguren la estabilidad del régimen antes que la representatividad, y luego asegurar el otro desafío, que es la participación del electorado.
En las últimas elecciones que ha habido, las parlamentarias del 2020, las presidenciales del 2021 y las parlamentarias del 2024, la participación electoral cada vez es menor. Y lo que se corre el riesgo es que el presidente que sea electo en estos próximos 50 días tenga aún menos legitimidad que los presidentes anteriores, y eso seguramente alejaría cada vez más al gobierno de los gobernados en Irán.

La disputa del poder entre los Ayatolá y los Pasdaran
-¿Ali Jamenei podría promover a su hijo Mojtaba Jamenei como candidato presidencial de los Ayatollah? ¿Qué aceptación tendría?
-En realidad lo que se habla en Irán es que Mojtaba estaría más bien pensado dentro de algunos sectores como sucesor de su padre en el lugar de líder supremo. Ahí hay muchas discusiones, en primer lugar porque el tema de que sea hereditario es una de las principales críticas que históricamente tuvo la República Islámica hacia el régimen imperial del Shah y ahora resulta que el jefe de Estado sería el hijo del anterior. Por lo tanto ahí hay un problema, pero es cierto que Mojtaba tiene mucho apoyo en el sector más importante hoy en día en el sistema decisor iraní que son los Pasdaran.
-¿Qué implicancias puede tener la Guardia Revolucionaria Islámica en el próximo proceso electoral? ¿Hay diferencias irreconciliables en el modelo de país o en el esquema de poder planteado actualmente por los Ayatollah?
Yo creo que la Guardia Revolucionaria desde el año 2009 cada vez tiene más, más incidencia en los procesos electorales. No solamente son un grupo que tiene poder militar, sino que también tiene poder económico. Los grandes conglomerados de empresas en Irán cada vez pertenecen más o están vinculados más a los Pasdaran y también están teniendo mucho poder político. De las 33 provincias en Irán, creo que ahora son 10 las provincias gobernadas por ex miembros de la Guardia Revolucionaria.
Del Parlamento de Irán hay alrededor de 80 ex integrantes de los Pasdaran. De hecho, como recién mencionaba, Galibaf, el portavoz del Parlamento, fue jefe de la Fuerza Aérea de los Pasdaran. Están sobre representados en muchos ámbitos del Estado. Tal vez el único lugar donde no están sobre representados es en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero eso hace que la Guardia Revolucionaria cada vez tenga mayor implicancia e influencia política.

En ese sentido, tal vez lo que está sucediendo ahora haga que avance esa influencia de manera más rápida de lo esperado. ¿Qué diferencia es irreconciliable en el modelo de país? Yo diría que no hay diferencias en cuanto al lugar de Irán en el sistema internacional o cómo debe gobernarse Irán. Yo creo que la diferencia más importante es que los miembros de los Pasdaran están más dispuestos a cruzar ciertas líneas rojas para alcanzar su objetivo de que Irán sea una potencia regional. A diferencia de los ayatolás del sector clerical que ha demostrado que tal vez va mucho más despacio.
Los Pasdaran son gente que se ha formado en medio de la guerra de los 80 entre Irán e Irak. Están mucho más dispuestos a cruzar esas líneas rojas. Y en este sentido, yo por eso no creo que haya una diferencia esencial de país, sino más bien en cuanto a la disponibilidad a avanzar en ese proyecto a nivel regional.
-¿Cómo impactó la muerte de Raisi en el Líder Supremo Alí Jamenei y en la sucesión del jefe de Estado? ¿Qué importancia tiene asegurar la sucesión para el actual esquema de poder de los Ayatollah?
-La muerte de Raisi le impacta de una manera fundamental porque desde por lo menos el año 2021, Jamenei venía, entre comillas, preparando a Raisi para ese lugar. Le había dado cada vez mayor responsabilidad, le había allanado el camino en lo que podía, había disuelto cualquier posibilidad de oposición, a pesar de que estos tres años de presidencia no habían sido precisamente los mejores en Irán.
Por lo tanto, eso obliga a volver a retomar las distintas posibilidades de sucesión. Y asegurar la sucesión en el actual esquema de poder de los ayatolás siempre es un objetivo, pero la única vez que ha sucedido esto, fue cuando murió quien estableció la República Islámica, Ruhollah Jomeiní en febrero de 1989. Esto muestra que en realidad se pueden acomodar muchas cosas, pero una vez que el líder ya no está, nada está asegurado.

Tal vez Alí Jamenei puede tratar de ordenar muchas cosas, pero una vez que él ya no esté, la propia dinámica de poder de Irán será la que determine al próximo líder supremo. Lo que sí sabemos es que probablemente Jamenei pueda, digamos, acomodar lo máximo que quiera alguien que siga su línea, pero probablemente tenga que cada vez negociar más el sucesor y ahí tendrán un lugar muy destacado los Pasdaran.
-¿Visualizas en un futuro cercano la posibilidad de un sistema político sin la figura del Líder Supremo?
-Probablemente, si eso sucede, sería un cambio esencial. Pero tal vez puede haber un líder supremo que sea una figura cada vez más representativa y menos de poder real.
Si eso sucede, lo que estaríamos viendo es una especie de golpe de Estado en cámara lenta, donde los Pasdaran se irían haciendo cada vez más con el poder, empezando también por la posición del líder supremo, o por lo menos asegurarse de que el líder supremo sea alguien que no pueda oponerse a su voluntad.
Yo creo que cada vez más Irán se va acercando a una república militar o a una república, más que a una república islámica. El gran núcleo de discusión en Irán no es entre conservadores y reformistas, como hace unos años, sino dentro del propio campo de los conservadores, entre los ayatolás, el sector teocrático y los militares.
- Te puede interesar: La muerte del presidente Ebrahim Raisi y las elecciones que generarán un cambio político en Irán
Probablemente lo que estamos viendo ahora es que este enfrentamiento, que ya se venía generando y estaba apareciendo de a poco, está emergiendo de manera mucho más rápida y adelantándose a lo que podíamos ver hace unos días atrás.