El portavoz del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Fredrik Dahl, confirmó que el director general de esa agencia, el argentino Rafael Grossi, está siendo protegido por una fuerza especial austríaca. El diplomático reside en Viena, sede del OIEA y de otras dependencias de Naciones Unidas.
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“Podemos confirmar que Austria proporcionó una unidad Cobra, pero no podemos confirmar de dónde provino la amenaza específica”, afirmó el vocero del OIEA. Se trata de la fuerza especial antiterrorista dependiente del Ministerio del Interior.

Según hizo trascender el periódico The Wall Street Journal, la unidad Cobra desplegó efectivos armados con metralletas y al menos dos vehículos blindados que escoltan permanentemente a Grossi. Fue en respuesta a amenazas recibidas, que llevaron al servicio de inteligencia austríaco a tomar cartas en el asunto.
Tras las amenazas a Grossi, inspectores del OIEA vuelven a Irán
Mientras tanto, Rafael Grossi, de visita oficial en Washington, confirmó que un grupo de inspectores del OIEA ha regresado a Irán por primera vez desde la escalada bélica de junio pasado.
La colaboración entre Irán y el organismo nuclear de Naciones Unidas había quedado interrumpida a partir de julio. La situación sigue siendo tensa, pero, según el portavoz de la agencia atómica iraní, los inspectores supervisarán el reemplazo del combustible nuclear de la central de Bushehr.

La planta de Bushehr es la única instalación actualmente operativa, luego de los bombardeos a los sitios nucleares de Isfahan, Fordow y Natanz, que afectaron severamente la capacidad iraní de enriquecer uranio, un aspecto clave del opaco plan nuclear iraní.