En un escenario inesperado para la geopolítica, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el 17 de noviembre de 2025 la resolución 2803, redactada por Estados Unidos e impulsada por Donald Trump, que busca una paz más sostenible y la reconstrucción de la Franja de Gaza.
Las características centrales de la resolución son la creación de una Junta de Paz que gestionará un gobierno para Gaza durante un periodo de dos años, apoyada por fuerzas internacionales y policías palestinas entrenadas por Egipto. La Junta supervisaría el desarme de Hamás y otras facciones —una demanda clave de Israel— y la reconstrucción de Gaza.
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Además, estipula la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en inglés) de carácter temporal en el enclave. Algunas fuentes diplomáticas afirmaron que la resolución ayudará a otorgar autoridad para que los países participen en las ISF, ya que ahora contará con el respaldo de la ONU.
La vinculación entre la resolución 2803 y los 20 puntos de Trump
El consejo, compuesto por 15 miembros, votó 13 a 0 a favor de la resolución, con abstenciones de Rusia y China, que se negaron a usar su poder de veto para bloquear la medida.

La resolución legitima de forma internacional al plan de 20 puntos del presidente estadounidense Donald Trump para Gaza. Estados Unidos había presionado intensamente para su aprobación, que fue elogiada por Trump en una extensa publicación en redes sociales.
El plan constaba de 20 puntos específicos que, en general, buscaban lograr un alto el fuego, el retorno de los rehenes israelíes, el desarme de las capacidades militares de Hamás y el establecimiento de una estructura de gobierno de transición en la Franja de Gaza. Trump declaró que este acuerdo dependía de la aceptación de Hamás, al cual le había dado hasta el 5 de octubre de 2025 como fecha límite para que aceptara la propuesta.
Respecto de la resolución 2803, Trump escribió en sus redes sociales: “Enhorabuena al mundo por la increíble votación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hace unos momentos, reconociendo y respaldando la JUNTA DE PAZ, que será presidida por mí e incluirá a los líderes más poderosos y respetados del mundo”.
Por su parte, el embajador estadounidense ante la ONU, Michael Waltz, dijo también el lunes que las ISF, son “una fuerte coalición de cascos azules, de muchos países de mayoría musulmana como Indonesia, Azerbaiyán y otros, que se desplegarán en Gaza bajo un mando unificado para asegurar sus calles, supervisar la desmilitarización, proteger a los civiles y escoltar ayuda por pasillos seguros”.
Resolución de la ONU: primeras medidas vinculadas
Antes de la resolución, Estados Unidos ya había establecido un centro de coordinación en el sur de Israel para gestionar las siguientes fases del plan de alto el fuego en Gaza, incluyendo el esfuerzo de reconstrucción planificado y la entrada de ayuda humanitaria.

También fuentes diplomáticas occidentales han declarado que la falta de detalles en la resolución dificultará su puesta en práctica, pues no tiene un calendario claro para que las autoridades transitorias entreguen el cargo a la Autoridad Palestina, diciendo solo que lo hará una vez que la AP haya completado satisfactoriamente su “programa de reformas”. La resolución autoriza a la Junta de Paz y a otras “presencias civiles y de seguridad internacionales” autorizadas hasta finales de 2027.
El representante de Rusia, uno de los dos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que se abstuvieron en la votación, dijo que era importante que la resolución no se convirtiera en “una sentencia de muerte para la solución de dos Estados”. Un representante de China, el otro miembro que se abstuvo, argumentó que “parece que Palestina apenas es visible en ella, y la soberanía y propiedad palestinas no se reflejan plenamente”.
La resolución insta a los Estados miembros de la ONU y a las organizaciones internacionales a trabajar con la Junta “para contribuir con personal, equipos y recursos financieros a sus entidades operativas y a las ISF, para proporcionar asistencia técnica a sus entidades operativas y a las ISF, y para dar pleno reconocimiento a sus actos y documentos”.
Las posiciones encontradas de la Franja de Gaza
Hamás había declarado el domingo anterior que consideraba el borrador de resolución “un intento de imponer la tutela internacional sobre Gaza y promover una visión sesgada hacia la ocupación”.

Tras la votación del lunes, Hamás dijo que otorgar a cualquier fuerza estabilizadora “tareas y roles dentro de la Franja de Gaza, incluyendo desarmar a la resistencia, le quita su neutralidad y la convierte en parte del conflicto”. Además, algunos funcionarios de Hamás seguían descartando el desarme del brazo militar del grupo, siendo reacios a entregar armas ligeras, pues necesitarían protegerse de otros grupos en Gaza que buscan venganza.
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Respecto de los palestinos en Gaza, también desconfiaban de la resolución, temiendo que las fuerzas internacionales dentro de la franja pudieran hacer más daño que bien a la población que intenta reconstruir sus vidas en el enclave. En ese sentido, Um Shadi Al Balbasi, un palestino de 38 años, expresó a los medios que: “Aquellos que se supone deben venir ahora, si Dios quiere, se espera que mejoren todo para estas personas“. Luego, agregó: “Pero si vienen y acaban como los anteriores, no. Deben ser mejores que los que vinieron antes, porque la situación, es absolutamente insoportable”.
Opiniones interesadas
Por su parte, el enviado de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, afirmó tras la aprobación de la resolución que la Junta de Paz “coordinará la entrega de la ayuda humanitaria, facilitará el desarrollo de Gaza y apoyará a un comité tecnocrático de palestinos responsable de las operaciones diarias de la administración civil de Gaza, mientras la Autoridad Palestina implementa plenamente su programa de reformas”.

Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró antes de conocer la resolución que “Gaza será desmilitarizada y Hamás será desarmado, ya sea por la vía fácil o por la difícil”. Mientras que el presidente israelí, Isaac Herzog, calificó la resolución del lunes como “un momento realmente increíble en la política mundial que solo podría haber sido tallado por el presidente Trump y, por supuesto, traer de vuelta a todos nuestros rehenes”.
La resolución 2803 institucionaliza el plan de Trump para Gaza. Su texto deja muy claro que la resolución adopta casi todos los elementos del “plan de 20 puntos de Trump”, y legitima internacionalmente su liderazgo futuro sobre la “Junta de Paz”. Además, constituye un giro notable en la política de gestión de conflictos, pues un presidente estadounidense encabeza un órgano internacional que administraría un territorio en conflicto.
Respecto de la forma de gobierno, crea un esquema de tutela internacional con alto nivel de incertidumbre. La Junta de Paz y la Fuerza Internacional de Estabilización (ISF), si bien sustituye a las autoridades locales, no tiene un calendario claro de transferencia a la Autoridad Palestina. Asimismo, depende de reformas en la AP cuyo cumplimiento es incierto, lo cual genera dudas sobre la soberanía palestina y la duración real de la tutela. Rusia y China lo señalan explícitamente.
También la implementación se torna frágil porque depende del desarme de Hamás, lo cual la organización terrorista rechaza en forma tajante. Ello implica que la población civil tema un aumento de más violencia, pues podría obligar a las ISF a actuar como fuerza de ocupación de facto.
La solución de los dos Estados
Respecto de la solución de dos Estados, los países que se abstuvieron de impugnar la resolución —Rusia y China— advirtieron que podría ser una “sentencia de muerte” porque la soberanía palestina es casi invisible en el texto. Además, la administración internacional prolongada de Gaza podría consolidar una fragmentación política palestina, dependiendo de estructuras temporales que suelen volverse permanentes.
La recepción dentro de Gaza es de profunda desconfianza por la razón de que la fuerza internacional repita errores del pasado, respecto de su “neutralidad”. Esto significa que incluso en un escenario de alto el fuego, la aceptación social será limitada.
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Por último, se destaca que EE. UU. busca una posición de liderazgo sin precedentes en Oriente Medio a través de su liderazgo estructural en la Junta de Paz, el control operativo de la ISF y el dominio de la agenda diplomática.
La Resolución 2803 representa un intento audaz pero altamente controversial de rediseñar el gobierno de la franja de Gaza mediante un modelo de tutela internacional liderado por Estados Unidos y alineado con el plan de 20 puntos de Trump.
Por lo tanto, la Resolución 2803 no es el final de un conflicto, sino el inicio de un arriesgado esquema de tutela internacional con un calendario de transferencia de poder incierto. El texto plantea una pregunta fundamental: ¿podrá esta coalición internacional, liderada por un actor tan polarizador, pacificar un territorio cuya población desconfía de sus motivos, o está destinada a actuar como una fuerza de ocupación de facto, incrementando el riesgo de más violencia?




